Mara y Raciel, ¡otra vez vinculados al narco!
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Cinco disparos a la cabeza acabaron con la vida de un
canadiense en Playa del Carmen, Quintana Roo, Mathieu Bélanger, miembro de la
pandilla trasnacional “Los Hell Angels”, su representante ante los menores, que
dinamitaron el Cártel de Sinaloa.
De esta manera relata hechos de diciembre el portal
Newsweek en español -titulado “Las mafias de Quintana Roo”- en la ejecución en
plaza Xaman Ha Center, según la OFAC, parte de listas nacionales especialmente designados
y personas bloqueadas de conformidad con la Ley de Designación de Cabecillas
Extranjeros del Narcotráfico y el Reglamento de Sanciones a los Cabecillas
Extranjeros del Narcotráfico.
OFAC dice que el lugar es propiedad de Grupo Segtac,
controlada por “Los Cuinis”, encargados del ramo financiero del Cartel Jalisco
Nueva Generación.
Bélanger había sido detenido en abril, unas horas después
en libertad, sin que las autoridades dieron alguna señal sobre él. Lo que “se
entiende” si se considera que era un delincuente buscado por distintos delitos
en Montreal.
El hombre llegó a Playa del Carmen en 2022 y se dedicaba
a preparar envíos de cocaína hacia Canadá y, junto con su esposa Andree Ann,
formaba parte de los objetivos de Operación Percuter del Escuadrón Nacional de
Represión contra el Crimen Organizado.
El 4 de abril pasado, un pandillero de Hell Angels en
Montreal, Vincent Boulanger, y sus cómplices Mickael Lauzon, Gianni D’Alfonso,
Jonathan Gravel y Yann Graveline-L’Écuyer, dejaron una prisión canadiense,
aunque todos irían a juicio por tráfico de drogas y asociación criminal ante un
Tribunal de Montreal, pero su Fiscalía dejó la causa, y el juez, Michel Pennou,
ordenó su liberación.
La fiscalía no explicó por qué tiró la toalla. Pese a que
Operación Percuter fue un caso de investigación sobre narcóticos en Canadá,
casi sustentada por completo en declaraciones de un testigo.
El caso fue turbio desde un principio, cuando un testigo
se declaró en bancarrota, pese a pagos por unos 200 mil dólares de las
autoridades. A partir de esa quiebra, las cosas comenzaron a enrarecerse y sus
abogados pidieron suspender el procedimiento por “comportamiento abusivo del
Estado”.
Los defensores presionaron a la fiscalía y a la División
de Protección de Testigos hasta el límite cuando llamaron como testigo a un
fiscal de la Oficina de Delitos Graves y Asuntos Especiales, pues fiscalía
abandonó el caso.
Algo quedó en penumbras: El testigo mintió sobre sus
bienes y se decidió echarle dinero bueno al malo, lo que terminó acorralando a
la fiscalía en un circo en el que nadie supo qué ocurrió realmente.
Percuter se centró en dos líneas: Narcotráfico y lavado
de dinero a través de alquiladoras de autos de lujo, con la participación de unas
20 personas que, junto a Mathieu Bélanger, formaban parte de la organización
criminal “Fratrum”, proveedora de drogas a los Hell Angels.
Así las cosas, desde Playa del Carmen se preparaba el
traslado de cocaína y fentanilo, con un Mathieu Bélanger con falsa identidad
mexicana, al igual que su esposa, ambos “nacidos” en Huatulco, Oaxaca, donde
tenían una casa en fraccionamiento Bosques de Bambú.
Cuando lo detuvieron en abril, le encontraron narcóticos
y armas en una camioneta y lo acusaron de desobediencia y resistencia a
particulares cuando circulaba por la Calle 4 y Avenida 15 de la Colonia Centro
en Playa.
Su detención fue “a la mexicana”: Buscado en Canadá,
“nacido” en Huatulco, con armas y narcóticos, pero alguien de la policía de
Playa del Carmen no lo consideró relevante, y lo dejaron ir.
Por otro lado, Hell Angels Motorcycle Club, longeva
organización criminal surgida en Fontana (California) en 1948, creció con la
fusión de docenas de pandillas y clubes de motociclismo en todo el mundo, con
docenas de miles de miembros.
Es parte de consorcio de motociclistas criminales más
grande de EE.UU., junto con los Pagans, Outlaws y los Rangers, especializados
en cobro de piso y narcotráfico. Hizo negocios con los Zetas, además de
alianzas con el Cártel de Sinaloa y del Golfo para vender narcóticos en Texas,
Oklahoma y Georgia. Después, funcionaba como outsourcing de socios mexicanos en
EE.UU. para eliminar gente “a solicitud”.
Hell Angels no es la única pandilla con negocios con
alguna de las facciones que integraron al Cártel de Sinaloa: Los Rastrojos de
Colombia, el Cártel de Paraguaná, en Venezuela, y Los Choneros, en Honduras, mientras
en EE.UU. el Cártel de Sinaloa distribuye narcóticos a Mexican Mafia, que
compran para consumo de miles de presos, federales y estatales.
