¡Sorpresa con el “Rambo” tijuanense!
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Como
dijera el ex presidente panista Felipe Calderón, “haiga sido como haiga sido”,
pero lo cierto es que, cuando todo mundo esperaba la caída de Francisco López
Mena de la “vicegubernatura” de Quintana Roo, lo que podría ser cuestión de días,
el gobernador Carlos Joaquín se decidió por un “pez pequeño” y optó por Rodolfo
del Ángel Campos.
En
efecto, precisamente cuando el funcionario juraba y perjuraba que la decisión
de continuar en la Secretaría de Seguridad Pública estaba en manos del
mandatario, éste, sin embargo, anunció sorpresivamente este miércoles que Del
Ángel Campos fue quien presentó su renuncia y presentó al relevo de éste: el
tijuanense Jesús Alberto Capella Ibarra.
El
anuncio tomó por sorpresa a todo mundo, y NO precisamente porque aquél
estuviera realizando buen papel, sino por los oprobiosos, pésimos antecedentes
del nuevo funcionario, a quien Carlos Joaquín dijo haber “invitado” a asumir el cargo, ya que, según él, cuenta con
“una destacada trayectoria”, donde desde 1994 ha tenido una carrera de
participación activa en distintas instancias en Baja California.
Quizá
el mandatario se refería al papel de Capella como líder social de ese entonces,
ya que el 1 de diciembre de 2008 fue destituido como secretario de Seguridad
Pública de Tijuana en medio de una ola de violencia, apenas dos días después de
que se hallaran nueve decapitados, entre ellos tres policías municipales.
De
47 años de edad y egresado de la Universidad Autónoma de Baja California como Licenciado
en Derecho, Capella, quien estaba al frente de dos mil agentes, habría sufrido
un atentado del que salió ileso un año antes, cuando fue nombrado titular de la
policía.
Lo
sustituyó un conocido de los quintanarroenses de Cancún, el Tte. Julián
Leyzaola Pérez, asesor de seguridad pública de ese municipio que aún “gobierna” el Verde Ecologista”, cuando la
propia Comisión de Derechos Humanos externó su preocupación por estar sujeto a
una serie de denuncias por violaciones a ese renglón.
El
caso es que la salida de Capella ocurrió horas después de que la Policía de
Tijuana capturara con apoyo del Ejército a tres sicarios del grupo de Fernando
Sánchez Arellano, líder de una facción del cartel de los hermanos Arellano
Félix, de los que es sobrino.
Días
antes la policía halló los cadáveres decapitados de nueve hombres, tres de
ellos policías, que se sumaron a los más de 350 crímenes de los últimos meses
atribuidos a la delincuencia organizada. Sobre las cabezas de los agentes, los
verdugos colocaron las identificaciones personales de aquéllos, en un barrio
conocido como Granjas Familiares del Matamoros.
Capella
se hizo famoso por su postura contra la industria farmacéutica, que en el
pasado había sido prácticamente inexistente en México, ante la naturaleza de su
participación en los intentos de detener el tráfico de drogas, especialmente
entre los cárteles de la droga de Tijuana.
En
un caso sin precedentes, fue renombrado nuevamente titular de Seguridad Pública
de Tijuana el 4 de octubre de 2011 gracias a su padrino, el entonces alcalde del
PRI Carlos Bustamante Anchondo -en el sexenio del panista José Guadalupe Osuna
Millán-, quien, en noviembre de 2013, días antes de concluir su gestión, y sin
permiso de Gobernación, se adjudicó una casa de apuestas en un hotel de su
propiedad.
En
la planta baja del establecimiento, conocido como “Las Torres de Tijuana”,
desde hace 20 años operaba una de las casas de juego del empresario priísta
Jorge Hank Rhon.
Al
concluir su periodo el nuevo colaborador de Carlos Joaquín, el 6 de enero de
2014 fue nombrado titular de la Comisión de Seguridad Pública en el Estado de
Morelos por el gobernante de PRD, el controvertido Graco Luis Ramírez Garrido
Abreu, aunque renunció el 2 de diciembre de 2016, tras ““un acto de profunda reflexión y conciencia”.
