¿Pedro
Joaquín para la Presidencia?
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Con
el título “PJC, ¿por qué no?”, el escritor-columnista Federico Reyes-Heroles,
considerado una de las plumas más serias y de mayor peso del país, levantó el martes
pasado una de las mayores reacciones en el ámbito político, al “destapar” en
Excelsior al ex gobernador quintanarroense Pedro Joaquín Coldwell como uno de
los más viables aspirantes a la candidatura por la Presidencia de la República en
2018.
También
colaborador, en su momento, de los periódicos Uno más Uno, La Jornada, El
Financiero, Reforma, El Norte y Mural, entre otros, Reyes Heroles, cuyo segundo
apellido es González-Garza, inicia su columna en el sentido de que los colores partidarios nada
garantizan “son la misma porquería, gritan por allí, ahuyentando y confundiendo
a los jóvenes”, dice.
De ahí que, explica, “por eso no
les interesa el servicio público. ¿Cómo salimos de esta terrible trampa? Los
débiles se rodean de débiles y así empequeñecen al país. Lo primero es que los
partidos realicen en sí mismos una auténtica poda de elementos putrefactos. Hoy
el infinito reciclaje apesta.
En su escrito de 7 párrafos Reyes-Heroles
sugiere que para salir de esa “trampa” lo primero sería que los partidos realizaran
en sí mismos esa “poda”, y segundo, señalar a quienes han entregado su vida al
servicio público con honestidad, entre los que ejemplifica a Pedro Joaquín.
Hermano
del gobernador Carlos Joaquín González y titular de la Secretaría de Energía,
el nombre del nativo de Cozumel seguramente cayó como balde de agua helada
sobre la docena de aspirantes priístas que buscan suceder en la silla al
cuestionado Peña Nieto, cuando, para todo mundo, el enemigo a vencer sería “El
Peje” Andrés Manuel López Obrador.
Hijo del recién desaparecido empresario
de origen libanés, Nassim Joaquín Ibarra, y también hermano de la panista Addy
Joaquín, quien también ha ocupado diversos cargos políticos, Pedro Joaquín, de 66
años de edad, era dirigente nacional del PRI hasta antes de ser designado
titular de Energía.
Su vasta trayectoria como uno de
los políticos más representativos de la entidad, inició a los 24 años, como diputado
Constituyente por el VI Distrito Electoral, cuando fungió como presidente de la
Legislatura (1974-75), tras lo cual fue Secretario General de Gobierno del
primer mandatario constitucional de Quintana Roo, Jesús Martínez Ross, y de ahí
pa’l real.
Entre 1979-1982 fue diputado federal,
y luego fue electo segundo gobernador de Quintana Roo (1981-87), cuando, el 8
de febrero de 1985, sufrió un grave accidente de carretera junto con varios
funcionarios, entre ellos su secretario de Desarrollo Económico y amigo
personal, Erick Paolo Martínez, quien pereció.
En diciembre de 1988, el presidente
Carlos Salinas lo nombró director de FONATUR, y al año siguiente, Secretario de
Turismo hasta 1993. Un año después fungió como secretario general del PRI, y luego
como Comisionado para la Paz en Chiapas, que dejó en 1998, cuando fue designado
embajador de México en Cuba hasta el 2000, tras lo cual se alejó de la actividad
política
Su envidiable trayectoria continuó en
2006, cuando fue senador por la Alianza por México (PRI-PVEM) para el periodo 2006-2012
y triunfó con 143 mil 389 votos, el 37.88% del total. En el Senado fue presidente
de la Comisión de Puntos Constitucionales, secretario de la Reforma del Estado y
miembro de la Comisión de Justicia y de Turismo.
Ante este
panorama, Reyes-Heroles dice que es un sólido abogado, que desde muy
joven decidió que lo suyo era el servicio público y no los prósperos negocios
de su familia, por lo que viajó a la Ciudad de México a estudiar y de inmediato
regresar a su tierra, donde, tras ser diputado Constituyente y secretario
general de Gobierno, se metió a las entrañas de su Estado, y su partido lo
postuló a diputado federal, donde aprendería el oficio legislativo que mucho
habría de ejercer en su vida.
Siendo uno de los gobernadores más
jóvenes, “se entregó en cuerpo y alma a trabajos de infraestructura, educación,
fomento al turismo. Mucho trabajo”, por lo que hoy, más de 30 años después, “la
gente lo recuerda con respeto y cariño, lo saludan por la calle y él responde
con su sencillez habitual. Gran gobernador”, opina el columnista.
Puntualiza que en Fonatur, como conocedor
del área, supo canalizar inversiones e impulsar nuevos polos de desarrollo.
Conoció el gobierno federal desde su interior, experiencia que lo hizo un
candidato lógico a la Secretaría de Turismo, en la cual permaneció cuatro años,
y de ahí regresó al PRI como secretario general.
En ese entonces, a la muerte de Luis
Donaldo Colosio, se le mencionó como uno de los probables candidatos sustitutos,
pero fue Comisionado en Chiapas, donde “ejercitó su oficio político hasta el
cansancio. Posteriormente fue enviado como embajador en Cuba, donde permaneció
dos años”, recuerda Reyes-Heroles.
