Las “cuotas”, ¡obligatorias en el Cereso!
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Cristina
Torres Gómez, la mismita Secretaria de Gobierno, la “vicegobernadora” que no
sólo aspira a gobernar los destinos de Quintana Roo porque la verde-morenista
mandataria Mara Lezama sólo parece ser “vocera” de López Obrador, también es
culpable del infierno que al menos viven internos del Centro
de Reinserción Social (Cereso) de Chetumal y sus familiares.
Efectivamente, se trata de la mismita
funcionaria que el 19 de junio último aseguró a la ciudadanía y a todos los santos que el
magistrado Sergio Avilés Demeneghi, presidente del Tribunal Electoral de
Quintana Roo, había sido víctima de “un robo fallido”, de un “levantón” en esta
ciudad poco después de las 11 de la noche, aunque tras unas horas regresó a su casa
por su cuenta, presentando algunos golpes.
Sin embargo, el Fiscal de Quintana Roo, Raciel López
Salazar, la contrarió con un “sí fue secuestrado” y, como resultado de la
investigación, cinco personas habían sido detenidas y vinculadas
a proceso por estar relacionadas con el hecho, además de haberse recuperado un reloj
propiedad del magistrado, del cual fue despojado durante el secuestro.
Con todo, Torres Gómez aseguró
que el supuesto “levantón” de Avilés Demeneghi fue un asalto de delincuentes
comunes, pues señaló que él le
aseguró que los delincuentes “comunes” buscaban quitarle sus pertenencias,
aunque fue golpeado y sustraído para luego dejarlo en libertad, por lo que descartó
que este hecho esté relacionado con su cargo en el servicio público, pues los
delincuentes nunca mencionaron algo.
Quizá
repuesto de la posibilidad de ser “regañado” por Torres Gómez o presionado
políticamente por Mara Lezama, Avilés Demeneghi confirmó el 12 de septiembre
que, efectivamente, sufrió en carne propia un secuestro exprés, cuando, al
bajar de su camioneta, fue perseguido y encañonado por varios sujetos, quienes
se lo llevaron por la fuerza y lo retuvieron contra su voluntad por varias
horas en un predio de Chetumal, donde lo golpearon, robaron sus pertenencias y
posteriormente liberaron.
Casi
3 meses después, Sergio Avilés rompió el silencio y habló del tema, confirmando
también que fue víctima de un “levantón” y que fueron los momentos más
desgarradores que ha vivido. “Es algo que no le deseo a nadie”, expresó el
presidente del Teqroo, privado de su libertad por alrededor de tres horas que, dijo,
pasó con mucha angustia al temer lo peor.
Ahora
bien, después de la metidota de pata de la vicegobernadora -o quizá antes, vaya
usted a saber-, la volvió a meter con el tema del Cereso, su “responsabilidad”,
ya que, escondiéndolo de quién sabe qué, cambió al director, Luis Uriarte
Acosta (a) “El Águila”, sin decírselo a nadie, sabrá Dios cuándo -no aparece ni
en Internet-, pero el caso es que de la noche a la mañana ya aparecía el nombre
de Miguel Ángel Alonso Orihuela Hernández.
De
Uriarte Acosta -ignorábamos de su cambio- hablamos suficiente en la columna
anterior https://luisangelqroo.blogspot.com/2023/09/caborca-y-maria-cristina-gobiernan.html
sin saber sobre las denuncias que ya no era el mero-mero, aunque no le fue tan
bien que digamos a su sucesor, ya que, bien aumentado en su momento, el portal
de Canal 10 relató el 10 de junio las “hazañas” del nuevo director.
Según su reportero César Castilla, internos
del Cereso denunciaron una red de corrupción encabezada por el director del penal,
Orihuela Hernández, solapado por el Secretario de Seguridad Ciudadana, Rubén
Oyarvide Pedrero. A través de una carta, los internos señalan que, desde el
cambio de director todo cambió, ya aumentó la cuota por ingreso de mercancía de
primera necesidad de un 15%, lo que genera que costos de los insumos que se
venden en la prisión se incrementen más.
Asimismo,
el director prohibió el ingreso de la visita con alimentos y artículos de
primera necesidad, pues exigen que todo se compre en las tiendas “administradas”
por las autoridades a través del recluso Carlos Hernández, ex líder del “autogobierno”.
El
agua cristal y la Coca-Cola pagan una “comisión” de 45 mil pesos mensuales como
permiso de la venta, dinero que se queda en las bolsas de la “administradora”,
Nubia Zulibeth Zacapala Ficachi, y de Orihuela Hernández, en tanto “cuesta” 180
pesos una audiencia con el director para un permiso para ingresar chanclas,
mercancía y ropa. Incluso, Nubia Zulibeth cobra cinco pesos por cada huevo que
ingresa al penal.
