EE.UU., dueño del mundo y de la ONU: Palestina
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
En honor a la verdad, aunque
nadie quiera leerlo, resulta increíble y vergonzoso que, después de 139 días de
por menos 38,066 palestinos asesinados, 14,350 de ellos niños y 8,620 mujeres,
así como 71,220 heridos, un país pueda decidir la impunidad de otro y apoyarlo
permanentemente con armas y dinero para continuar un genocidio, contra el que
sólo un país de todo el mundo ha intervenido en forma directa: Yemen.
En esta singular situación, que seguramente a pocos lectores
interese, los países directamente involucrados son cinco: Estados Unidos,
Israel, Palestina, Yemen y Sudáfrica, el primero de los cuales actúa como amo
del mundo, libre de hacer lo que quiera, sin importarle la opinión de
organismos internacionales y de otros países, incluidos sus propios
conciudadanos.
Los segundos actores son los israelís que, como judíos
creyéndose los “enviados de Dios”, se han dado un sangriento festín destruyendo
totalmente a Israel en Gaza, incluso hospitales y escuelas, y asesinando
también a periodistas, ancianos y médicos, en abierto y descarado desprecio por
la vida.
Hasta
hoy, 2 millones de personas están encerradas en un campo de concentración,
rodeados de francotiradores, con aviones y drones bombardeándoles, condenados a
morir de hambre. Es un nuevo Guetto de Varsovia y esta vez no hay excusas para
decir que no se sabía lo que ocurría.
Sin
embargo, los israelíes dijeron a los palestinos que no escaparan hacia el Sur,
sino hacia el Norte, aunque, en busca de que les perdonaran la vida, los
segundos huyeron para conformar campamentos de refugiados que, contra lo que
les habían ofrecido, ahora son bombardeados sin misericordia y las familias
palestinas mueren de hambre, y de sed, sobre todo.
Y
de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), prácticamente ni sus luces.
Inclusive, el 20 de enero pasado, la Corte Internacional de Justica falló a
favor de un recurso presentado por abogados de Sudáfrica, que acusó a Israel de
genocidio y decretó poner un cese al fuego y detener los ataques contra los
palestinos. En ese entonces sólo se había asesinado a 25,000 civiles, herido a más de 60,000 y desplazado a 1.7 millones de
personas.
El
decreto: Tomar toda medida para impedir el genocidio, garantizar que los
militares no cometan ningún acto sobre el tema: detener la incitación contra
los palestinos; Todas las medidas para castigar las incitaciones públicas al
genocidio, más aún por parte de funcionarios, así como garantizar ayuda
humanitaria; adoptar medidas inmediatas y efectivas para abordar las
condiciones adversas a la vida en la Franja y preservar evidencia que impacten
la convención sobre genocidio, aunque debería presentar al tribunal un informe
de todas esas medidas en un mes.
La
orden de la Corte, que indicaba que todas las partes están obligadas por el
derecho internacional humanitario, pedía, además, que fueran liberados todos los
rehenes en Gaza.
Sobre
el particular, el gobierno de Uganda desconoció a su jueza Julia Sebutinde de
la Corte, por votar contra todas las medidas provisionales.
Adonia
Ayebare, representante permanente de Uganda ante la ONU, repudió a Sebutinde: “Su
fallo no representa la posición del gobierno de Uganda. El apoyo de Uganda a la
difícil situación de Palestina se ha expresado a través de nuestro patrón de
votación en las ONU”. La Corte acusó a Israel de seis medidas provisionales
para dejar de obstaculizar las entregas de ayuda y contener la crisis
humanitaria. Sebutinde votó contra todas.
El
aparente triunfo de Sudáfrica en su demanda contra Israel en La Haya, era que la
Corte Internacional de Justicia pedía la protección inmediata del pueblo
palestino frente al genocidio y requería presentar ante el Tribunal en un mes
para rendir cuentas.
Sin embargo, Occidente, representado por Estados Unidos, es
el peor estercolero de la historia de la humanidad y, lo que es peor, Reino
Unido, Italia, EE.UU., Canadá, Australia y Finlandia suspendieron su
financiación a la ONU para los Refugiados (UNRWA) única organización que ha
ayudado a Palestina tras el ataque de Israel.