Como senador, impulsó la reforma de
derechos humanos más importante de nuestra historia jurídica. Sus buenos
oficios y maneras lo llevaron a tejer una relación muy fluida e incluso cordial
con los opositores, sólo así logró que la reforma saliera por unanimidad. Regresó
a su partido, el cual presidió durante la campaña presidencial.
En tanto, como secretario de
Energía encaminó la Reforma Energética, y “por si fuera poco, le ha tocado la
elaboración del entramado legal e institucional que de ella se desprende.
¡Ojo!, No existía ninguna experiencia interna similar, de allí que el
secretario y su equipo -sabe escuchar y trabajar en equipo-, con toda
paciencia, se pusieran a estudiar cómo operan las inversiones y asociaciones en
el sector en otros países”.
Para no hacer largo el cuento, como
nativos o arraigados de Quintana Roo, para cualquiera es un orgullo que un
paisano obtenga un reconocimiento de esa envergadura, y más aun viniendo de
quien viene, cuando el PRI corre el grave riesgo de perder de nueva cuenta una
Presidencia que vergonzosamente encabeza uno de los mandatarios más
cuestionados de la historia.
Ahora bien, al igual que el primer
gobernante de Quintana Roo, Pedro Joaquín tampoco tuvo grandes problemas
durante su sexenio, uno de los mejores, a decir de no pocos quintanarroenses -tampoco
tuvo una oposición que le presionara-, aunque para ese entonces los recursos
financieros nunca fueron precisamente su principal preocupación.
En este sentido, lo mismo obsequió
placas de alquiler, que patentes de licor, terrenos o dinero. Así, nos
preguntamos, ¿quién critica a quién? La prensa jugó algún papel determinante en
su sexenio, en el que tuvo como jefe de prensa, entre otros, a nuestro
desaparecido amigo Javier Zamora Cisneros.
Lo cierto es que Pedro Joaquín
sobrellevó un sexenio “de ensueño”, empañada públicamente por el sospechoso
convenio de su gobierno con Ingenieros Civiles Asociados (ICA) en Calizas
Industriales del Carmen (CALICA) para una explotación pétrea que, comprometida
a 20 años, favorecía a su familia como supuesta propietaria del terreno, así
como a Estados Unidos, y recientemente se puso nuevamente en tela de juicio.
Al término de su gestión, el
convenio fue severamente cuestionado por la comunidad ecologista y los
playenses, por lo que la empresa invitó a periodistas locales a conocer de los
trabajos que realizaba la entonces filial de la empresa, la “Vulcan Materials
Company” en Miami, Florida.
La empresa contaba con el 49% de
las acciones de ICA, aunque en abril del 2001 concretó la adquisición de un
porcentaje mayor para hacerse socio principal, lo que años atrás no permitía la
legislación mexicana vigente. Meses después, se publicó que esta empresa había
vendido todas sus acciones en más de 120 millones de dólares a su otrora filial
por problemas económicos.
De lo poco que se supo del convenio
-nunca ha sido suficientemente explicado- es que CALICA se comprometió a
obsequiar a los municipios todo el material de construcción que necesitaran,
siempre que aportaran los medios para su transporte. También se dijo que
construiría una terminal remota y un muelle de cruceros públicos.
Lo cierto es que el gobierno de
Pedro Joaquín conlleva una crítica similar a la de su antecesor: No invirtió un
peso de su chequera en Chetumal, aunque también se le reclama la remodelación
de la tradicional explanada de la bandera.
Por si fuera poco, como Secretario
de Turismo en nada apoyó a la Zona Sur, ya no digamos Chetumal, donde demostró
su falta de cariño por esta región, que no tuvo ningún el despegue turístico
que se esperaba con un alto funcionario quintanarroense en ese sector que, no
obstante, sí lo hizo con la Zona Norte.
Así las cosas, podrá ser un gran
honor para los quintanarroenses que un paisano suyo “suene”, por lo menos, como
posible o meritorio aspirante del PRI a la Presidencia de la República -como la
aborrecida ex gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega Pacheco-, pero de ahí a que
de algo sirva a Quintana Roo para apuntalar su desarrollo, sólo habría muchas
esperanzas.
Al único que favorecería en
Quintana Roo, en definitiva, sería al tricolor, ya que puede usted jurar que sólo con él podría enfrentar
dignamente a López Obrador, ya que, por lo demás, tampoco le serviría de mucho
a Carlos Joaquín, por quien, hasta donde se sabe, nada hizo para que el PRI lo
hiciera candidato y nada ha hecho para que Peña Nieto recuerde que también son
mexicanos los que viven en Quintana Roo, sea cual fuere su “color”.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es Licenciado en Derecho egresado de la Universidad
Autónoma de Yucatán, periodista residente en Chetumal, Quintana Roo, desde hace
30 años, con más de 40 como reportero, jefe de información, editor y jefe de
redacción de varios medios de información, así como Jefe de Información de dos gobernadores
y tres presidentes municipales. Ha publicado cuatro libros.
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