Hijo de Mario Villanueva, ¿millonario cómplice?
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Como parte del nuevo
escándalo que se armó con la detención de José Chejín Pulido, quien fuera secretario
de Hacienda del ex gobernador Mario Villanueva Madrid, lo más relevante fue que
ese mismo día se habría escapado de las fuerzas federales el hijo mayor del ex
mandatario, Luis Ernesto
Villanueva Tenorio, quien habría desaparecido el mismo día que su padre, a fines
de 1999 https://luisangelqroo.blogspot.com/2024/02/fantasmas-persiguen-mario-villanueva.html
De acuerdo con nuestro
segundo libro, “Mario E. Villanueva Madrid, crónica de...
¿una venganza?”, con propiedades valuadas
en 42 mil pesos en esta capital -rancho, panificadora y un departamento-, una
de las primeras acusaciones al entonces gobernador sobre narcotráfico sería por
“lavado” de dinero, con lo que, según aparentes indagaciones oficiales, habría
reunido unos 60 millones de dólares en bancos de las islas Caimán, Panamá,
Estados Unidos y Suiza.
Según Notimex (28 de mayo, 2001), las
autoridades panameñas investigarían el origen de tres millones de dólares
depositados en aquella capital para adquirir siete locales comerciales, por lo
que la Procuraduría General de ese país habría solicitado asistencia judicial a
México para determinar el origen de esos fondos, transferidos a nombre de una
empresa de bienes raíces.
El dinero, según una fuente
de las autoridades panameñas, habría sido trasladado a la empresa Inversiones
Inmobiliaria del Istmo por el hijo mayor del ex gobernante a través de cuatro transacciones en 1999 para la
compra de siete locales comerciales en el centro comercial “Plaza Toledo”,
aunque la empresa carecería de alguna oficina física en aquella capital.
Según Notimex, el contacto
de Villanueva Tenorio en ese país sería Gabriel Btesh, quien, durante una
declaración en junio de ese año, revelaría a un fiscal panameño que el dinero
se habría canalizado por medio de cuatro empresas “Offshore” y que el trato
nunca se concretaría porque faltarían por depositar 780 mil dólares para cerrar
la operación.
Aquella Procuraduría señalaría
que habría “congelado” hacía un año los 3 millones de dólares depositados en
tres bancos de ese país, a petición de su contraparte mexicana, pero
posteriormente los liberaría quien habría hecho los negocios con Villanueva Tenorio
para adquirir esos locales en la Plaza, una galera de 2 mil 600 metros
cuadrados repartidos en 7 locales, uno de los cuales sería para vender repuestos
de equipo pesado y otro para refrigeración.
No obstante, Btesh
declararía que se quedaría con los fondos si no recibía el faltante y
cancelaría la inscripción de los negocios en el Registro Público de Panamá,
mientras que la Procuraduría revelaría su interés en “establecer la relación de
esos fondos con Mario Villanueva para ver qué pasa”. Empero, nunca más se
volvería a hablar del caso.
Según la defensa (Diario de
Yucatán, 29 de junio, 2002), Villanueva Tenorio tendría una orden de
aprehensión que libraría el 28 de mayo del 2002 el Juzgado IV de Distrito de la
metrópoli por lavado de dinero y que trabajaban con peritos en materia contable
para determinar las cantidades que menciona el expediente que, según el
rotativo, eran 72 millones de dólares.
-Se habla de que entregó un cheque de 950
mil dólares, cuando la cuenta es de 950 dólares. En este caso, la PGR está
inflando las cifras -aseguraría.
El primogénito de Mario
Villanueva, diría el periódico, figuró como propietario del condominio del
hotel Casa Maya (en Cancún), en el que presuntamente su progenitor se reunía
con narcotraficantes. Además, agregaría, se le menciona como propietario de
valiosos predios -no especifica cuáles- en la Costa Maya.
Al señalar que “hasta el
momento se desconocía el paradero de Luis Ernesto Villanueva”, explicaría que
cuando Mario Villanueva huyera de la justicia “su esposa e hijos permanecieron
varias semanas en Chetumal, pero después se les dejó de ver”.