Por
la energía eléctrica, las autoridades, a través del subdirector apodado “Chiquilín”
cobran 500 pesos por celda, y de no pagar les bajan la palanca del conector y
los dejan sin luz, esto en las áreas varonil y hasta la femenil, donde se niega
el ingreso de artículos de primera necesidad, como toallas sanitarias, pasta de
dientes, desodorantes, cremas, despensas, además de obligarlas a comprar en la
tienda que administran las autoridades.
La
inconformidad se incrementa debido a que Orihuela Hernández, supuestamente de
“religión cristiana”, permite que sus creyentes ingresen al penal todo tipo de
comida y refrescos sin restricción, aunque también se ha negado el ingreso de
amigos de internos, lo que afecta a los que no cuentan con familia en Quintana
Roo, además de que así lograban sacar del penal las artesanías, hamacas u otros
artículos que ya no podían vender.
De
esta manera, el director y sus cómplices obtendrían más de 300 mil pesos mensuales,
dinero que no se reporta ni genera impuestos, por lo que los internos dicen
estar hartos, pues no pueden ni alzar la voz, porque son “tableados” y
castigados por cualquier muestra de inconformidad, por lo que piden la
intervención de alguna autoridad competente.
La cosa no para ahí -oíste Cristina Torres- ya que el 13 de mayo familiares
de los internos denunciaron otros actos de corrupción, consistentes en el cobro
de extorsiones, encabezados por personas que controlan también la venta de
droga, por lo que pidieron la intervención de las autoridades.
Una
mujer, familiar de un recluso, aseguró que una persona identificada como Bruno
Ávila y Alexis Gamboa, encargados del “área 9”, le exigieron una cuota de
“bienvenida” de 10 mil pesos, pero al no poder pagar lo golpearon y
constantemente les envían mensaje a los familiares, mientras que Bruno tiene
celular que resguarda en el interior de la tienda, desde el cual realiza las
extorsiones.
Aunque
está perfectamente enterado de las extorsiones y exigencias de dinero a las
familias de los internos, el director no ha hecho nada para frenar esos abusos,
y aunque han intentado dialogar con Orihuela Hernández, la respuesta es que
investigarán las demandas, aunque no hay ninguna solución.
Cabe
señalar que ya se había documentado el cobro de “cuotas”, que los propios
internos habían establecido tarifas, que incluían parillas eléctricas por las
que se pagaban 300 pesos, 200 pesos por un radio y el mismo precio por un
ventilador, 500 pesos por un televisor y 700 por un refrigerador.
Los
pagos eran mensuales y las recibían personas identificadas como “licenciado
Walter”, “Zafiro”, “Puebla, “Oscar”, “Trompas”, “Bruno”, “Rulo”, “Mono”,
“Jorge” y “Darwin”, encargados de cada galera. Bruno, de nuevo vuelve a relucir,
ahora denunciado por el cobro de cuotas
Resignados
-qué remedio les queda- algunos presos dicen saber que carecen de derechos, que
están pagando una condena y deuda con la sociedad, pero que están peor que
antes, aunque denunciaron que dos internos pretenden instaurar un autogobierno,
Carlos Hernández, quien ha sido dirigente de los internos, y una persona
identificada como “El Chino”, quien mantiene una frutería en el penal.
Estos
internos viven en las zonas conyugales, alejados de los demás, tienen teléfonos
celulares y trabajan para Orihuela Hernández, por lo que gozan de diferentes
privilegios.
A
todo esto, habría qué preguntarse lo que hará Cristina Torres, bueno si es que algo hace, además de buscar que Mara
Lezama se quede en la metrópoli, o bien pagar a sus medios de comunicación
afines para desmentir el infierno de corrupción que se vive en el Cereso, esto
a través de los que tienen un “convenio”, dos de ellos identificados
públicamente, según se ha puesto de manifiesto.
Ahora
bien, para terminar ¿Quién es Orihuela Hernández y quién lo recomendó? Nada
raro sería que fuera del partido “Verde” ¿Verdad Mara Lezama?
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es un periodista con más de 46 años de experiencia como
reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de varios medios de
comunicación, además de haber fungido como jefe de información de dos ex gobernadores
y tres ex presidentes municipales, y escribir cinco libros, uno de ellos
pendiente de publicar.
Titulado como Licenciado en Derecho
en la Universidad Autónoma de Yucatán, cuenta con siete Diplomados, tres de
ellos en materia de Juicio de Amparo (2017, 2019 y 2021), Derechos Humanos y
Sistema Acusatorio; La Familia y los Derechos Humanos; y Acceso a la Justicia
en Materia de Derechos Humanos, así como con más de 75 Seminarios, Talleres,
Cursos y Conferencias.
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