¿Arranca carrera por la gubernatura?
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Contra
la tradición política de Quintana Roo, quizá nos estemos adelantando un poco al
hablar sobre la sucesión gubernamental, pero lo cierto es que los síntomas son
prácticamente inequívocos después de los últimos acontecimientos en torno a las
fallidas aspiraciones de la ciudadanía sobre un cambio que nunca llegó con
Carlos Joaquín González.
La
mejor prueba de esa frustración de los quintanarroenses con el aliancista del PAN-PRD
se palpó claramente en las últimas elecciones, cuando, como se recordará,
prácticamente todos los abanderados del mandatario salieron, como suele
decirse, con la cola entre las patas, aunque, vaya, aquella matazón fue una
crónica anunciada.
En
efecto, el esperado “cambio”, una y otra vez prometido por el gobernador que
logró desplazar al PRI del poder en Quintana Roo tras más de cuatro décadas,
sólo se sintió durante aquella histórica campaña y hasta poco después de ésta,
ya que después siguió una serie de frustraciones de políticos, profesionales y
pueblo en general.
Resulta
desgastante reiterar que la principal falla de Carlos Joaquín resultó y sigue
resultando la inseguridad -sin entrar aún al terreno del manejo presupuestal y
manejo de la deuda-, lo que, para variar, le obligó a cometer nuevo traspié con
la contratación del “Rambo” tijuanenses Alberto Capella Ibarra quien, por lo
que se ve, lo que mejor sabe es hablar.
El
mayor declive del mandatario ocurrió tras el ascenso de Morena con la
presidencia para López Obrador, lo que, al igual que sus “correligionarios” y
homólogos del PAN, lo obligó a agruparse para una supuesta defensa que de nada
les ha servido, ya que, hagan lo que hagan o digan, no han conseguido debilitar
al jefe del Ejecutivo federal.
Por
el contrario, han provocado una serie de reacciones ciudadanas en sus
respectivas entidades, donde ha sido manifiesto el desprecio del pueblo contra
sus fallidas políticas, tal y como, en el caso de Quintana Roo, se pudo
comprobar durante la visita de López Obrador, irónicamente, durante la
celebración del Día de la Bandera.
Como
era de esperarse, los asesores de Carlos Joaquín inventaron culpar de lo
ocurrido precisamente a Morena -ahora directamente a López Obrador-, y el mejor
“chivo” expiatorio resultó ser la representante de ese partido en el Senado, Freyda
Marybel Villegas Canché, con quien el mandatario estatal ha sostenido una lucha
de dimes y diretes.
En
efecto, la controvertida, y no tan bien vista política, fue acusada de haber
organizado los abucheos y rechiflas contra el gobernador, precisamente ante
López Obrador, lo que aquélla revirtió en el sentido de pedirle a Carlos Joaquín
salir a la calle sin avisar para ver la reacción de la gente, cansada de ser
ignorada, por lo que mejor le aconsejó madurez política.
Lo
cierto es que el tema trascendió a nivel nacional, lo que obligó a que gobernadores
del PAN, aglutinados en una Asamblea de Gobernadores del blanquiazul, pidieran
el cese de insultos en su contra en eventos de AMLO y exigieran la inmediata
intervención de la Secretaría de Gobernación.
Con
excepción del chihuahuense Javier Corral y el bajacaliforniano Francisco Vega, integran
esa organización los Ejecutivos de Aguascalientes (Martín Orozco), Baja
California Sur (Carlos Mendoza Davis), Durango (José Rosas Aispuro), Guanajuato
(Diego Sinhue), Querétaro (Francisco Domínguez), Tamaulipas (Francisco Javier
García), Yucatán (Mauricio Vila) y, desde luego -ya lo adivinó Usted-, el de Quintana
Roo, Carlos Joaquín.
A
esa causa perdida de los mandatarios ante el hartazgo de su gente, se ha
sumado, como era de esperarse, el ex presidente Vicente Fox Quesada, quien,
enviciado con los reflectores, dijo ver “hipocresía y cinismo” en López Obrador
-su “cliente” diario-, a quien acusó de dirigir los abucheos contra los
gobernadores en mítines, pero dijo que éstos son “sonsos que se dejan”.