En ese sentido, tanto la DEA como la Interpol tienen
identificados a distintos grupos criminales de alto impacto procedentes de una
docena de países, pero operando desde Quintana Roo.
Así, para la DEA, buena parte de las aventuras
empresariales de estos grupos extranjeros se dio desde 2020. Autoridades del
gobierno federal de López Obrador y estatal de Carlos Joaquín se encogieron de
hombros ante las actividades delictivas de criminales de Guatemala, Colombia y
Venezuela.
Los puntos de mayor actividad criminal son Cancún,
Chetumal, Cozumel y Playa del Carmen, desde donde se gestiona toda clase de
negocios, desde tráfico de drogas y contrabando de diamantes, hasta de
indocumentados y robo de vehículos a pedido, luego enviados a Guatemala y
Portugal.
Si se dice que son rarezas, pero se conoció un grupo de
delincuentes que operaba en Puebla y participaba en suministrar autos robados
que terminaba vendiendo a precios de ganga en Centroamérica.
Entre los grupos que apostaron fuerte por Quintana Roo,
se incluye el ruso Solntsevskaya, no ucraniano, como dicen algunos medios, asociada
a Semion Mogilevich, histórico zar de zares del crimen organizado moscovita.
Solntsevskaya, o Arnosha, ha estado en el ojo del huracán
por su multitud de conexiones con el FSB, Rusia Unida y grupo
empresarial-político conocido como “Los oligarcas rusos”.
Arnold Spivakovsky (antes Tamm, adoptó el apellido de su
ex esposa) Sergei Mikhailov y Viktor Averin han sido sus mandos más importantes.
Además de los rusos, en Quintana Roo también hay
actividad de grupos de alto impacto -Armenia, Croacia, Hungría, Italia,
Georgia, Polonia, Portugal, Rumania, Serbia, Canadá y EE.UU.-, aunque también
están activos los Cárteles del Golfo, Juárez, del Noreste, de Sinaloa, Jalisco
Nueva Generación, Organización Beltrán Leyva, Guerreros Unidos, Familia Michoacana,
La Línea y Los Rojos.
Si vemos quiénes son los encargados de investigar a los
criminales en Quintana Roo, se sabrá por qué los malos pueden hacer lo que
consideren pertinente.
Hace unos años, el desaparecido Luis Miguel Barbosa,
gobernador de Puebla, colocó a una docena de personajes en cargos clave de
mecanismos policiales y de inteligencia, y mientras la aplastante mayoría lo aplaudió,
poca gente se preguntaba para qué se dieron.
La respuesta fue rauda: Se dio un reacomodo criminal en ese
Estado, que alcanzó impunidades y peligrosidades inéditas que maximizaron los
accesos de CJNG, que desde 2017 rondaba esa tierra. El tiempo pasó y uno de
esos funcionarios terminó detenido en Guatemala y extraditado a EE.UU. por
narcotráfico, aunque a otros, como el Fiscal Raciel López Salazar, les fue
mejor: Ahora despachan en distintas oficinas de Quintana Roo.
Se trata de Alfonso Rustrián, hijo del ex director general de Administración de la Secretaría de Seguridad Pública de
Puebla, uno de los familiares incómodos de ex funcionarios de Raciel López
ligados a Cárteles Unidos,
grupo antagónico al Cártel Jalisco Nueva Generación.
Y si alguien quiso repetir en Quintana Roo el modelo de
Puebla, sería la gobernadora Verde, Mara Lezama, quien tuvo cerrada ovación del
crimen organizado, mientras gente como Mathieu Bélanger trabajaba para Hell
Angels desde Playa del Carmen.
Hace un tiempo, alto funcionario de uno de los grupos de
inteligencia privada más importantes de Israel, habló desde sus oficinas, no en
México o Monterrey, sino de Quintana Roo. Algo dice ese interés por tener
personal de tiempo completo en el Estado.
Así las batallas desde y hacia el crimen organizado se
dan en esta entidad que aparenta vender playas y sol, mientras esconde otros “encantos”,
por ejemplo, impunidad.
Ello significa que ahora no sólo las recién reelectas alcaldesas de Othón P. Blanco y de Benito Juárez, las cuestionadas Ana Patricia Peralta de la Peña y Yensunni Martínez Hernández, por fin deberán abrir los ojos ante lo innegable del crimen organizado, sino también su homóloga de Solidaridad, la no menos morenista Estefanía Mercado Asencio. (Permitida la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito para el autor)
Titulado como Licenciado en Derecho en la Universidad Autónoma de Yucatán, cuenta con siete Diplomados, tres de ellos en materia de Juicio de Amparo (2017, 2019 y 2021), Derechos Humanos y Sistema Acusatorio; La Familia y los Derechos Humanos; y Acceso a la Justicia en Materia de Derechos Humanos, así como con más de 75 Seminarios, Talleres, Cursos y Conferencias.
Comentarios
Publicar un comentario