¡Alerta coronavirus a Quintana Roo!
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
En medio de una grave
sicosis por el coronavirus en China y sus consecuencias, la Secretaría de Salud
de México confirmó este viernes que, como se temía, pero se esperaba, se han
presentado en México dos casos de esa terrible enfermedad que ha causado tantas
muertes en aquel país asiático: Uno de ellos en la propia Ciudad de México, y
otro más en Culiacán.
La verdad es que lo que menos habíamos pensado era escribir
sobre esa enfermedad, pero la ubicación geográfica de Quintana Roo y su
principal actividad turística, la de cruceros, nos obligan a hacer un llamado
urgente a las autoridades de todos los niveles a tomar medidas urgentes cuanto
antes para evitar que la entidad sea una de las principales afectadas.
Ad hoc con el tema, el conocido antropólogo Fernando Cortés
de Brasdefer impartió ayer jueves una interesante conferencia denominada “La
muerte púrpura en Payo Obispo 1918-1919, a un siglo de la tragedia”, en torno a
la pandemia conocida como influenza española, con un recuento histórico de la
enfermedad que, nacida en Estados Unidos, se extendió por el mundo hasta llegar
a Quintana Roo.
A diferencia del 8 de abril de 2016, cuando impartió una
conferencia similar, pero con el propósito de que nuevas generaciones conozcan
los daños que ocasionó la pandemia española que afectó al antiguo territorio
Payo Obispo, el conferencista, investigador del Instituto Nacional de
Antropología e Historia, ahora hizo referencia al coronavirus.
Al término del evento, en el Museo de la Cultura Maya, la
mayoría de los asistentes se refirió al coronavirus como pandemia que, a
escasas semanas de su aparición, acapara las principales páginas de los
periódicos de todo el mundo por el temor generalizado de que haga su aparición
de un momento a otro, en nuestro caso, primero en América, luego en México y
ahora en Quintana Roo.
Precisamente el primer brote de temor ocurrió ante el arribo
de un crucero a Cozumel con un aparente afectado, por lo que se le negó el
permiso de descender a su tripulación. Hubo polémica y luego una serie de
dichos sobre si descendieron o no, inclusive hasta hoy, pero lo cierto es que
las redes sociales se han encargado de darle seguimiento informalmente.
El coronavirus, síndrome respiratorio agudo y grave (SRAS, también conocido como SARS y
SRAG), se detectó en noviembre de 2002 en China, afectó a más de 8 mil personas
en 37 países y provocó más de 700 muertes. Es una familia de
virus que se descubrió en la década de los 60, con un origen aún desconocido,
aunque provoca un simple resfriado o resulta un síndrome respiratorio grave.
El
coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) fue
detectado por primera vez en 2012 en Arabia Saudita. Se habían notificado hasta
octubre de 2019 más de 2 mil 400 casos de infección, con más de 800 muertes.
Sin
embargo, una mutación del virus es la que actualmente mantiene las alarmas del
mundo encendidas. Se trata del Covid-19, que
se originó en China, específicamente en Wuhan. Para esta enfermedad no hay
vacuna ni medicamentos especiales para su tratamiento. El padecimiento ha
dejado miles de muertes alrededor del mundo y que no hay una sola región limpia
de él.
El
acumulado de fallecidos hasta el momento en China es de 2 mil 788 personas y el
de casos confirmados, de 78 mil 824, lo que ha provocado que los grupos de
redes sociales por teléfono se inunden de mensajes sobre el tema, al grado tal
que, inclusive, en Chetumal ya se ofertan “tapabocas” que, a nivel nacional,
están prácticamente agotados.
Asimismo,
una de las búsquedas más constantes de internet es el libro llamado “Los ojos
de la oscuridad” que, escrito por Dean Koontz hace cerca de 40 años,
prácticamente vaticinó la aparición del coronavirus precisamente en estas
fechas y precisamente en China. Internet lo ofrece en venta o vía suscripción,
aunque, en casos aislados, se puede localizar en inglés.
Ahora
bien, el urgente llamado a las autoridades es para adoptar, a la voz de “ya”, medidas urgentes y extremas
en torno a la Zona Libre de Belice, ya que es del conocimiento público que la
enorme mayoría de los productos que expende es precisamente de origen chino,
con mercancía de contenedores provenientes de ese país contaminado.
La
capital Chetumal está tan sólo unos minutos del lugar, y los habitantes son muy
dados a viajar para adquirir productos chinos por su atractivo precio, pese a
su dudosa calidad y falta de garantía, principalmente sanitaria, con un tema
que no es ningún juego, y sí suficientemente serio, aunque, muy a pesar nuestro,
seguramente habrá que luchar contra la burocracia y “tramitología”.
Ya
nos imaginamos el dolor de cabeza que le ocasionará el tema al gobernador
Carlos Joaquín, similar al del crucero de Cozumel, aunque más grave y con mayor
riesgo, no sólo para Chetumal o Quintana
Roo, sino para todo el país, como puerta de entrada.
El
tiempo es oro, y esperamos que, tanto la Secretaría de Salud como el Gobierno
del Estado, adopten, “pero YA”, alguna medida sobre la zona libre, donde se
sabe, inclusive, de trabajadores chetumaleños que se dedican a la descarga de
contenedores.
No
se trata de alarmar, pero, de no hacer nada, o de minimizar Carlos Joaquín los
riesgos, ¡Dios nos bendiga! No quisiéramos escribir el día de mañana “se lo
dijimos”.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es un periodista con más de 43 años de experiencia como
reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de varios medios de
comunicación, además de haber fungido como jefe de información de dos ex
gobernadores y tres ex presidentes municipales, y escribir cinco libros, uno de
ellos pendiente de publicar.
Titulado como Licenciado en Derecho
en la Universidad Autónoma de Yucatán, cuenta con cinco Diplomados, dos de
ellos en materia de Juicio de Amparo, Derechos Humanos y Sistema Acusatorio; La
Familia y los Derechos Humanos; y Acceso a la Justicia en Materia de Derechos
Humanos, así como con más de 20 Seminarios, Talleres y Cursos diversos.
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