¡Obligada
renuncia de un alcalde!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
El tema de la
inseguridad en el antes paradisíaco Cancún no da para más, pero se resume en
tres palabras: “¡REMBERTO DEBE RENUNCIAR!”
La enorme mayoría de los benitojuarenses de Quintana Roo,
créase no, ni siquiera sabrá a qué o a
quién nos referimos, aunque no pocos saben que hablamos de Remberto Estrada
Barba, a quien el “dueño” del Partido Verde “Ecologista”, su amigo Jorge Emilio
González Martínez, le obsequió la presidencia municipal de Benito Juárez.
Y conste que no exageramos al referirnos a ese
desconocimiento, y razones nos sobran, particularmente porque para nadie es
desconocido que el hombre sólo pudo alcanzar la victoria el año pasado gracias
al multimillonario gasto del Verde y el PRI en publicidad, compra de votos e
“importación” de votantes de otros Estados, principalmente Yucatán.
Los operadores políticos “ecologistas” tuvieron que echar
toda la carne al asador para que el inexperto Remberto refrendara el bastión
priísta de su antecesor, el innombrable “Paul Michell” Carrillo “de” Cáceres
que, aunque con otras siglas, no es más que lo mismo, pero con otro nombre, ya
que, hablar del PRI o del Verde, es exactamente lo mismo.
Lo cierto es que no se esperaba gran cosa del “flamante”
munícipe, y el tiempo nos dio la razón a todos, particularmente en lo que se
refriere al tema de inseguridad que, dígase lo que se diga, se ha convertido en
el sello característico de un Cancún que todos quisiéramos, aunque no ahí
vivamos precisamente.
Desgraciadamente, el que se ha apoderado de aquel polo de
desarrollo turístico es de todos conocido. Se llama narcotráfico, y aunque su
presencia es palpable en la mayor parte del país, Cancún es una de las ciudades
donde, contra viento y marea, se ha empoderado paulatinamente, más aun en la
actual administración municipal, aunque no se diga del caso de “Paul Michell”.
Pretextos,
justificaciones y promeses son los que más abundan para tratar de justificar
los asaltos y prácticamente diarias ejecuciones por diversos rumbos, aunque de
alguna u otra manera se busque minimizarlos por el daño que causan al otrora
turismo cautivo, sobre todo en el caso del internacional, más que nada de
Estados Unidos.
Para
mala fortuna de las autoridades -y más para Remberto-, las pruebas están a la
vista y, quiérase o no, con justa razón los gringos alertaron a sus turistas
sobre este otrora envidiable destino, donde
podrá existir una multitud de bellezas naturales, pero es demasiado
obvio que la inseguridad y la falta de vigilancia también se han convertido en
algo demasiado obvio… y natural.
Si
bien la balacera frente a las propias narices de la Fiscalía General del Estado
en Cancún no fue suficiente para demostrar la incapacidad policiaca aquel 17 de
enero en la avenida Xcaret, donde 10 motociclistas se dieron el lujo de atacar
a las fuerzas del orden en su misma casa, el ataque armado a un medio de
comunicación confirmó este martes el colmo de los colmos.
El
caso ocurrió alrededor del mediodía, cuando dos desconocidos dispararon desde
un estacionamiento contra las instalaciones del Canal 10 de televisión, con
resultado de una persona herida -un auxiliar de contabilidad-, aunque el Fiscal
General, Miguel Ángel Pech Cen, justificó la lesión “no directamente de las balas” y
calificó el caso como “un hecho fortuito”.
Aunque ambos temas involucran a la
antes Procuraduría de Justicia, lo cierto es que no es precisamente la
responsable directa, sino la policía preventiva de la que es responsable
Remberto Estrada, a cuyos titulares en el área de seguridad ha nombrado como si
jugara al “águila o sol”, o bien por presiones políticas del PRI o el Verde.
Como quiera que fuera, lo cierto es
que, pese a los aparentes esfuerzos del Gobierno del Estado y la Federación, el
munícipe no ha respondido en la medida de lo necesario, y mejor prueba de ello
es la invalidez de su invariable pretexto de falta de recursos, ya que para
nadie es secreto el desvío de éstos por parte de sus colaboradores.
En efecto, con el propósito de
fortalecer la vigilancia municipal de Cancún, el gobernador Carlos Joaquín
González entregó a Remberto Estrada 40 nuevas patrullas el 16 de octubre, pero,
por principio de cuentas, al menos cuatro de ellas las destinó para su uso el
jefe de la policía, Darwin Puc Acosta, y sus escoltas.
Prácticamente recién desempacado de
la corporación, el funcionario decidió reemplazar las unidades que le asignó el
primer edil a principios de año, cuando éste entregó patrullas en cuestionada
operación que no ha sido del todo aclarada.
