¿Cómo
le entró “agua al coco”?
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Si no fuera porque fue
notorio su desinterés por los quintanarroenses durante su sexenio y porque a
todos consta su opacidad con las finanzas, hasta nos atreveríamos a pensar que la
agresión dominical del priísta Félix González al perredista Julián Ricalde
Magaña habría sido sólo un “teatro” para desviar la atención de la gente.
Nos explicamos. Justamente preocupado por lo que ocurriría
ese día, pero en otro sitio, el gobernador Carlos Joaquín González había
organizado un desayuno, de lujo, para la clase política local en el Centro de
Convenciones de Chetumal, con el pretexto de celebrar el 43 aniversario de la
conversión de Quintana Roo de
Territorio a Estado.
A escasos días de esa jornada, algunos o pocos olvidan que
ese mismo día se realizaría -“coincidentemente”, también a las 9- una manifestación
para protestar contra la dudosa, sospechosa, indignante imposición de la nueva,
aún firme titular
del Órgano Interno de Control de la Fiscalía de Quintana Roo, la yucateca
Aida Leticia León Canto.
La marcha
saldría del Museo de la Cultura Maya y, sobre la avenida Héroes, dirigirse al
Congreso del Estado, donde se pronunciarían contra esa medida “unánime”
adoptada por la XV Legislatura, cuyos diputados estarían desayunando
“coincidentemente” también, con el gobernador Carlos Joaquín, quien había invitado
a cerca de un centenar de políticos.
De este modo,
ambos eventos coincidían, aunque tras el “duelo” Félix-Julián, del que,
asómbrese Usted, ahora resulta que Félix se dice haber sido víctima de la
agresión, la gente, políticos o no, periodistas o no, chetumaleños o no, se
olvidaron de la manifestación, aunque sólo momentáneamente, ya que horas
después todo mundo se preguntaba qué había pasado con la marcha.
Y es que esa
curiosidad tenía no pocos motivos de fondo, ya que la convocatoria había
levantado las más amplias expectativas, no tanto por quienes la habrían emitido
y difundido, sino por lo que implicaba ponerle alto a tantas irregularidades en
la “actuación” de los diputados y la notoria injerencia del Ejecutivo ante el
Legislativo, tal y como ocurría ante el Judicial.
A poco más de
un año de gobierno habían sido o siguen siendo notorios los yerros y sospechas,
ante los cuales Carlos Joaquín poco o nada ha podido o querido hacer, aunque
dado que aún restan 5 largos años administración, pocos o nadie lo ha querido
enfrentar abiertamente, ante el riesgo de sufrir estar en la “banca”, sin
chamba, o bien padecer una eventual persecución.
En este
sentido, resultaba más cómodo -o menos peligroso- protestar ante el Congreso
del Estado que hacerlo ante el mandatario, de manera que las inconformidades
contra la imposición de Aida Leticia León se centraron sobre los diputados.
Hasta ahí las
cosas, quienes llevaba la “voz cantante” eran Joaquín Oliva Alamilla y Luis
Alain Matos Argüelles, presidentes de la Asociación de Profesionistas y del
Colegio de Contadores, a quienes se sumó el representante del Comité de Defensa
de Quintana Roo, José Alberto España Novelo, y Cruz Virginia Vera Alcázar, una
de las aspirantes al Órgano Interno de Control de la Fiscalía.
No obstante,
quien destacaba era Oliva Alamilla por emotivo mensaje de protesta ante los
legisladores, tal que un amigo nuestro lo bautizó como su “héroe sin capa” por
su ferviente defensa de los quintanarroenses y pronunciamiento contra el
“arribismo” de profesionales y políticos a Quintana Roo.
Poco duraría
el gusto, sin embargo, ya que al día siguiente de aquel discurso, al que
sumamos nuestro apoyo, apareció la convocatoria a la marcha de protesta que,
aunque sin firma de algún responsable, todo mundo atribuyó a los arriba
mencionados, por lo que no pocos pronosticamos y deseamos un éxito sin
precedentes que preocuparía a Carlos Joaquín.
Nunca falta
un pelo en la sopa, y ese fue el caso 24 horas después, cuando,
“inexplicablemente”, Oliva Alamilla se deslindó públicamente de la convocatoria
y se pronunció contra la marcha, con el infantil pretexto de que para eso
existían las vías legales y que las marchas eran una suerte de muestra de
“incapacidad”.
