¡Grave sospecha sobre Carlos Joaquín!
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Si
bien el gobernador Carlos Joaquín ha tenido que sortear serias dificultades
durante sus primeros años de gobierno, lo cierto es que nunca como antes fueron
del tamaño de los que se avecinan, sobre todo a raíz de los últimos, sonados
hechos de Playa del Carmen que, ya lo
sabe Usted, culminaron con el sospechoso asesinato de un periodista.
En
efecto, la noticia sobre la ejecución de Francisco Romero Díaz “Ñaca ñaca”,
quien fuera colaborador del semanario Playa News, superó con mucho el llamado
“golpe de estado” del mandatario en el municipio de Solidaridad, al apoderarse
de la policía local como medida previa a la imposición del Mando Único.
Y
es que, dígase lo que se diga, el sospechosismo sobre su injerencia en eses
municipio ha estado presente a raíz de que se frustrara su intento por lograr que
la ex alcaldesa panista Cristina Torres Gómez se reeligiera en las elecciones
del año anterior, cuando Laura Beristain Navarrete se alzó con el triunfo con
las siglas de Morena.
Por
cierto, como segundo lugar en las elecciones, a la derrotada le correspondió la
décima regiduría del Ayuntamiento, pero, en una muestra de ambición política,
se negó a convertirse en plato de segunda mesa y cedió su espacio a Samaria
Angulo Sala, su ex oficial mayor, a la que dejó como alcaldesa tras solicitar
licencia para buscar la reelección.
Lo
cierto es que desde ese entonces, Carlos Joaquín se ocupó de calentarle la
cabeza por todos los medios a Laura Beristain, inclusive, recordamos, durante la primera sesión de Cabildos, que
maniobró para abortar por el nombramiento de los nuevos funcionarios de la
Comuna.
Ahora
bien, el nuevo “capítulo” de la guerra contra la munícipe se torna de suyo más
grave, ya que es pública la sospecha del papel de la Fiscalía General del
Estado que, en permanentes problemas internos con su personal, al que ha
amenazado por manifestarse públicamente, habría condicionado sus
investigaciones en Playa del Carmen.
Primero,
en torno a la balacera en un antro de vicio donde, según la información
oficial, habría fallecido una persona y 11 más habrían resultado heridos, y segundo, sobre el asesinato de Romero Díaz,
en el que familiares y amigos de éste involucran directamente al gobierno de
Carlos Joaquín. Grave, muy grave.
Asimismo,
se involucra directamente al “niño bonito” del gobernador, el tijuanense Jesús
Alberto Capella Ibarra, titular de Seguridad Pública del Estado, quien estaría
operando directamente para desestabilizar al gobierno de Laura Beristain para
aceptar su Mando Único, lo que logró finalmente “por decreto” de Carlos
Joaquín.
Por
cierto, aunque originalmente eran tres los municipios de Morena los que se
oponían a esa medida, junto con Benito Juárez y Othón P. Blanco, el mandatario
convenció finalmente a Mara Lezama, en el primer caso, por lo que sólo el
segundo sigue sin el mando absoluto de Capella Ibarra, quien se desquitó
disminuyendo severamente la vigilancia (ups)
Conforme
a extensas declaraciones que sólo redes sociales dieron a conocer -era de
esperarse-, periodistas playenses y familiares del periodista ejecutado
desmintieron que sólo hubiera un muerto en la masacre del bar y que hubiera
sido autoría del crimen organizado, ya que éste hubiera llegado con armas
largas, no con “pistolitas”.
Por
otro lado, desmienten al fiscal Oscar Montes de Oca Rosales respecto a las
declaraciones de los detenidos, a los que califican de “chivos expiatorios”,
así como a las investigaciones de la Policía Ministerial, y atribuyen el
homicidio, que incluyó una golpiza previa, a un ajuste de cuentas del periodista con el gobierno de Carlos Joaquín.