¿Y
sabe Usted cuál fue su “herencia”? -mejor dicho, ¿lo sabrá Carlos Joaquín?- convirtió
a Morelos es el Estado más violento del país, con lo que los ONGs desmintieron a
Graco Ramírez cuando aclararon que Morelos es la
entidad más violenta de México, y Cuernavaca, su capital, la ciudad con más de
100 mil habitantes con mayores índices de inseguridad.
El estudio “Ranking de la violencia en municipios y entidades
2014”, del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, contrarió
a Graco, quien en repetidas ocasiones aseguró que el mando único disminuyó los
delitos más graves en esa entidad.
Sin embargo, la violencia no sólo no había disminuido, sino que
se recrudeció según demostró ese estudio, que documentó cifras de
averiguaciones previas de los ministerios públicos y procuradurías estatales,
entregadas al Sistema Nacional de Seguridad Pública.
El
portal de Milenio Digital refirió en 2014 que, de activista, Capella se convirtió en funcionario durante los años
de mayor violencia de Tijuana, como personaje sin carrera policial, que pasó de
reclamar a las autoridades a dirigir la seguridad pública, pero al finalizar su
gestión dejó un repunte de homicidios que atribuyó a la transición de gobierno.
Su
segundo nombramiento, por parte de Carlos Bustamante, causó sorpresa porque en
su primera gestión fue destituido tras un fin de semana en que se registraron
casi 40 homicidios en Tijuana, aunque aquél aseguró que a Capella se debía que
Tijuana recuperara los niveles de seguridad tras la ola violenta de 2008 a
2010.
Capella
inició su carrera pública dos años antes de volverse funcionario, primero como
coordinador en Baja California del Consejo Ciudadano por la Transparencia y el
Combate a la Corrupción, luego como consejero del Comité de Participación
Ciudadana de la PGR y finalmente como presidente del Consejo Ciudadano de
Seguridad Pública de Baja California.
Como
presidente del Consejo, en 2006 encabezó una serie de marchas, donde los
tijuanenses, vestidos de blanco, exigían acabar con la ola de secuestros,
homicidios y asaltos. Fueron las primeras marchas de su tipo en la ciudad y también
primeras donde las clases media y alta se manifestaban en las calles. Fue cuando
había una especie de éxodo de la clase pudiente hacia Chula Vista, California.
Las
protestas culminaron en una marcha de más de dos semanas a lo largo de todo el Estado,
en la que sociedad civil organizada y Capella exigieron a las autoridades a
frenar la delincuencia, y éste denunció corrupción en policía y gobierno al
concluir un recorrido de 500 kilómetros.
Tras
las marchas, Capella denunció amenazas de muerte, que culminaron cuando un
comando armado atacó a balazos su casa en noviembre de 2007, cuando los repelió
con un arma larga, sin apoyo de la policía, cuyo cuartel está a menos de 100
metros de la casa, pues no acudió.
Con
la historia de haber repelido el ataque solo y sin experiencia con el manejo de
armas, no tardaron en apodarlo “el Rambo tijuanense”. Un mes después, el
Cabildo de Tijuana lo nombró titular de la Secretaría, y a Julián Leyzaola, director
de la Policía.
En
una de sus acciones más controversiales, suspendió a los policías que no habían
aprobado los exámenes de control y confianza; incluso fue acusado por el
abogado de 33 de agentes de haber contactado al Consulado de Estados Unidos en
Tijuana, para que les retiraran las visas de turista a aquéllos y sus familias.
¡Vaya futuro de la seguridad y los policías de Quintana Roo!
¡Vaya “recomendación” que seguramente habrá recibido Carlos Joaquín del PRD?
¿Nos resultará más caro el caldo que las albóndigas? ¡Ojalá
mañana no tengamos que reclamar “¡qué vuelva Rodolfo del Ángel!”… aunque sea lo
que se llevó.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es un periodista con más de 41 años de experiencia como
reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de varios medios de
comunicación, además de haber fungido como jefe de información de dos ex
gobernadores y tres presidentes municipales y publicar cuatro libros.
Titulado en la Universidad Autónoma
de Yucatán como Licenciado en Derecho, cuenta con cuatro Diplomados en Derechos
Humanos y Sistema Acusatorio; La Familia y los Derechos Humanos; Acceso a la
Justicia en Materia de Derechos Humanos, y en Juicio de Amparo, así como con
más de 15 Seminarios, Talleres y Cursos diversos.
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