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En primera fila
                          ¡Un polémico reto!
                                                           Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Supuestamente “desesperado en su lucha por lograr la candidatura a la diputación federal por el Distrito II, al ver que cada vez es más claro que será para una mujer”, el ex presidente municipal de Othón P. Blanco y actual director del Conalep-Chetumal, Andrés Ruiz Morcillo, habría retado a los miembros del gabinete gubernamental y a los que aspiren a un cargo de elección popular a practicarse públicamente una prueba antidoping.
En un contexto que se ignora, pero difundido en un portal de Internet, al parecer no simpatizante suyo, el polémico funcionario -también ex director general de CAPA-, que se “distinguió” como munícipe por sus sospechosos préstamos para la Comuna, licencias para la construcción de gasolineras y contratar lámparas “Leds”, se habría referido a cargos que obligan a esa prueba, como al titular de Seguridad Pública.
La aparente polémica se habría dado en el marco de la aplicación obligatoria del antidoping en el Conalep y las quejas por su costo que, se dice, generó importantes dividendos a la familia Ruiz-Hernández, al Suchaa y al Centro de Integración Juvenil, que realizaron los exámenes por 150 pesos cada uno y obtuvieron más de 120 mil pesos, pero sólo dos alumnos dieron positivo.
         Lo cierto es que, independientemente de la intención del ex munícipe en lo que dicen que dijo, lo importante aquí es que, tras su controvertido paso por el Ayuntamiento, habría que recordarle a aquél que el costo de ocupar o haber ocupado un cargo público es un diario un análisis de conciencia para determinar si se es libre de pecado para arrojar la primera piedra o, como se dice en el argot político, revisar si se tiene o no “cola” que le pisen.
         En ambos casos, el de Ruiz Morcillo es quizá uno de los más significativos -después de los del ex gobernador Félix González y el mitómano Carlos Mario Villanueva Tenorio-, aunque, si de retar se trata, habría que hacerlo con él mismo a demostrar su “inocencia” en los casos de las gasolineras, empréstitos y Leds, por citar algunos renglones nunca suficientemente esclarecidos.
         Pese a los compromisos de campaña de quien se consideraba uno de los mejores alcaldes de Othón P. Blanco durante su primer periodo, el gordito Eduardo Espinosa Abuxapqui, hasta hoy no ha cumplido con investigar y difundir ninguno de los tres casos, lógicamente, como tampoco lo ha hecho -ni nadie cree que lo haga- con el no menos cuestionado periodo de de  Villanueva Tenorio, quien, según las malas lenguas, se ha convertido en su principal asesor.
         Ahora bien, otro de los retos que habría de hacerle a Ruiz Morcillo es a hacer pública su declaración patrimonial, a efecto de demostrar que no se enriqueció “inexplicablemente” durante su trienio y que sus propiedades son razonables en relación con sus ingresos oficiales como alcalde. En este caso, sería uno de los principales reclamos de los othonenses ante la posibilidad de ser nominado candidato del PRI.
         Nuestro personaje nunca ha negado públicamente sus pretensiones de alcanzar la diputación federal, como tampoco lo hizo en su momento con la posibilidad de ser abanderado priísta a la gubernatura antes del “destape” de Roberto Borge, cuando el ingeniero con funciones de mentor, entonces como primer edil, inundó la capital chetumaleña con cartelones que obstaculizaban la visibilidad en las principales avenidas.
         Existen no pocas versiones en el sentido de que don Andrés no dio paso sin huarache desde los más altos niveles de palacio de gobierno, aunque otras voces aseguran que a los únicos que escuchaba eran a su oficial mayor y su tesorero, Luis Montúfar Bailón y José Polanco Bueno, respectivamente, este último, por cierto, también tesorero del entonces gobernador Mario Villanueva Madrid.
         Cualquiera que haya sido el caso, lo cierto es que resulta infantil su público reto, equivalente a plantearles a los eventuales aspirantes demostrar que no son homosexuales, ya que cualquiera de ellos podría retarlo, por citar un ejemplo, a demostrar públicamente su fidelidad conyugal. Esto significa que es fácil exigir lo que podemos demostrar cuando sabemos de qué pie NO cojeamos.      
         La pregunta obligada es ¿Por qué mejor no plantear retos en igualdad de circunstancias? Un buen ejemplo sería exigir que TODOS los aspirantes a convertirse en candidatos hicieran pública su declaración patrimonial, lo que, por cierto, ninguna ley impide, aunque, tramposamente, tampoco lo exige, por lo que sería la mejor muestra de buena fe y buena voluntad.
         Y, si no fuera mucho pedir, el PRI podría convertirse en el mejor promotor de ese requisito, al que, puede estar Usted seguro, todos los virtuales suspirantes se opondrían, desde luego, porque seguramente algo tendrán que ocultar, tal y como ocurre con la mayoría de sus funcionarios, a menos, desde luego, que demostraran lo contrario,… pero nadie estaría dispuesto a hacerlo ¡También puede estar seguro de ello!

(Permitida la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita del nombre de su autor)

*Luis Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco avecindado en Chetumal, Quintana Roo, con más de 36 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como Jefe de Información de dos ex gobernadores y tres presidentes municipales, y publicado tres libros.

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