El
Congreso, ¡verdadero basurero!
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Aunque guardadas las
proporciones por su similitud con lo que ocurre prácticamente en todas las
entidades del país y sus respectivos gobernadores, el Congreso de la Unión es
responsable de TODA la problemática en materia de escándalos, corrupción e
impunidad que ha caracterizado al ya tristemente célebre gobierno priísta de
Peña Nieto.
Y es que, lamentablemente, la responsabilidad incluye tanto
a la Cámara de Diputados como de Senadores, en los que predomina la voluntad
del Presidente de la República, ya lo adivinó Usted, a través de los votos de
SU mayoría priísta, a cambio de lo cual éstos no sólo aseguran prácticamente su
futuro político, sino también engordan sus cuentas bancarias.
Por acabarla de amolar, el PRI no está solo, ya que cuenta
con el respaldo in-con-di-cio-nal de los cómplices partidos Verde “Ecologista”
y Nueva Alianza que, nos consta a quienes seguimos paso a paso y día con día al
poder Legislativo, jamás de los jamases -sí, leyó Usted bien, jamás- votan en
contra de las decisiones del PRI. En nada.
Irónicamente, de ahí que tanto diputados como senadores del
PRI se jacten de practicar la “democracia”, según justifican, porque cualquier
decisión, por estúpida que sea, lo someten invariablemente a votación. ¿Pero
cómo no –nos preguntamos- si tan sólo reuniendo los votos de esos “tres tristes
tigres” ganan cualquier decisión? Cualquiera, por descabellada que sea.
Por si fuera poco generalmente cuentan con el apoyo de uno u
otro de dos partidos que SÓLO presumen ser de la oposición, ya lo sabe Usted,
el PAN y el PRD, algunos de cuyos miembros son realmente opositores y
demuestran dignidad legislativa, pero nada pueden contra las órdenes y oscuros
“acuerdos” de sus respectivos Coordinadores de bancada.
Lo
cierto es que ante este lamentable panorama, poco o nada ha podido hacer el
resto de los legisladores contra los tres apocalípticos partidos, ya que, por
citar un ejemplo, cuando el PRD no está de acuerdo con el PRI-Verde-Panal, el
PAN justifica de cualquier modo su respaldo, y cuando el PAN está en discordia
con ellos, el PRD es el que levanta la mano a favor. Esta ha sido la invariable
en la mayoría de las Legislaturas.
Ahora
bien, aunque con escasa presencia en número en las Cámaras, el Partido del
Trabajo, aunque Usted no lo crea, ha realizado un buen papel y demostrado NO
ser incondicional del PRI y corifeos, al igual que Movimiento Ciudadano (MC),
aunque hace un año una de sus correligionarias denunció de qué pie cojea el
partido.
Dígase
lo que se diga -siempre lo hemos señalado porque nos consta- el único partido
que ha demostrado realmente ser opositor, no sólo del PRI-corifeos, sino
también del PAN y PRD, es el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que,
con un fundador a punto de convertirse en el nuevo huésped de Los Pinos,
batalla sesión tras sesión contra Peña Nieto. O el PRI, que es exactamente lo
mismo.
En
efecto, aunque, según algunos gobernantes del tricolor, éstos son mandatarios
del PRI, lo cierto es que el PRI es realmente un partido de los gobernantes y,
en este sentido, una vez que llegan al poder se convierten automáticamente en
los nuevos dueños del PRI, sobre todo los presidentes de la República en turno,
que ordenan qué hacer a sus correligionarios y cómo.
Aquella
triste creencia de la supuesta división de Poderes es sólo una falacia, un sueño
incumplido de los mexicanos que nunca existió, si acaso hace muchos años, a
grado tal que a muy contados consta. Hoy más que nunca, por lo menos, el Poder
Legislativo constituye un aborto del Ejecutivo.
En
febrero del año pasado, cuando el entonces vicecoordinador del PRI, Carlos
Ramírez Marín, declaró que la oposición se estaba echando para atrás en reducir
el número de miembros del Congreso, el diputado Jorge Álvarez Máynez., del MC, le aclaró que, en realidad, lo que sobran
no son legisladores de la oposición, sino del PRI.
Nada más cierto, ya que, hasta donde sabemos, el
tricolor tiene mayoría en TODAS las comisiones, tiene “congeladas”
TODAS las iniciativas que no le convienen, entre ellas para reducir el costoso número
de diputados, y no quería eliminar las prerrogativas de los partidos.
El
PRI obtuvo 32% de los votos en las elecciones y tiene el 40% de los diputados,
y mientras Morena y MC, con 3.5 millones y 2.5 millones de votos,
respectivamente, requirieron de 100 mil cada uno para acreditar a cada
legislador, el PRI, con las tramposas “reglas de juego”, sólo requirió 57 mil
votos por cada diputado, casi la mitad de lo que necesitó la oposición.