Conforme
a las versiones oficiales, que incluyeron una grabación del hoy occiso, éste
responsabilizaba en vida a Laura Beristain de todo cuanto pudiera ocurrirle a
él o su familia, aunque ahora la gente más ligada a él explicó que tendría un
convenio con el gobierno de Carlos Joaquín para “golpetear” a la alcaldesa,
pero luego se arrepentiría y confesaría el caso ante la opinión pública, y por
ello lo mataron.
Este
aparente papel del Gobierno del Estado se reforzó con una nueva versión -desde
luego, sólo difundida en redes sociales- en el sentido de que propios de Carlos
Joaquín habrían impedido la publicación de la portada de un medio de
información local, donde se informaría la verdadera versión del homicidio del
periodista, el cuarto en lo que va de esta administración.
Más
ocupado en despedir personal -se habla hasta de un centenar de empleados- y
contratar foráneos, Oscar Montes de Oca Rosales no se ha preocupado en aclarar
o abundar sobre el tema, como tampoco su jefe Carlos Joaquín, y ya no digamos
Capella Ibarra, quien insiste en ser un funcionario “incomprendido”, víctima de
los medios de comunicación.
Lo
cierto es que el tema Playa del Carmen se ha convertido en “papa caliente” para
el gobernador, cuyos portavoces oficiosos, inclusive, se han dado a la tarea de
difundir que Laura Beristain está supuestamente sujeta a una investigación y a
proceso, cuando que, desde luego, quienes debieran estarlo o informarlo son
otros… los que pagan.
Por
otro lado, suficiente “razón” tendría Carlos Joaquín en involucrarse en esa
demarcación, de la que fue presidente municipal con el PRI (2005-2008), tras lo
cual siguieron otros cuatro correligionarios suyos, antes de que irrumpiera
Cristina Torres con el PAN, su nuevo partido, el que lo llevó al gobierno junto
con el PRD.
Pero
además, al mandatario le preocupa que Morena alcance una nueva curul por ese
municipio para la próxima Legislatura, ya que, “casualmente”, ésta será la
encargada de analizar sus oscuras cuentas públicas de los próximos, últimos
tres años y, la cereza del pastel, la no menos desconocida Cuenta Pública de
Quintana Roo, que, dicen los que saben, ronda por los 60 mil millones de pesos,
más del doble de la “herencia” de Roberto Borge.
Con
todo y contar con la coalición “Orden y Desarrollo por Quintana Roo” (PAN, PRD
y PES) y los partidos Confianza por Quintana Roo (PCQ) Movimiento Auténtico
Social (MAS) para el domingo 2 de junio, cuando se elegirá la XVI Legislatura -involucrará
la participación de 241 candidatos en total-, Carlos Joaquín NO las tiene todas
consigo.
En
efecto, se enfrentará a la coalición “Juntos Haremos Historia por Quintana Roo”
(Morena y PT), al Verde “Ecologista” y Movimiento Ciudadano y, por primera
ocasión, Confianza por Quintana Roo (PCQ) Movimiento Auténtico Social (MAS) y,
por lo menos, un candidato independiente con amplias posibilidades de triunfo
en el Distrito XV con cabecera en Chetumal.
Sin
embargo, su peor enemigo no es sólo su criticable gabinete, en el que nadie
sabe cuál es peor, sino su cuestionable historia de cerca de tres años de
administración, en la que… jamás llegó el “cambio”.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es un periodista con más de 42 años de experiencia como reportero,
jefe de información, editor y jefe de redacción de varios medios de comunicación,
además de haber fungido como jefe de información de dos ex gobernadores y tres
presidentes municipales y publicar cuatro libros.
Titulado en la Universidad Autónoma
de Yucatán como Licenciado en Derecho, cuenta con cuatro Diplomados en Derechos
Humanos y Sistema Acusatorio; La Familia y los Derechos Humanos; Acceso a la
Justicia en Materia de Derechos Humanos, y en Juicio de Amparo, así como con
más de 15 Seminarios, Talleres y Cursos diversos.
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