Parte de aquellas unidades fue para
el uso exclusivo del entonces titular de la Secretaría Municipal de Seguridad Pública
y Tránsito, José Luis Jonathan Yong Mendoza, posteriormente relevado el 17 de
mayo por el controvertido militar Julián Leyzaola Pérez -pero nombrado director
de Catastro-, aunque Alejandro Rodríguez Zepeda fungiría como titular.
Pero, vaya, mientras son peras o manzanas, la delincuencia,
organizada o no, se apodera cada vez más de Cancún, ante la impotencia de
prestadores de servicios, que observan cada vez mayor merma en sus ingresos y
se ven en la necesidad de cerrar fuentes de trabajo, mientras que los
cancunenses temen inclusive acudir a la tienda de la esquina.
¿Ahora ya sabe Usted quién es Remberto?
Por si fuera poco, el munícipe ha sido desenmascarado como
aliado del ex gobernador Félix González y, por si fuera poco, del
“autonombrado” coordinador de los “autodefensas” de Quintana Roo, el hasta hoy
desaparecido Carlos Mimenza Novelo, quien se ha caracterizado por su
sistemática crítica al gobierno de Carlos Joaquín.
Remberto Estrada, de 29 años de edad y egresado de la
Universidad Anáhuac de Cancún como Licenciado en Finanzas y Contaduría Pública,
surgió en la vida política como presidente del “Niño Verde” y su partido en
Quintana Roo, lo que le valió alcanzar la diputación local en 2013, y la
federal (2015) durante 5 meses. Lo relevó Mario Machuca.
Quizá uno de los mejores análisis sobre su perfil sea la de Guillermo
Vázquez Handall, en cuya columna, “Remberto el breve”, coincide con su
servidor, en el sentido de que “la imparable crisis de inseguridad que azota a
Cancún, el principal destino turístico del país, tiene como primer responsable
a su presidente municipal: Remberto Estrada Barba”.
-Lamentablemente,
Cancún ha sufrido a muchos alcaldes cuyo saldo -por decir lo menos- ha sido
negativo, independientemente de su filiación partidista, ya que esa ciudad ha
tenido gobiernos de diferentes fuerzas políticas.
-En
su gran mayoría, esas administraciones no fueron nefastas porque los alcaldes
hayan sido tontos, sino por el contrario, eran demasiado vivos. Unos fueron
corruptos, otros autoritarios, y en ocasiones, una combinación de ambos
aspectos.
-Sin
embargo, a ninguno de los anteriores se les fue de las manos el control de su
administración y de la ciudad, como sucede en este momento, aun con esas
erráticas actitudes, ponderaron y privilegiaron el cuidado de aspectos
fundamentales como la seguridad.
Hasta
ahí las cosas, renuncias y despidos han sido la “fórmula mágica” del munícipe
para tratar de solucionar el problema -o por lo menos, dar esa impresión-, pero
lo único cierto es que, para bien de Cancún y de Quintana Roo como destino
turístico, el que debiera renunciar ¡es el propio funcionario! ¡Le ha quedado
demasiado grande el traje!
¡Cancún
y Quintana Roo ya no están para esos “experimentos”! La inseguridad es cada día más
grave. Cada día son más peligrosas las calles y ningún establecimiento
comercial es seguro. Ya nadie puede garantizar las vidas, ni de policías,
periodistas, empresarios, taxistas o transeúntes ¡y mucho menos turistas!
Luego,
entonces, ¿Cómo reclamarle a Estados Unidos advertirle a sus conciudadanos
tener cuidado en nuestra tierra? Es triste y penoso reconocerlo, pero ¡tiene
toda la razón! Lo mismo haría México si algún paisano intentara visitar Corea
del Norte o el Norte de China.
Poco
después de que un ataque a balazos contra una familia en la Región 201 de
Cancún cobrara la vida de una mujer y dejara a un policía y dos de sus hijos
lesionados el 26 de abril, ciudadanos y organizaciones civiles anunciaron que
pedirían la destitución de Remberto Estrada, pero, ya lo vio Usted, el hombre
sigue vivito y coleando, y a nadie parece importarle.
Señor
Remberto Estrada: Suman cerca de 150 muertos este año. A nombre propio -y tal
vez de miles que cancunenses y quintanarroenses- ¡Renuncie Usted, al menos por
dignidad! ¡Tenga plena seguridad de que tanto cancunenses como quintanarroenses
estarán eternamente agradecidos!
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es Licenciado en Derecho egresado de la Universidad Autónoma
de Yucatán, periodista residente en Chetumal, Quintana Roo, desde hace 30 años,
con más de 40 como reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción
de varios medios de información, así como Jefe de Información de dos
gobernadores y tres presidentes municipales. Ha publicado cuatro libros.
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