¡Sospechoso “premio” a Carlos Joaquín!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
En una aparente burla,
estrategia para desviar la atención o intento de apoyo político con miras al
próximo proceso electoral, ahora resulta que el mandatario de Quintana Roo,
Carlos Joaquín González, es el mejor gobernador del 2017, por lo menos para el
desconocido Grupo Valores entre los quintanarroenses.
En efecto, como seguramente, al igual que nosotros, se habrá
enterado de esa inusitada nominación a través de las redes sociales, donde
circuló profusamente la noticia desde el jueves último, el Jefe del Ejecutivo
de la entidad recibió ese reconocimiento, irónicamente, lejos de Quintana Roo y
lejos del sentir de los quintanarroenses: En la capital del país.
Y es que, cabe aclarar, esto no significa que el aliancista
PAN-PRD sea o no el mejor o peor de los gobernantes del país, pero, caray, en
todo caso creemos que deberían ser precisamente los quintanarroenses los que
calificaran su trabajo, ya que, por principio de cuentas, son los únicos que
podrían constatar y calificarlo.
Por
otro lado, tampoco podemos calificarnos pro o anti “joaquinistas”, pero lo
cierto es que desde un principio nos dio mucho que pensar la selección del
gobernante como el mejor de todo el país, por encima de los otros 31
mandatarios, y no porque alguno de ellos sea realmente “el mejor”, sino porque
hacer un nombramiento de esa naturaleza requiere de mucho trabajo.
Seguramente no pocos “joaquinistas” se habrán congratulado
con ese galardón para quien apenas días antes había sido cuestionado como el
aparente “rey de los gastos”, como seguramente no pocos se habrán indignado,
inclusive rasgado las vestiduras en un afán de reclamo, principalmente los
opositores priístas.
No obstante, en uno y otro caso, y aunque suene absurdo,
ambos tienen la razón, como la tienen todos los quintanarroenses, ya,
repetimos, en todo caso, se les debió consultar previo a informar con toda
pompa que Carlos Joaquín era “the best”, al menos para sus premiadores.
Para todo esto, conste que, aunque parezca mentira, todo
hace suponer que, curiosamente, el menos “culpable” es el mandatario, quien
gustoso acudió a la metrópoli a recibir el trofeo. Era lógico que lo aceptara,
ya que, al menos políticamente, hubiera sido de mal gusto rechazarlo.
Y hete aquí el quid del caso, ya que seguramente sobrarán
los que opinen que, de ser más honesto, Carlos Joaquín hubiera hecho mutis y
aparentar que no había pasado nada, o bien declarar que sus paisanos eran los
indicados para calificar su gestión, ya que sería ingenuo suponer que le
habrían calificado otra cosa.
Lo cierto es que, según crónicas, su comentario fue: “El camino es arduo, el compromiso
mayor, dar tranquilidad y crecimiento a Quintana Roo. Nos esforzamos por
alcanzarlo y ofrecer más oportunidades para todos. Los premios son un aliciente
para esforzarse más y ser mejores. Gracias a la Revista y Grupo Valores por
reconocer a Q. Roo”.
Conforme las publicaciones, la
Revista y Grupo Valores realizó el evento “para reconocer la trayectoria y
labor de personajes de renombre en el país”, por lo que ellos entregó 10
galardones, entre otros para el titular de la Delegación Gustavo A. Madero de
la ciudad de México, Víctor Hugo Lobo; y el alcalde de Huixquilucan, Estado de
México, Enrique Vargas del Villar.
Durante el evento, el periódico capitalino
Excélsior también recibió el Premio de manos del socio director de la Revista, Alberto
Legorreta, quien explicó que estos reconocimientos se otorgan con base al
respaldo de las personas a través de las redes sociales a empresas socialmente
responsables, políticos cercanos a la gente y medios con trayectoria.
La encargada de recibir este Premio
fue la subdirectora Editorial de Excélsior, Fabiola Guarneros, quien valoró el
trabajo periodístico del rotativo, que cumplió 100 años, “que ha dado
testimonio del devenir de México y el mundo en el último siglo”.
