¡Una periodista en la cárcel!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Aunque su paso dio mucho de qué
hablar por lo efímero, los titulares de Comunicación Social del ex gobernador
Mario Villanueva Madrid, en términos generales cabalgaron en caballo
de hacienda, ya que el propio mandatario se encargaba de esas relaciones,
algunas de ellas bastante ríspidas con los periodistas que se atrevían a
contrariarle.
Por ejemplo,
recordamos las agresiones directas del entonces mandatario a Rafael Briceño
Chablé y el desaparecido Juan Domínguez Estrella, a éste último inclusive
físicamente.
Así las cosas,
la tarea de los jefes de prensa no era tan complicada, excepto a la hora de
enfrentarse al siempre difícil carácter de Villanueva Madrid, quien sorprendió
a medio mundo con el nombramiento de su primer director de Comunicación Social,
Roberto Erales Jiménez, quien sabría de todo, excepto de periodismo, aunque
posteriormente le premiaría con la Subsecretario de Gobierno.
Sus siguientes
directores serían Gina Domínguez Colío, quien después retornaría a Tlaxcala; Eduardo
Aguilar Barragán, su ahijado, posterior miembro del Sistema Quintanarroense de
Comunicación Social; “Milicho” Manuel Villanueva Enríquez, posterior regidor en
la Comuna durante el primer trienio de Eduardo Espinosa Abuxapqui; Missael
Pacheco López, y Roberto Andrade Uscanga, hoy con el mismo cargo, pero en Tulum.
Ahora
bien, el tema que hoy nos ocupa es el de Gina Domínguez, quien, después de más de 20 años de
desaparecer de Chetumal, nos sorprendió gratamente en diciembre del 2010 con su
designación como Vocera del hoy detenido ex gobernador de Veracruz, Javier
Duarte.
En efecto,
residente en Chetumal desde el sexenio de Miguel Borge Martín, cuando fungía como
corresponsal de un periódico nacional, nuestro personaje, cesado en febrero de
2014, fue detenida y encarcelada por un desvío de 24 millones de pesos, del que
también es acusado su sucesor, el hoy diputado local priísta Alberto Silva
Ramos.
Los acusados habrían utilizado la
empresa “Cordocons” para desviar los recursos en enero y febrero de 2014, justo
cuando el exgobernador preso en Guatemala destituyó a la primera y la relevó
por Silva Ramos, por lo que, al menos de manera preventiva, estará un año en
prisión, aunque la investigación es por 3 mil millones de pesos.
Conforme al expediente, la empresa
se constituyó en octubre de 2013, con el objeto principal edificar, urbanizar,
fraccionar, viviendas y naves industriales, cuando que los 24 millones de pesos
se pagó a Cordocons, sin contrato ni licitación -y sin que prestara los servicios-,
fueron para difundir las actividades del 10 secretarías del gobierno de
Veracruz.
Gina Domínguez fue vocera de
diciembre de 2010 al 20 de febrero de 2014,
el mismo día que se pagaron 7 facturas, el monto más notorio por 1.3 millones.
Otros 7 millones se pagaron entre el 17 y 26 de febrero de 2014, cuando Silva Ramos
ya despachaba en Comunicación Social y aquélla fungía como secretaria técnica
de la Oficina del Gobernador.
Para desviar los 24 millones se
afectaron presupuestos para el campo, desarrollo social, salud, educación,
seguridad pública, procuración de justicia, comunicaciones, desarrollo
económico, turismo y gobierno, aunque, para hacer las cosas más fáciles, el
jefe administrativo de Gina Domínguez era Luis Manuel Salgado González,
familiar de Roberto Rubio Salgado, accionistas de Cordocons.
Para mala fortuna de la antigua
conocida de los periodistas chetumaleños, la Fiscalía General de Veracruz reveló
que tienen abiertas tres carpetas de investigación por posibles actos de
corrupción y el presunto desvío de casi 3 mil millones de pesos durante las
gestiones de Gina Domínguez y Silva Ramos en Comunicación Social.
Ahora bien, el tema viene al caso
porque para nadie es un secreto que Comunicación Social -antes, Unidad del
Vocero, en Quintana Roo- se ha convertido en una verdadera mina de oro para sus
titulares, aunque realmente resultan realmente excepcionales los casos en los
que se investigan a sus titulares, como en Veracruz, con un ex gobernante en
desgracia.
Situaciones como esa nunca se han
visto en Quintana Roo, pese a la evidencia de recursos aplicados
indiscriminadamente y sin ningún control, al menos NO externo, lo que fue
demasiado evidente y obvio durante el sexenio del también priísta Félix
González, cuyo voz-cero fue el cancunense Jorge Eugenio Acevedo Marín.