Aunque Usted no lo crea, el portavoz del Consejo de
Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, señaló que el caso de
Sudáfrica contra Israel no tiene sentido porque no hubo genocidio intencional, y
que “el número real de muertes civiles en Gaza es cero”.
En
un mejor escenario, México celebró el fallo
de la Corte contra Israel para “prevenir” el genocidio, en el sentido de que “la
CIJ atendió una demanda de Sudáfrica que alertaba de las pérdidas humanas tras
la guerra”.
Tras la exigencia de la Corte, el Gobierno de
México, a través de Relaciones Exteriores, celebró que se impongan estas
medidas que ayuden a cesar la hostilidad en Oriente, ya que el veredicto
fue tomado en conjunto por los jueces del tribunal, ante una acusación de
Sudáfrica por las múltiples preocupaciones de altos funcionarios ante la
ONU.
Sin embargo, pese a que el tribunal de La Haya dijo
a Israel que debe dejar de cometer genocidio contra Gaza, los sionistas
respondieron matando a 750 palestinos en 5 días, mientras EE.UU. y otros 13
países respondieron suspendiendo la ayuda humanitaria. Desgraciadamente, así
funciona la “justicia internacional”, mientras los niños mueren desangrados por
no tener medicinas ni suficientes doctores.
Así
las cosas, Riyad Al-Maliki, Ministerio de Asuntos Exteriores palestino anunció el
descubrimiento de una fosa común con más de 30 cuerpos en descomposición de
palestinos enterrados en el norte de Gaza, asesinados con los ojos vendados y
manos atadas, como una prueba clara de que fueron ejecutados en el campo sin
rendir cuentas ni supervisión.
En
este sentido, solicitó formar un equipo internacional de investigación de campo
sobre las masacres de la ocupación israelí y las condiciones de las personas
desaparecidas y detenidas en la Franja, y destacó la necesidad de que un equipo
internacional vea el alcance y las dimensiones del genocidio al que está
expuesto el pueblo.
Por
su lado, el Ministerio de Salud informó que Israel cometió 13 masacres en las
últimas 24 horas en Gaza, con 112 ciudadanos e hiriendo a otros 148, con lo que
la cifra se elevaría a casi 38 mil muertos, más de 12,000 niños, y pidió fin al
genocidio, fin al sionismo.
Por
si fuera poco, cientos de escuelas, incluidas las de la ONU, han sido
bombardeadas y destruidas, dejando a más de 625,000 niños sin donde estudiar.
El 90% de las escuelas han sido objeto de continuos ataques, asesinando a más
de 4,000 estudiantes en 3 meses. Los ataques a la infraestructura civil, incluidas
escuelas y hospitales, donde los niños buscan refugio, son más que
inconcebibles, en una “guerra” que erosiona al mundo y sale de control, apuntó
Jason Lee, director de Save The Children Palestina.
Lo
cierto es que nunca había habido una guerra en la historia en la que el 80% del
país haya sido arrasado, el 100% de la población desplazada y el 50% de las
muertes sean niños. Así que, llamémoslo por lo que realmente es: Un genocidio.
Así
las cosas, todos los gobiernos que, activa o pasivamente, colaboren
militarmente con el régimen sionista, podrían deberían ser juzgados por
genocidio. “Si la Corte considera que hay genocidio, los envíos de armas de
EEUU a Israel pueden serlo”, reveló el ex fiscal jefe de la Corte, Luis Moreno
Ocampo.
“Israel
significa guerra y destrucción y nosotros, los estadounidenses, estamos detrás
de esta guerra y me avergüenzo de ser estadounidense", opina el actor Antony
Hopkins.
Millones
de estadounidenses de diversas entidades, al igual que él, abogan por el fin de
la masacre ante su presidente Joe Biden, a quien, pese a sus deseos de
reelección, apoyan pocos de sus colaboradores, como ocurre en otros países
europeos, en abierto enfrentamiento gobierno-ciudadanos, por lo que el mundo
debió detenerse por completo cuando comenzó el genocidio.
Así,
creemos que el mundo nunca ha tenido democracia, pero lo que le está pasando a
la humanidad con el genocidio es una advertencia de hasta dónde puede llegar la
avaricia y la crueldad humana.