Por su parte, Alberto Legorreta
comentó que, con siete años de trayectoria, consideró a la gente, al vox
populi, a través de las redes sociales, para elegir ternas o alternativas de
premios, “y con esta innovación de los millennials, de la generación
millennials, tuvimos a bien convocar a la entrega de premios, de galardones”.
Con todo, la designación de Carlos
Joaquín no deja de ser polémico para la clase política local, que, con justa
razón, cuestiona que una revista -sí, leyó Usted bien-, una revista que ni
siquiera se edita en Quintana Roo, califique el desempeño del gobernador de
todo un Estado, lo que a cualquiera obliga a la sospecha,
La intención de abordar este tema
es poner en CONTEXTO lo que para la mayoría de la población fue sólo una
noticia, y nada más, ya que obtener un premio de esta especie pareciera tan
sencillo como los Honoris Causa que entregan algunas instituciones previo pago
de una “colaboración”.
No estamos diciendo que ese haya sido el caso de Carlos Joaquín, pero es
sumamente extraño que una revista, extraña para los quintanarroenses, realice
un reconocimiento al mandatario, obviamente para buscar aumentar el capital
político de éste, que no para otra cosa ¿O sí?
Para quienes nunca han leído la
revista -suponemos que muy pocos la conocen-, todo hace suponer que opera a
través del sistema de franquicias, ya que se promueve con este anuncio: “¿Te
gustan los negocios, la política y el periodismo? ¡Tú puedes adquirir la
franquicia Valores en tu Estado!
Con columnistas de la talla de
Armando Martínez Gómez, presidente del Colegio de Abogados Católicos en México,
apunta que es la “primera Revista en México, cuyos contenidos buscan mostrar lo
mejor de nuestro país, destacando los valores que nos identifican como
mexicanos”.
Su publicidad, asegura, será vista
por los más de 45 mil lectores de nuestra versión impresa y los miles de
seguidores de nuestra edición digital (redes sociales y sitio web)
Concluye que “nuestra revista se
distribuye en universidades públicas y privadas, Cámaras empresariales, Cámaras
de diputados y senadores”, así como en la entonces Asamblea Legislativa del
Distrito Federal (ALDF), ahora Congreso de la Ciudad de México; jefaturas
delegacionales de ésta, embajadas, aeropuertos, restaurantes y cafeterías de
prestigio del área metropolitana.
¿Será que los más de 1.5 millones
de habitantes de Quintana Roo comulguen con la misma idea de Alberto Legorreta
y su revista? ¿Será que los habitantes de los demás Estados restantes también?
O la metodología de ésta será la diferencia.
En este sentido, verá Usted, según
la encuesta nacional de Gabinete de Comunicación Estratégica, los gobernadores
de Yucatán, Durango y Sonora, en este
orden, resultaron los mejor evaluados, en contraste con los de Morelos, Tabasco
y Guerrero, que menos confianza generaron.
Con esto, el mandatario priísta
yucateco, Rolando Zapata Bello, habría mantenido su posición como el mejor
gobernador de México.
Desde nuestro particular punto de
vista, en el caso de Quintana Roo sería una simple contraprestación en pago de
favores por la compra de publicidad del gobierno, obvio, para que Carlos
Joaquín, ante las cada vez más inminentes elecciones del 2018, busque recuperar
el capital político que gozaba hasta antes del inicio de su gobierno.
Hasta ese entonces, todo era esperanzas
para un “cambio” que no termina de llegar.
¿Se imagina Usted qué diría Carlos
Mimenza ante el premio? ¡Una serie de insultos y ofensas!
Y preguntamos a los “colaboradores”
de Carlos Joaquín -léase Felipe Ornelas- ¿por qué exponer a su jefe a estos riesgos?
Juzgue Usted, respetable lector.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es Licenciado en Derecho egresado de la Universidad
Autónoma de Yucatán, periodista residente en Chetumal, Quintana Roo, desde hace
30 años, con más de 40 como reportero, jefe de información, editor y jefe de
redacción de varios medios de información, así como Jefe de Información de dos
gobernadores y tres presidentes municipales. Ha publicado cuatro libros.
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