Hasta donde se sabe, durante aquel
cuestionado periodo, del que aún se investiga al ahora senador cozumeleño, los
gastos en difusión de imagen ascendieron a más de mil 500 millones de pesos,
pero, lejos de que el Congreso, la Contaduría Mayor, la Contraloría o la
Procuraduría de Justicia tomaran cartas, se premió a Acevedo Martín con la
titularidad del SQCS durante todo el sexenio de Roberto Borge.
Peor aún, durante el periodo de
éste último permaneció el yucateco Francisco Rangel Rosado Ruiz como Vocero, ¿y
sabe Usted cuándo “gastó” en jugosos, cuestionados convenios con medios de
información y periodistas? El doble de su antecesor, es decir, ¡Tres mil millones
de pesos! ¿Y sabe Usted que han dicho o hecho el Congreso, la Contraloría, la Contaduría
Mayor y la Fiscalía General? ¡Absolutamente nada!
Tal parece que habría que esperar
que la PGR detenga a Roberto Borge, como dicen que dice que ocurriría después
de las próximas elecciones –ya hablaremos sobre el tema-, para que, ahora sí,
surjan acusaciones por todos lados contra todo mundo.
Y es que el caso de Rangel Rosado
es de suyo más lamentable que el de su antecesor Acevedo Martín, y no porque se
hayan puesto de manifiesto sus malas mañas con la publicación de sus
sospechosos pagos, sino porque una y otra vez se han puesto de manifiesto sus
cuestionados manejos de recursos, el último de ellos, con el título “El
cochinito de Rangel Rosado”, documentado el 3 de abril por la revista Luces del
Siglo.
Ya desde principios de 2015, recuerda,
documentó la forma en que desde la vocería del gobierno de Roberto Borge se
diseñaban y operaban las campañas de desprestigio contra quienes resultaban incómodos
al mandatario, pero muchos de estos reportajes no tuvieron la difusión adecuada
debido a la censura y represión oficial.
Hoy cuestionado como medio afín al gobierno
de Carlos Joaquín González, la revista publicó el mes anterior que 2015 inició
con excelentes noticias para Rangel Rosado, pues además de estrenar look, se ratificó
como colaborador de la más cercana confianza de Borge, salió victorioso en sus
batallas al interior del gabinete y sus inversiones en la Bolsa de Valores, por
3.5 millones de pesos, le dejaron una ganancia trimestral de 113 mil pesos.
Agrega que el 14 de enero de ese
año, el Instituto del Patrimonio Inmobiliario del Estado, tras cinco años de
posesión, le otorgó el título de propiedad de un terreno del patrimonio
estatal, de 2,494.78 metros en la Supermanzana 297, Manzana 07, Lote 127,
sobre el Boulevard Luis Donaldo Colosio, que poseía desde 2010 como parte de
los beneficios que recibió de Félix González Canto, de cuya comunicación social
también se hizo cargo.
Además, el 6 de febrero, la
Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda le otorgó en “donación”, el título
de propiedad de otro terreno, ahora de mil 813 metros cuadrados en el Lote
102, Manzana 34, Supermanzana 226 de Cancún.
Aspirante a la candidatura del PRI
a la presidencia municipal de Benito Juárez, que buscaba desde las elecciones locales
de 2013, tuvo como adversario el ex delegado de la Sedesol, Fabián Vallado, a
quien combatió a través de columnistas a su servicio y con quien en 2014 rompió
relaciones.
¿Se atreverá el Fiscal Miguel Ángel
Pech Cen a investigarlo? O ya lo está haciendo y calla por aquello del “sigilo”.
No lo sabemos, pero en cualquiera de
los casos sería conveniente que Carlos Joaquín colocara bajo la lupa a su ex
asesor y ahora Coordinador General de Comunicación Social, Felipe Ornelas Piñón,
ya que “en arcas abiertas hasta el más justo peca”, pues nadie quisiera que al
término del sexenio -si termina el sexenio en el cargo- hubiera un nuevo
cliente de la Bolsa de Valores.
Aunque no existen tantas formas de
entrarle agua al coco, en materia de recursos SI las hay, inclusive descontando
“mochadas” o “rasurando” pagos… como era costumbre de Rangel Rosado. Nadie dice
que ese sea el caso de Ornelas Piñón, pero mejor prevenir que lamentar, y no
luego resulte que a “Chuchita” la bolsearon.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es Licenciado en Derecho egresado de la Universidad
Autónoma de Yucatán, periodista residente en Chetumal, Quintana Roo, desde hace
30 años, con más de 40 como reportero, jefe de información, editor y jefe de
redacción de varios medios de información, así como Jefe de Información de dos
gobernadores y tres presidentes municipales. Ha publicado cuatro libros.
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