El
caso es que tanto el ranchero guanajuatense como los gobernantes panistas,
acostumbrados a la añeja “obediencia” ciudadana parecen ignorar o menospreciar
los nuevos tiempos políticos y el despertar de una democracia que rebasa
incluso a los tradicionales medios de comunicación, tal y como se observó en la
ciudad de Monterrey, donde el ex candidato
a la alcaldía, Pedro “Futito” Alejo Rodríguez, lanzó en redes sociales el reto
#FutitoChallenge contra el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón
“el Bronco”, convertido en viral por contar con la participación ciudadana.
Pues
bien, a través de su cuenta de Twitter, ocho de los 10 mandatarios del PAN “exigieron”
la inmediata intervención de Gobernación para que cesen las agresiones e
insultos en su contra durante los eventos públicos de López Obrador y
amenazaron con tomar “las medidas pertinentes en las giras del Presidente de la
República y funcionarios federales”.
Y
es que desde que López Obrador visita los diferentes estados, los simpatizantes
de éste acostumbran insultar, abuchear e interrumpir los discursos de los
gobernadores, principalmente del PAN y PRI, tal y como ocurrió el fin de
semana, cuando el gobernador panista Mendoza Davis vivió en carne propia durante
11 minutos el repudio de los asistentes al evento en Los Cabos, por gritos de “¡Corrupto!”,
“¡Ladrón!”, “¡Fuera!”.
La
política es diálogo, respeto, colaboración y reciprocidad. Los estados
gobernados por el PAN afiliados a la @GOAN_MX, son los que generan mayor
crecimiento y más empleos. “No permitiremos que se denigre la política mediante
agresiones e insultos orquestados por Morena”, advirtieron los panistas en sus
redes sociales.
Y
conste que, en el caso concreto de
Carlos Joaquín, tras abandonar las filas del PRI jamás ha reconocido pertenecer
al PAN ni haberse afiliado a éste, aunque tampoco lo ha hecho con el PRD, su
otro impulsor a la gubernatura, pese a que, irónicamente, fue el partido que le
ofreció inicialmente la candidatura después que el tricolor se inclinara por
Mauricio Góngora.
Hasta
donde recordamos, nunca antes en la historia de Quintana Roo se había visto un
mandatario tan débil y poco popular durante el transcurso de su tercer año de
gobierno, vaya ni siquiera el hoy defenestrado Félix González o el encarcelado
Roberto Borge, los dos priístas cozumeleños que hundieron al Estado en una
miseria a la que Carlos Joaquín no se ha vuelto a referir, aunque con él se
habla de un endeudamiento ¡de hasta 70 mil millones de pesos!
Nada,
nada le ha salido bien al mandatario, que no ha sabido hacer los cambios
necesarios en su gabinete, sino los convenientemente políticos, sobre todo en
materia de política interna, la más importante de cualquier gobierno, y eso que
ya estamos prácticamente a la mitad de su sexenio, cuando, contra todo sentido
común, lo que suena insistentemente se llama su-ce-sión, cuando que,
generalmente, a estas alturas debería estar más fuerte que nunca.
En
el caso de Morena, Marybel Villegas, de quien hay mucho de qué hablar -y ahora
más que nunca- desde un principio admitió que buscaría la gubernatura, aunque,
más callado sobre el tema, también “suena” el nombre de otro senador, José Luis
Pech, y más oculto que ambos, el diputado federal plurinominal del Partido
Verde, Luis Alegre Salazar, presidente de la Comisión de Turismo de la Cámara
“baja”, con el que negociaría Morena.
Ya
hablaremos de cada uno, aunque, por lo pronto, la pregunta obligada es ¿Por
quién apuesta Usted?
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es un periodista con más de 42 años de experiencia como
reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de varios medios de
comunicación, además de haber fungido como jefe de información de dos ex
gobernadores y tres presidentes municipales y publicar cuatro libros.
Titulado en la Universidad Autónoma
de Yucatán como Licenciado en Derecho, cuenta con cuatro Diplomados en Derechos
Humanos y Sistema Acusatorio; La Familia y los Derechos Humanos; Acceso a la
Justicia en Materia de Derechos Humanos, y en Juicio de Amparo, así como con
más de 15 Seminarios, Talleres y Cursos diversos.
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