Mara y diputados, ¡contra quintanarroenses!
Por Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Cuando
todo mundo pensaba hoy que el huracán “Helene” se había alejado finalmente de
Quintana Roo, lamentamos comentar que, aunque con otro nombre, otro “huracán”
persiste en el Estado y apenas comienzan sus terribles consecuencias ¿Cuál es
su nombre? Se llama María Elena Lezama, aunque la mayoría la conoce como “Mara”,
y no precisamente por cariño.
Sí
-antes de que ayer se nos fuera el Internet por 6 horas, nos referimos a la
gobernadora verde-morenista Mara Lezama que, casi abandonada por el presidente
López Obrador por concluir el sexenio de éste, cree, erróneamente, que el sólo
hecho de su género de mujer, le será suficiente para obtener amor de la nueva,
virtual jefa del Ejecutivo federal, Claudia Sheinbaum.
El
caso es que Mara, que se convirtió en alcaldesa de Benito Juárez y luego en primera
mujer gobernadora de Quintana Roo gracias a los buenos oficios de su amigo del Partido
Verde Ecologista, “el Niño de Oro Jorge”
-Emilio González Martínez-, y a los pésimos resultados del gobierno del
“cambio”, encabezado por el cónsul ahora enamorado, el yucateco-playense Carlos
Joaquín González, ha tenido dos años de gobierno verdaderamente para olvidar.
Pero
no precisamente para olvidar por sus buenos resultados, sino todo lo contrario:
La mandataria se ha caracterizado porque cada vez que hace algo ¡mete la pata!,
y ojalá fuera sólo contra ella misma. Y no contra los principales afectados, en
el caso que nos referimos hoy, a los quintanarroenses, a favor de los que DICE
gobernar, pero que hace todo lo contario. Gobierna ¡contra ellos!
La
verdad es que, en honor a la verdad, ignorábamos que la mandataria era
originaria de la Ciudad de México, aunque ya demostró realmente NO ser
quintanarroense, y a los hechos nos remitimos con la reciente decisión de la apenas
desempacada XVIII Legislatura del Congreso del Estado, en el sentido de aprobar
que los no-quintanarroenses, sin ninguna antigüedad de residencia en el Estado,
pudieran ocupar alguna Dirección en el gobierno, llámese en SU gobierno.
Y
conste que estamos justamente “relacionando” a los diputados locales con Mara
Lezama, y no porque no sea diferente el Poder Legislativo del Poder Ejecutivo,
sino porque, en los hechos, eso es lo que son, es lo que demuestran, además de
que, entre los nuevas, recientes bancadas políticas, no vemos ningún cerebro
capaz de demostrar semejante idiotez, semejante necedad, y menos aun cuando se
dicen representantes “populares”.
Ahora
sí que la popularidad de López Obrador y el género de la próxima presidenta
causó verdaderos estragos entre los votantes quintanarroenses, que optaron por
las fórmulas de Morena en las urnas, sin conocer a los que serían sus
candidatos en Quintana Roo, donde se cometió una verdadera barbaridad, por
ejemplo, al reelegir a las alcaldesas de Benito Juárez y Othón P. Blanco, o
bien para votar por una candidata indígena para el Senado, que era de todo
¡Menos indígena!
Así
que la reforma contra quintanarroenses tampoco tiene ninguna lógica, más que
obedecer una orden de alguien a la que, en gran medida, los legisladores le
deben candidatura y diputación, ya que, en la mayoría de los casos, ¡a ellos no
los conocen ni en sus propias casas!
¿Y
sabe Usted quienes son los más afectados con la “brillante” reforma de esa opaca
Legislatura? Los profesionistas y los estudiantes quintanarroenses que, no sólo
deberán batallar contra la mayor capacidad y preparación de sus propios paisanos,
sino enfrentar las malas decisiones de Mara Lezama y sus sucesores que, como si
aquéllos fueran oriundos de otros Estados, podrán optar por nombrar a quienes
les pegue la gana, independientemente de que existan miles de quintanarroenses.
En
el caso particular de la mandataria es perfectamente entendible -que no
comprensible-, pues podrá dejar atrás a profesionistas quintanarroenses para
echar mano de gente proveniente de otras entidades, podemos anticipar que con
antecedentes del Partido “Verde”. Tal y como fue el caso del Fiscal General, el
chiapaneco Raciel López Salazar, al que sostiene contra viento y marea en el
cargo, pese a su pésimo “trabajo” y antecedentes.
Casualmente,
hace unos días fue ratificado por el Congreso para seguir en el cargo -aunque
no lo cree Usted- ¡hasta por 12 años!, a menos que, ojalá Dios lo permita, con
la nueva reforma al Poder Judicial, pueda ser removido. Eso esperamos.
Por
cierto, casos como este aparente nativismo se habría vivido con el veracruzano
Joaquín González Castro cuando estaba en juego la gubernatura con Mario
Villanueva Madrid, pero hasta podría justificarse -no lo estamos haciendo- de
que se paleaba el nombre de quien regiría los destinos de los quintanarroenses,
y no de profesionistas y universitarios, que mañana engrosarán posibles filas
de taxistas o mecánicos y albañiles.
Bueno,
lo cierto es que casi podríamos anticipar que, en poco tiempo más, las redes
sociales y periodistas a modo -por jugosos contratos, claro- publiquen alguna de
las consabidas encuestas de alguna empresa, también pagada, donde se asegure
que un envidiable porcentaje de quintanarroenses califica a Mara Lezama como
una de las mejores gobernadoras, de las más “populares” de todo el país, ja, ja,
ja.
¡Para
algo sirve el dinero!
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es un periodista con más de 48 años de experiencia como
reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de varios medios de
comunicación, además de haber fungido como jefe de información de dos ex gobernadores
y tres ex presidentes municipales, y escribir cinco libros, uno de ellos
pendiente de publicar.
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