Al igual que
la mayoría de los quintanarroenses, y chetumaleños particularmente, enorme fue
nuestra sorpresa, al grado tal que, como su servidor, no pocos nos
preguntábamos dónde le habría entrado “agua al coco”. No tuvimos que esperar
mucho, ya que apenas ayer miércoles sabríamos que el antes “héroe sin capa”
habría vendido caro su amor.
En efecto,
Oliva Alamilla, que en su momento también había fungido como presidente del
Colegio de Contadores, fue designado primer titular del Órgano Interno de
Control del Tribunal de Justicia Administrativa, aunque ahora pretende aclarar
que no apoyó la marcha porque de triunfar en la terna, tal y como ocurrió,
sería claro que ese fue su “premio”.
Por si fuera poco, no podemos olvidar que el ahora funcionario es “casualmente” tío del titular de la Oficialía Mayor del Gobierno del Estado, el también chetumaleño, permanentemente cuestionado nepotista, Manuel Alamilla Ceballos.
Por si fuera poco, no podemos olvidar que el ahora funcionario es “casualmente” tío del titular de la Oficialía Mayor del Gobierno del Estado, el también chetumaleño, permanentemente cuestionado nepotista, Manuel Alamilla Ceballos.
Tal y como
publicó el Por Esto, justo un día después de ser seleccionado en la terna para
el cargo Oliva Alamilla se deslindó de la marcha, pese a que la Asociación que encabeza
acordó una lucha social y jurídica contra la imposición de Aida Leticia León,
por aparentes irregularidades e ilegalidades, en un proceso amañado y “dados
cargados”.
Para mala
fortuna de Carlos Joaquín, el tema no se ha agotado, ya que, pese al fracaso de
esa primera intentona, existe interés de los profesionales en promover una
controversia ante el Congreso del Estado, ya que tratan de justificar su
marginación de la marcha por una aparente contaminación política de intereses
“extraños”.
Hoy resulta
que quienes organizaron la marcha, cuyos nombres no aparecían en la
convocatoria, no los invitaron siquiera ni quisieron avalar el movimiento, como
decíamos líneas arriba, por temor a “quemarse” o sufrir represalias por parte
del Jefe del Ejecutivo, con lo que desaprovecharon la valiosa oportunidad de
demostrar interés por defender a los quintanarroenses y arraigados.
Hablar de
este tema obliga necesariamente a recordar el Movimiento de Unificación Quintanarroense,
que hoy fuera del escenario político, sólo sirvió en su momento a intereses
particulares, tales que en su momento orillaron a organizar movimientos
similares que paulatinamente desaparecieron por descrédito, o bien por alcanzar
sus objetivos la dirigencia.
Lamentablemente,
lejos de una unificación política, administrativa o de lo que fuera, hoy sólo
se observa una desunión, inclusive en el gremio periodístico -entre las zonas
Norte y Sur-, que sólo favorece al gobierno en turno con el consabido “divide y
vencerás” (del griego “divide et impera”, atribuida al dictador y emperador
romano Julio César)
En la cultura
popular, divide y vencerás hace referencia a un refrán que implica resolver un
problema difícil, dividiéndolo en partes más simples tantas veces como sea
necesario, hasta que la resolución de las partes se torna obvia. La solución
del problema principal se construye con las soluciones halladas.
Así pues,
para no desviar el objetivo del tema de hoy y evitar malos entendidos, lo justo
sería preguntarle a Oliva Alamilla si sería capaz de renunciar al nuevo cargo
para demostrar, primero su dignidad; segundo, que nada tuvo que ver su
pronunciamiento inicial con su actitud posterior; tercero, para evitar malos
entendidos; y cuarto, para hacer algo por la unidad quintanarroense.
Aunque
conocemos de antemano su respuesta, habremos de ser congruentes con la demanda
que se le hizo y sigue haciendo a Aida Leticia
León: La renuncia por dignidad, ya que, sabemos, “palo dado, ni Dios lo quita”.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es Licenciado en Derecho egresado de la Universidad
Autónoma de Yucatán, periodista residente en Chetumal, Quintana Roo, desde hace
30 años, con más de 40 como reportero, jefe de información, editor y jefe de
redacción de varios medios de información, así como Jefe de Información de dos
gobernadores y tres presidentes municipales. Ha publicado cuatro libros.
Comentarios
Publicar un comentario