Finalmente, el reportaje
añadiría que “según datos recabados”, el ex gobernante habría registrado
algunas de sus lujosas propiedades a nombre de su hijo mayor y su esposa Isabel
Tenorio, aunque vendió todo cuando se enteró que lo investigaba la PGR.
“Empero, nunca más se habló de sus propiedades en Cancún, suites, tierras,
casas y departamentos en zonas exclusivas”.
Para complicar la situación del ex
gobernante, el 4 de agosto del 2002 se informaría que la justicia suiza le habría
descubierto en días anteriores en un banco de Ginebra una segunda cuenta
bancaria que, activada desde 1994 a través de tres remesas de cheques, ascendía
a 850 mil dólares que se sumarían a la cuenta por casi un millón de dólares que
le habrían detectado semanas anteriores en el banco Credit Suisse.
Según Folco Galli, portavoz de la
Oficina Federal de Policía en Berna, en ambas cuentas aparecería como
copropietario su hijo Villanueva Tenorio, y confirmaría el congelamiento de
esos fondos, de acuerdo con una solicitud de Estados Unidos, a donde enviarían
la documentación para la Fiscalía de Nueva York.
Esta última consideraría que entre
ambos familiares lavarían entre 1994 y 1999 alrededor de 30 millones de dólares
en cantidades que irían de 400 a 800 mil dólares, según las investigaciones,
con la ayuda de Consuelo Márquez, ex vicepresidenta de la correduría
estadounidense Lehman Brothers.
La situación de Mario Villanueva pareció agudizarse a
fines en junio del 2002, cuando, coincidiendo con la visita a nuestro país del
entonces “zar” antidrogas de EE.UU., John Walters, el fiscal federal de una
Corte de Nueva York, James B. Comey, informaba que aquél sería formalmente
acusado de narcotráfico y lavado de dinero junto con su hijo Luis Ernesto, y
que buscarían extraditarles junto con la estadounidense de origen mexicano
Consuelo Márquez.
Esta última, de acuerdo con un cable
de El Universal del día 27, habría trabajado en Nueva York para Valores Serfín,
luego en la empresa de corretaje Lehman Brothers y habría sido responsable de
la operación del “lavado” y el establecimiento de cuentas en bancos “of shore”
(fuera de jurisdicción legal)
Por cierto, lo último que se sabe del tema de Chejín
Pulido es que fue trasladado a la Ciudad de México, aunque Villanueva Madrid,
acostumbrado a generar controversia política, no ha emitido ninguna declaración
sobre el caso, por lo que se ignora si la captura del ex funcionario y la
desaparición de Villanueva Tenorio estén ligados de alguna manera al caso del
ex gobernante de Quintana Roo.
Ahora bien, tanto en el caso de Chejín Pulido como de
Villanueva Tenorio, la pregunta obligada es ¿por qué hasta ahora, después de tantos 24
años, se deciden a actuar las autoridades? ¿no habrán prescrito las
acciones persecutorias? ¿Habrán enterado a los acusados, como indica la ley,
sobre las acciones en su contra?
Según diría el que fuera defensor de Villanueva Madrid
y su hijo, Carlos Bojórquez Hernández (30 de junio de 2002), las
acusaciones públicas contra éste “no son nuevas y están contempladas en la
estrategia de la defensa” “si habíamos mantenido en secreto la existencia de
una orden de aprehensión contra el vástago del ex gobernador, fue porque Mario
Villanueva así lo pidió”, y justificó que la publicación de cargos contra el
hijo “responden a una estrategia de la PGR para hacer parecer el caso más
enredado y quedar bien ante la opinión pública, pero con hechos inflados o
inventados”.
A quien no se ha involucrado en el caso es al otro hijo
del ex mandatario, el mitómano Carlos Mario Villanueva Tenorio, quien fuera
alcalde priísta de Othón P Blanco y diputado local, pero cuando su padre se
encontraba preso eran frecuentes sus ausencias de palacio municipal para viajar
a Nueva York.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es un periodista con más de 48 años de experiencia como
reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de varios medios de
comunicación, además de haber fungido como jefe de información de dos ex gobernadores
y tres ex presidentes municipales, y escribir cinco libros, uno de ellos
pendiente de publicar.
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