Pero
no sólo ese es el problema de la Cámara, sino su costo, opacidad e
ineficiencia. Costaba siete mil 600 millones de pesos y más de 660 iniciativas
“dormidas”, incluyendo las que tienen que ver con la reducción del tamaño del
Congreso, atorada en la congeladora, como muchísimas otras.
En
efecto, hay que eliminar inicialmente los 100 diputados y la sociedad está en
todo su derecho de exigirlo, pero que los 400 diputados restantes sean
realmente representativos de la voluntad ciudadana, ya que la LXIII sólo ha
demostrado no representar cómo votaron los mexicanos en 2015.
Pero
además, nos preguntamos, ¿cómo no van a sobrar diputados si 83 de ellos no
presentaron una sola iniciativa en lo que va de la Legislatura? Y adivine Usted
de qué partido es la mayoría de “vacacionistas” que sólo acuden a las sesiones
a hacer “bulto”. Ya lo adivinó: Del PRI
Otro
ejemplo de la inmundicia de la Cámara es que por lo menos uno de cada siete
diputados ha “justificado” por lo menos 10 veces su inasistencia al año. A
cualquiera le podría parecer que no son tantas faltas, pero significan más de
un mes de trabajo, más de un mes de sesiones.
El
caso es que el Congreso sólo trabajaba siete meses al año; cinco meses no
sesiona, ni en periodo ordinario o extraordinario, aunque el PRI también había congelado
en la Comisión de Puntos Constitucionales una iniciativa para regular esa
anomalía.
Por
lo demás, volvemos a preguntarnos ¿Cómo no indignarle a la sociedad tantos
diputados si en cada votación faltan más de 130, ya se imaginó Usted, de manera
“justificada? Cada votación promedio por tablero y nominales, sólo tiene un
voto promedio de 370 de los 500 diputados.
Y
conste que esto es sólo la punta del iceberg, ya que, aunque se eliminara
diputados, el ahorro no alcanzaría para cubrir la serie de pillerías del
gobierno de Peña nieto y sus “colaboradores”, entre ellos el ex director de
Pemex, Emilio Lozoya, quien, tan sólo en el uso del avión asignado a Pemex
gastaba el equivalente al sueldo y prerrogativas anuales de 50 diputados.
Luego
entonces, ¿cómo no estar quebrado Pemex y ser poco competitivo a nivel mundial
si lo saquean y exprimen de esa manera, aunado, desde luego, a la corrupción en
la que se involucró con el tema del brasileño Marcelo Odebrecht?
Además,
el Congreso gasta 161 millones de pesos en seguros de vida y gastos médicos
mayores ¿Cómo no indignarnos el tamaño de su gasto? ¿Cómo no indignarnos si cuando
se anunciaba el incrementaba del 20% del precio de la gasolina en enero del
2017 la Cámara anunciaba que se asignaba 9 millones de pesos en vales de
gasolina para uso discrecional de sus diputados?
La
peor noticia es que esos vales, que los coordinadores manejan con absoluta
opacidad, no les llegó a la inmensa mayoría de los diputados, al grado tal que
el mayor monto observado, por la Auditoría Superior de la Federación, tiene que
ver con la asignaciones discrecionales a grupos parlamentarios, de las cuales,
ni siquiera se beneficia la inmensa mayoría.
Para
acabar pronto, ni siquiera los propios priístas tienen claro cómo se gasta el
dinero en la Cámara, y de ahí que no sólo urge eliminar diputados, en
principio, sobre todo a los que no representan a nadie en la Cámara y a los que
estorban por ineficientes y corruptos, ya que no sólo enlodan la imagen pública
de la política, sino también el bolsillo de los
mexicanos.
Así las cosas, ante el reciente arranque de campañas políticas
es de suyo importante analizar, sobre todo en el caso de los candidatos a
diputados y senadores, si lo que deseamos es MÁS DE LO MISMO con el PRI y sus
corifeos y, sobre todo, exigir a los aspirantes representar realmente los
intereses del pueblo, y NO los acuerdos y negociaciones de sus partidos.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es un periodista con más de 41 años de experiencia como
reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de varios medios de
comunicación, además de haber fungido como jefe de información de dos ex
gobernadores y tres presidentes municipales y publicar cuatro libros.
Titulado en la Universidad Autónoma
de Yucatán como Licenciado en Derecho, cuenta con cuatro Diplomados en Derechos
Humanos y Sistema Acusatorio; La Familia y los Derechos Humanos; Acceso a la
Justicia en Materia de Derechos Humanos, y en Juicio de Amparo, así como con
más de 15 Seminarios, Talleres y Cursos diversos.
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