¡Llamado
a “resucitar” al PRI!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Víctima de
una traición del ex mandatario Roberto Borge en la carrera por la candidatura
del PRI a la gubernatura de Quintana Roo, el ex secretario de Gobierno, Gabriel Mendicuti Loría, quien, sin embargo, niega haberse visto
obligado a renunciar por esa circunstancia, reapareció en el escenario político
con un mensaje al partido donde militara tantos años.
A 15 meses de renunciar por causa
“estrictamente personal”, el ex funcionario envió una carta al presidente del
CEN del PRI, Enrique Ochoa Reza, en la que, al igual que muchos otros miembros
y simpatizantes del tricolor, lamenta, con profunda preocupación, ser testigo
del abandono del que ha sido objeto el PRI de Quintana Roo por parte de sus dirigencias.
Ampliamente
difundido en redes sociales, el mensaje dio mucho de que hablar en redes
sociales desde el viernes último, cuando, salvo contadas excepciones, la
mayoría coincide en que dicho abandono, a todas luces manifiesta desde la
presidencia que aún encabeza Raymundo King de la Rosa en Quintana Roo, es
injustificable.
Más que injustificable,
resulta sumamente extraño, y más aún en el caso de la dirigencia nacional
-Mendicuti Loría habla de “dirigencias”-, donde todo hace suponer una de dos:
Que Ocho Reza muestra una vez más su profunda novatez e ignorancia sobre la
actividad política, o bien, por instrucciones, le vale un cacahuate el PRI.
Pareciera que
al tricolor sólo le importan los comicios del Estado de México, donde ha puesto
toda la carne al asador, ya que en las demás entidades, sobre todo en las que NO
habrá elecciones este año, sólo muestra completa apatía, fácilmente comprobable
-porque a todos los priístas les consta- en el caso de Quintana Roo.
Tan sólo con
un centímetro de frente, cualquier otro dirigente le hubiera cortado la cabeza
a King de la Rosa apenas concluidas las elecciones del año anterior, donde el
PRI sufrió una estrepitosa derrota en la gubernatura, Cozumel y la capital
quintanarroense, aunque se salvó en los municipios donde resultó determinante
la lluvia de despensas tolerada por las “autoridades” electorales, sobre todo
en Benito Juárez.
Así las
cosas, el sentido común -por parte de quienes lo tienen- indica que el PRI
debió practicar una “limpia” completa en el Estado con miras a los procesos del
2018, antes de que todos los priístas abandonen el barco y, ahora sí, el
resultado sea una verdadera debacle para ese partido, por lo que ya deberían dejar
los brazos cruzados y comenzar a trabajar a la voz de “ya”.
Quiérase o no, salvo en el caso particular
de Luis Torres Llanes en OPB, existe un marcado desencanto con la alianza
PAN-PRD que postuló a Carlos Joaquín González a la gubernatura, por lo que
descartamos de antemano que la mayoría opte por repetir en 2018 con alguna
coalición similar, o bien por alguna de esos partidos en solitario.
Precisamente de ahí surge la cada
vez más fundada posibilidad de que la mayoría vote por Morena y su candidato
Manuel López Obrador, salvo que, de último momento, surja algún “gallo”
independiente que convenza ser mejor opción, por ejemplo el ex presidente de la
Comisión de Derechos Humanos en el DF, y ex secretario ejecutivo de la Comisión
Interamericana de Derechos Humano, el sociólogo Emilio Álvarez Icaza Longoria.
Fuera de ellos, quien abandere al
PRI, que seguramente se aliará al Verde, puede descartar de antemano su triunfo
en Quintana Roo, por lo que, ante la recién descartada alianza PAN-PRD, cada
vez resulta más factible que se alíe al blanquiazul en la lucha por la
Presidencia de la República, ya que con el PRD mantiene intereses
irreconciliables.
Así las cosas, el mensaje de
Mendicuti Loría, cuyo registro con el PAN parecía inminente tras su renuncia a
la Secretaría de Gobierno, inclusive como abanderado a la presidencia municipal
de Solidaridad, resulta un llamado de atención ante lo que parece ser una
venganza de los electores quintanarroenses ante el gris desgobierno de Enrique
Peña Nieto.
Desde luego que nadie llegaría a la
presidencia del CDE del PRI con “varita mágica”, pero, por lo menos, deberá
trabajar con miras a las elecciones del no muy lejano 2018, cuando, por lo
menos, podría aspirar a recuperar terreno con las alcaldías perdidas, lo que,
por supuesto, vemos sumamente difícil si surgen atractivos candidatos
independientes.
Por lo pronto, puede Usted jurar
que la serie de yerros del alcalde de Benito Juárez, el “ecologista” Remberto
Estrada Barba, les facilitará las cosas a éstos últimos en ese municipio tan
polémico como inseguro, aunque, llegado el momento, habría que analizar los
perfiles de unos y de otros.
Así las cosas, vale la pena mencionar las
principales consideraciones del comunicado de Mendicuti Loría, con lo que, de
una vez por todas, puso en claro que, pese a los sinsabores de la pasada
contienda interna electoral, sigue fiel a las fiel del tricolor.
Tal y como razonaría cualquier mediano
conocedor de política, dice que “es injustificable que no se haya realizado
ningún ejercicio institucional de evaluación de las causas de la derrota y
menos aún, que esas causas, se hayan puesto en evidencia para que no se repitan
nunca”. A nadie le importó.
Asimismo, indica que resulta
insensato que, “ante nuestra nueva perspectiva como oposición en el Estado”, no
se haya realizado un análisis institucional de la realidad del partido y de sus
estrategias para recuperar su papel protagónico y propositivo en el desarrollo
de la vida social y económica de Quintana Roo”. Vuelve a repetir el término
“institucional”.
Finalmente, condena que en la
antesala de una nueva contienda, “no se haya realizado un ejercicio institucional
de análisis del contexto político estatal que nos permita diseñar la propuesta
política, atraiga a los priistas leales que esperan el llamado de su partido y
permita la identificación de los cuadros más competitivos, a los que debamos
impulsar en su posicionamiento social para lograr mejores resultados
electorales”.
Independientemente de su compromiso
partidista, Mendicuti Loría dice tener “un compromiso mayor con mi Estado”, y
que seguirá trabajando para que cada día sea más grande y que los
quintanarroenses vivan mejor.
Hacer caso omiso a estas
consideraciones sería tanto como colocar un nuevo clavo en la tumba del PRI en
Quintana Roo y descartarlo en la lucha por recuperar la gubernatura que le
arrebató un ex militante al que despreció, Carlos Joaquín, quien parece
comulgar con la misma práctica de su cercano pasado, ahora como mandatario…con
sus propios simpatizantes.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es Licenciado en Derecho egresado de la Universidad
Autónoma de Yucatán, periodista residente en Chetumal, Quintana Roo, desde hace
30 años, con más de 40 como reportero, jefe de información, editor y jefe de
redacción de varios medios de información, así como Jefe de Información de dos
gobernadores y tres presidentes municipales. Ha publicado cuatro libros.
http://facebook.com/luisangel.cabanas luisangel.cabanas@facebook.com
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