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En primera fila
                            ¡Una negra historia!
                                                           Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
         Aunque la “grilla” actual gira en torno a las próximas elecciones federales del 2015, a unos días de que rinda su tercer informe el jefe del Ejecutivo, Roberto Borge Angulo, el relevo gubernamental sigue siendo tema candente junto con el nombre de quien se convertirá en el octavo mandatario de Quintana Roo, priísta entre los aspirantes.
         Prácticamente eliminado Eduardo Espinosa Abuxapqui tras su serie de yerros y su evidente complicidad para proteger a su antecesor, el mitómano Carlos Mario Villanueva Tenorio, del desastre financiero y las ruinas que le heredó, la carrera por su sucesión, salvo imponderables de última hora, se limita prácticamente a funcionarios del norte, inclusive uno con formación yucateca.
Antes de entrar en detalles sobre los demás, habremos de referirnos a quien -según encuestas de “su gente”-, supuestamente estaría encabezando las preferencias, aunque sepa Dios de quiénes: Nos referimos al aún subsecretario de Operación de Turismo federal, el “playense” Carlos Joaquín González.
         Supuestamente víctima de una jugarreta -de esas que estila su “padrino”, el ex gobernador cozumeleño Félix González-, el funcionario intenta de nueva cuenta superar esa supuesta amarga experiencia para convertirse en candidato.
         Para su buena fortuna, de poco o nada podrían afectarle sus malas relaciones con Roberto Borge, ya que, con el PRI en la presidencia, se espera que la decisión final recaiga finalmente, tal y como tradicionalmente ocurría,  en el principal huésped de Los Pinos, el cuestionado Peña Nieto.
         Para su mala fortuna, sin embargo, la historia podría jugar un papel determinante en la decisión del Ejecutivo, y Carlos Joaquín no puede presumir precisamente de tener un pasado decoroso, según consignan los medios de comunicación, a los que recurre anticipadamente, muy posiblemente de manera infructuosa.
Considerado principal aliado de Félix González, y con renovadas estrategias, el funcionario, de 50 años de edad, se perfila de nueva cuenta a la candidatura, tras fracasar en su primer intento precisamente ante Roberto Angulo.
Ex alcalde de Solidaridad (2005-2008), donde con anterioridad fungió como tesorero durante el trienio de Gabriel Mendicuti Loría, mueve sus “fichas” en el Estado con algunas personas de dudosos antecedentes como “servidores” públicos de menor nivel.
Pero además, varias de sus apariciones en los medios han sido de lo más desafortunadas, una de ellas en el movimiento magisterial, junto con otros oscuros personajes políticos, entre ellos el “Junior” Villanueva Tenorio -hijo del ex gobernante del mismo nombre, preso en Nueva York-, quien vació impunemente las arcas públicas y dejó a OPB en la miseria.
Según consignan los medios, en pésima mención pública, Carlos Joaquín hizo una indeseable alusión a la actividad de la que, irónicamente, es precisamente responsable de impulsar: La turística.
Con todo, el político, diputado por la LXI Legislatura del Congreso de la Unión -medio hermano del secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell-, se convirtió en el único quintanarroense incluido en el equipo de transición de Peña Nieto en septiembre de 2012  -como coordinador de Turismo-, lo que causó escozor en el círculo cercano a Félix González, quien, durante el proceso interno del PRI para la gubernatura, marginó al hijo menor de Nassín Joaquín Ibarra.
Y es que el ex gobernador, uno de los más cuestionados en la corta historia de la entidad por sobre endeudarla, recién asumía funciones como Senador, pero, al igual que la entonces aún gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega Pacheco, aspiraba a la Secretaría de Turismo, al igual que Carlos Joaquín, aunque finalmente les ganó la carrera Claudia Ruiz Massieu, sobrina del ex presidente Salinas de Gortari.
En Chetumal, capital del Estado más turístico del país, son harto conocidos los políticos del patio vinculados al magisterio con Carlos Joaquín, un funcionario muy cercano a férreos opositores del PRI, tanto de la derecha como de la izquierda, desde su pariente, el panista Gustavo Ortega Joaquín, hasta el perredista “Greg” Sánchez Martínez.
Su “digna” renuncia a la lucha por la gubernatura no lo dejó del todo conforme, al grado tal que, tras una pausa en su pleito con Borge Angulo, enmarcado por caravanas y reverencias protocolarias, volvió a las andadas con renovada fruición y recargada virulencia.
Una supuesta felicitación a los quintanarroenses con motivo del 39º aniversario de la erección del Estado, el 8 de octubre anterior, sirvió de pretexto para enderezarle feroz crítica al Ejecutivo, tomando como base la difícil situación económica por la que atraviesa el Estado, enmarcada en el muy adverso panorama nacional y mundial.
Hasta hace unos meses, con la mano escondida tras arrojar la piedra, acabó por descararse y prácticamente se postuló una vez más, al pedir cautela y paciencia a los quintanarroenses “sin distinción de colores partidistas, para que en un futuro no muy lejano puedan encauzar a Quintana Roo en la ruta del crecimiento económico y social”. Por poco decía “en tres años”... después de Borge.
Opositor del proyecto político de Félix González, a quien llamaba “jefe político”, echó mano de sus influencias entre enemigos del PRI -hasta recibir dura reprimenda desde el “centro”, donde se confirmó la candidatura de Roberto Borge- y pidió a los quintanarroenses “buen olfato político” -en alusión a sus renovadas aspiraciones-, en tanto caracterizó al gobierno de “antidemocrático e irrespetuoso de los espacios y autonomía de los gremios laborales” (sic)
Analistas del café se preguntaban si con las loas y zalamerías para Peña Nieto en el libelo lograría éste curarse en salud criticar la defensa de Roberto Borge a la reforma educativa, pues, en sintonía con las propuestas del presidente, automáticamente se entendieron como repudio a las decisiones de Los Pinos.
En lo que mayor indignación causó, se afirma que, en complicidad con Villanueva Tenorio y la ex jefa de asesores de éste -fue también asistente y operadora financiera de Villanueva Madrid-, Daysi Baeza Rodríguez, así como con el delegado de SEP, Antonio Hoy Manzanilla, apoyó a los maestros disidentes junto con Raúl Santana Bastarrachea, uno de los principales colaboradores del ex mandatario preso.
Entre ellos se habrían unido para financiar a los maestros radicales para no retornar a sus labores para desestabilizar al gobierno de Roberto Borge y reacomodar sus “fichas” con miras a los próximos procesos.
De acuerdo con algunas crónicas, el ex alcalde de Playa del Carmen, Miguel Ramón Martín Azueta, sería quien trajo a Carlos Joaquín de Yucatán a Quintana Roo y, se cree, lo impulsó a la presidencia de ese municipio durante el sexenio de Joaquín Hendricks Díaz, pese a que, se asegura, lo aventajaba el ahora diputado federal Román Quian Alcocer e, inclusive, le inventó una constancia de residencia.
La “negra” historia del yucateco-playense es larga, pero seguiremos con ella en nuevas entregas.

(Permitida la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita del nombre de su autor)

*Luis Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco avecindado en Chetumal, Quintana Roo, con más de 36 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como Jefe de Información de dos ex gobernadores y tres presidentes municipales, y publicado tres libros.


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