¡La hora de las “venganzas”!
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Inicia prácticamente el
2021 político, cuando abundan las diversas candidaturas, aunque el país está mucho
más que inundado, pero de candidatos a los diversos cargos de elección
“popular” y de los siempre odiosos plurinominales que, por lo que se ve, ningún
partido político ha demostrado suficiente interés en hacerlos desaparecer de
una vez por todas.
Como era de esperarse, los políticos y NO políticos de
Quintana Roo no escapan del encanto de las candidaturas, sobre todo por la
magia que se observó con el asombroso ascenso de quienes hasta ese entonces
sólo conocían el término “política” sólo por lo que habían leído, pero que
gracias al triunfo de Morena se hicieron funcionarios… y hasta “políticos”.
Lo cierto es que después que el “factor López Obrador”
hiciera milagros para que no pocos desconocidos “políticos conocieran el
“incienso” del poder -y de la “ubre” gubernamental y “dietas” de las nóminas-,
hoy la mayoría busca la reelección o la candidatura otro cargo, creyentes de
que habrá otro inusitado acto de magia morenista.
Para su mala fortuna, tal y como ocurrió con aquel lejano
“efecto Fox”, cuando hasta el hijo de la vecina se convirtió en funcionario
sólo por estar identificado con el PAN, el siguiente sexenio fue un estrepitoso
fracaso para los blanquiazules con el siempre cuestionado Calderón y luego con
el pésimo sexenio del adicto de Baco.
Algo similar podría ocurrir en este medio sexenio de Andrés
Manuel, aunque, a diferencia de sus
antecesores, no lo sería por el mal desempeño de éste, sino de quienes dicen
ser sus colaboradores y, particularmente, de quienes se “colgaron” de Morena,
particularmente ex priístas resentidos, que pensaron que el chiste sólo era
llegar… y no mantenerse.
Así, no fueron pocos los funcionarios morenistas que se
convertirán en flor de un día, ante su desastroso desempeño, los mejores
ejemplos en Quintana Roo, donde los presidentes municipales de Benito Juárez
(Cancún) Othón, Solidaridad (Playa del Carmen) y Othón P. Blanco (Chetumal),
respectivamente, son verdaderas muestras de ineficacia y corrupción.
Por tratarse del municipio capitalino -ya hablaremos de las
alcaldesas-, el caso de la última demarcación es tal vez la que causa menos
extrañeza por la singular posición de su alcalde Otoniel Segovia Martínez,
quien alcanzó esa posición por obra del Espíritu Santo, tras el fallecimiento
del electo morenista Hernán Pastrana Pastrana.
El hombre prácticamente se sacó la lotería sin comprar
boleto, aunque su única virtud fue haber sido amigo del candidato y, sobre
todo, suplente del presidente municipal, de esos que rara vez sirven para algo
más que cobrar cada quincena, pero la verdad es que no se pueden pedir peras al
olmo, y si a eso le agregamos el permanente “golpeteo” de la oposición, ya se
imaginará Usted.
El resultado es un malogrado trienio en el que faltan dedos
para contar las carencias y la falta de buenos colaboradores, lo que se traduce
en falta de servicios públicos y una pésima imagen, lo que se agrava con el
hecho de que el gobernador aliancista “del cambio” Carlos Joaquín González,
sólo resultó serlo de partido: Del PRI al PAN-PRD (algo es algo)
Créanos que, de ser un gobernante morenista, el Ayuntamiento
de OPB sería otra cosa, ya sea por colaboración, por obligación, por presiones
o por lo que fuere, lo cierto es que otro gallo nos cantaría. Por el contrario,
Carlos Joaquín hasta maniobró para que su gobierno “administrara” los pocos
ingresos propios de la Comuna: El Impuesto predial.
Pero vaya, el caso es que tan mal anda don Otoniel, que
sabrá Dios quién le metió a la cabeza la idea de reelegirse. Sí leyó Usted bien, el hombre ya
piensa en una reelección que, de obtener la candidatura, seguramente sólo le
servirá para quitarle el espacio a un eventual correligionario, ya que no
creemos que alguien se atreviera votar por él. Tal vez por Morena, sí.
No obstante, puede estar Usted seguro de que de poco o nada
servirá este eventual traspié al gobernador Carlos Joaquín, ya que NO se
inclinarían los votantes por los candidatos del mandatario, quien lo mismo dice
ser panista cuando le conviene, pero no dice ser del PRD o del PRI, aunque no
pocos hablan de sus “manejes” con el tricolor.
Dado que el último partido por el que votaría la población
es el PRI, no pocos apuestan por los “nuevos partidos” -desde luego que no el
PT-, aunque la mayoría de las caras sean harto conocidas, por lo que
hablaríamos de más de lo mismo.
La única esperanza de los votantes -para cobrárselas todas
juntas al mal gobierno de Carlos Joaquín y de Otoniel- son los candidatos
independientes, que han surgido como la mejor opción en todo el país, y no se
diga de Quintana Roo, donde se habla de más de una docena de opciones,
lamentablemente algunos plenamente identificados con algún partido, o bien con
el propio gobernador.
No es sencillo tratar de engañar al electorado del amor por
el servicio público o por el terruño, cuando que sabemos que algunos
“independientes” simplemente se cobijan en esta figura tras ser despreciados
por su partido, o bien por el aroma de los recursos o la posible “negociación”
a un cargo o algún otro oscuro convenio.
La pregunta obligada para cualquiera de ellos serían obvia,
sobre todo si conocen realmente la problemática de OPB y si pretenden
resolverla con una “varita mágica”, ya que, de que no hay recursos, NO HAY, y
nadie sabe de dónde los pretendan obtener. Si se tratara de Cancún, por
ejemplo, sabemos que lo que abundan son precisamente los millonarios ingresos.
Pero en OPB, lo que falta es precisamente dinero y lo que
sobran son los problemas, principalmente ante la fuerte dependencia y, sobre
todo, SUBORDINACIÓN al Jefe del Ejecutivo, cuando que lo que debería existir es
coordinación y respeto, no miedo ni obediencia con el típico “sí señor, como
usted diga”.
El hecho de contar con una jerarquía política superior y
operar en el municipio capital el Gobierno del Estado, sobre todo con partidos
diferentes, siempre será una verdadera desventaja para el Ayuntamiento en
cualquier entidad, no sólo en Quintana Roo, aunque podría funcionar con un
alcalde realmente INDEPENDIENTE. Al menos, así pintan las cosas.
Si se pregunta Usted por qué NO le convendrían a Carlos
Joaquín legisladores independientes, recuerde que dejará una muy sospechosa
deuda pública de la que nadie habla…, irónicamente menos los periodistas.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es un periodista con más de 44 años de experiencia como
reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de varios medios de
comunicación, además de haber fungido como jefe de información de dos ex
gobernadores y tres ex presidentes municipales, y escribir cinco libros, uno de
ellos pendiente de publicar.
Titulado como Licenciado en Derecho
en la Universidad Autónoma de Yucatán, cuenta con siete Diplomados, dos de
ellos en materia de Juicio de Amparo, Derechos Humanos y Sistema Acusatorio; La
Familia y los Derechos Humanos; y Acceso a la Justicia en Materia de Derechos
Humanos, así como con más de 20 Seminarios, Talleres y Cursos diversos.
http://facebook.com/luisangel.cabanas
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