Imagínese
Usted: Los sionistas-israelitas judíos han arrojado más de 66,000 toneladas de
explosivos contra Gaza desde el comienzo de la ofensiva genocida hace 4 meses,
mientras que la bomba de uranio que EE.UU. lanzó en Hiroshima equivalía a 16,000
toneladas, y la de Nagasaki, a 21,000 toneladas.
Sólo
así es comprensible que, hasta en 137 días, 2,512 masacres habría cometido Israel,
con 35,858 asesinatos y desaparecidos, 28,858 llegaron a hospital; 12,660 niños
y 8,570 mujeres asesinados, 340 médicos, 46 de la Defensa Civil, 130 periodistas,
7,000 desaparecidos, 70% de los cuales niños y mujeres; 68,678 heridos, de los
que 11,000 necesitan ser trasladados a otros países para tratamiento; 10,000
pacientes con cáncer en riesgo de morir, 99 personas de Salud secuestrados
igual que 10 periodistas.
A
este trágico resumen se suman 2 millones de desplazados, 700,000 pacientes con
enfermedades infecciosas por el desplazamiento, 100 escuelas y universidades
completamente destruidas, 295 parcialmente; 184 mezquitas completamente
destruidas y 266 parcialmente; 3 iglesias atacadas y destruidas, 70,000
viviendas completamente destruidas y 290,000 en forma parcial; 66,000 toneladas
de explosivos arrojados, 31 hospitales y 53 centros de salud fuera de servicio,
152 instituciones de salud parcialmente atacadas, 124 ambulancias destruidas y 200
sitios arqueológicos y patrimoniales.
Aunque
la Corte pide a Israelí devolver las tierras ocupadas, incluida Jerusalén, y
compensar a los palestinos, irrisoriamente, su Primer Ministro, Benjamín
Netanyahu, declara a Israel “fuera
del derecho internacional”, por lo que no reconocerán ninguna decisión sobre su
ocupación ilegal, con lo que Israel es estado paria y todos los países deberían
expulsar a sus embajadores, sancionar al país y emitir órdenes de La Haya para esos
monstruos.
Para mala fortuna de Palestina -y del mundo en general-
hace unos días Estados Unidos vetó por tercera ocasión
una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía un “alto el fuego
inmediato” -lo propuso Argelia-, con lo que, una vez más, demuestran ser los
principales cómplices y patrocinadores del genocidio.
La resolución fue con 13 votos a favor,
una abstención y ¡sólo uno en contra!, ya lo adivinó Usted, de EE.UU. Los
miembros del Consejo suman 15 países, aunque más de 50 miembros de la ONU nunca
han sido sus miembros.
Un
Estado en estas circunstancias podrá participar sin derecho a voto en sus
deliberaciones cuando el Consejo considera que los intereses del país son
afectados. Tanto miembros y los no miembros de la ONU, si son partes en una
controversia considerada por el Consejo, podrán invitarse a participar, pero sin
derecho a voto en deliberaciones del Consejo, que establece las condiciones
para su participación.
Irónicamente,
a la ex Primera Dama de EE.UU., Hillary Clinton, le parece normal que Israel
mate a más de 14,000 niños. Ex secretaria de Estado del país y perdedora de las
elecciones en 2016, consideró “legítima defensa” que Israel asesine niños: “Por
supuesto que no estoy sorprendida, porque eso es lo que pasa en las guerras,
pero estoy profundamente preocupada por el alto número de víctimas civiles”.
Ante
estas abyectas palabras, la interrumpieron activistas pro derechos humanos, uno
de los cuales dijo que “Israel no está defendiéndose. Es un genocidio por el
que usted está pagando”, y otro preguntó: “¿Cómo se atreve a hablar de derechos
humanos mientras los palestinos están siendo asesinados?".
La
aviación del ejército sionista ha lanzado más de 70, 000 toneladas de
explosivos sobre las cabezas de civiles de Gaza en 4 meses, lo que equivale a 28
kilogramos de explosivos a la cabeza de cada civil, cada niño, lo que no es “combatir
a Hamás” -terroristas, para ellos-, sino genocidio.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es un periodista con más de 48 años de experiencia como
reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de varios medios de
comunicación, además de haber fungido como jefe de información de dos ex gobernadores
y tres ex presidentes municipales, y escribir cinco libros, uno de ellos
pendiente de publicar.
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