¡La “danza” por las candidaturas!
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Con la renuncia de Miguel Ramón Martin
Azueta a la Jefatura de Despacho, el gobernador Carlos Joaquín González
iniciará un nuevo periodo, en una administración donde el único pendiente sigue
siendo el titular de la Secretaría de Gobierno, el panista Francisco López
Mena, a quien se le habría esfumado la posibilidad de aspirar a la candidatura
al Senado.
Con un equipo que, ante sus
compromisos de campaña -para nadie es un secreto-, debió conformar con miembros
de chile, dulce y de manteca, el aún cuestionado mandatario comenzó el pago de
“facturas” a los que, económica o políticamente, se echaron a cuestas la tarea
de expulsar al PRI del gobierno de Quintana Roo.
En este sentido, sus principales
aliados fueron el PAN y el PRD, al menos en el papel, ya que no pocos
consideran que, ante al hartazgo ciudadano con el PRI y la descarada corruptela
de muchos años, el hombre pudo alcanzar la gubernatura por la vía
independiente, ya que “era” él quien estaba fuerte, y no la coalición que lo
postuló candidato.
Año y medio después de aquella histórica
jornada, en la que la palabra de moda fue el tan llevado y traído “cambio” -que
todo mundo escribe entre comillas por la decepción para el pueblo-, Carlos
Joaquín podría quedar prácticamente en condiciones de armar un equipo propio,
ya que su gobierno “aliancista” es particularmente diferente al de sus
antecesores.
En este sentido, NO tendrá la
necesidad de negociar con diputados que generalmente buscan las presidencias
municipales -al menos no en la próxima elección-, como tampoco requerirá
hacerlo con todos los alcaldes que se quedarán en la “banca”, para buena
fortuna de Quintana Roo, incluyendo el caso del infierno de Benito Juárez.
Sí, en cambio -justo es
reconocerlo-, muy probablemente lo hará en el caso de Othón P. Blanco, donde
Luis Torres Llanes, con el respeto a sus detractores y sus argumentos, ha
realizado un magnífico papel, desde luego en la medida de sus posibilidades,
por lo que a nadie extrañaría el apoyo de Carlos Joaquín, quien le convirtió en
su principal aliado.
Pero además, ante la innegable
decepción de no pocos simpatizantes, el munícipe constituye su principal
capital político, al menos en la región, donde, como se recordará, el
mandatario logró cosechar un inusitado volumen de votos durante su elección,
por lo que correría un grave riesgo de perderlos en caso de equivocar su
selección.
Ante este panorama, creemos que
Torres Llanes es garantía de votos como abanderado, ya fuera para su eventual
reelección en OPB, o bien para algún cargo federal, donde representaría los
intereses de Quintana Roo y del propio mandatario que, más que compañero del mismo barco, le convirtió en su
amigo.
Otro personaje que también
considera su amigo es el propio Miguel Ramón, quien el 10 de enero presentó su
renuncia al cargo que desempeñaba desde el 25 de septiembre de 2016 y, según
misiva, agradeció la oportunidad y confianza que le brindó Carlos Joaquín
González, con quien tuvo como propósito “conducirse con transparencia y
honestidad, pero sobre todo de lealtad al proyecto de trabajo para el Estado”.
Ahora precandidato de Movimiento
Ciudadano a la diputación federal por el Distrito I, el político, quien destacó
su satisfacción como parte del gabinete por haberle dado la oportunidad de
servir a los quintanarroenses de manera directa y responsable, puede
considerarse uno de los pocos colaboradores confiables del Ejecutivo y uno de
sus pocos, reales amigos.
Por si fuera poco, Miguel Ramón,
cuya candidatura era bola cantada desde un principio -la única duda era la vía
y hacía dónde-, fue quien trajo de Yucatán a Carlos Joaquín e invitó a trabajar
en su equipo cuando fungía como alcalde de Playa del Carmen, por lo que a nadie
extrañó que, a su vez, el hoy mandatario le convirtiera en su principal
operador político.
Entre otros, como se sabe, Miguel
Ramón se encargó de la negociación del Ejecutivo con la XV del Congreso del
Estado, sobre todo en momentos en que se dudaba que la mayoría de legisladores
apoyara la lucha contra los rastros cómplices del ex gobernador Roberto Borge
en la Fiscalía General del Estado, la Auditoría Mayor y el propio Tribunal
Superior de Justicia.
Además, se encargó de “entrarle al
quite” a problemas propios de López Mena y la Secretaría de Gobierno, entre
ellos destrabar las negociaciones con los ejidatarios que mantenían bloqueadas
las carreteras de Bacalar y Felipe Carrillo Puerto, respectivamente.
Señalado, en agosto de 2017, de
complicidad con la presidenta del Ieqroo, Mayra San Román Carrillo Medina, del
acarreo de gente en el municipio de Lázaro Cárdenas para la asamblea distrital
de Sustentabilidad Social y Trabajo Comunitario, A.C., -que preside Alfredo
Caamal Huchim-, mostró no necesitar de esta organización para sus aspiraciones.
En ese
entonces también se realizó una asamblea similar en Benito Juárez, aunque no
hubo personal del Ieqroo contra las acciones de Claudia Carrillo, quien avaló
la asamblea.
Por lo demás, a pesar de lograr el
registro del partido de aquella organización, que se llamaría “Confianza Por
Quintana Roo”, no podría contender en las elecciones locales de 2018, mientras
que en las de 2019, cuando sólo se elegirá a diputados locales, tendrá que
contender solo, sin ninguna alianza.
Así las cosas, otro cuestionado
“gallo” que surgió del gabinete de Carlos Joaquín es el ex alcalde de Benito
Juárez, Julián Ricalde Magaña, quien renunció a la Secretaría de Desarrollo
Social (Sedeso) y aspira al Senado de la República, con lo que el mandatario se
quedó sin perredistas en el gabinete.
No obstante, independientemente de estar
más identificado con el PRD que con Carlos Joaquín, el político cuenta con
amplia experiencia política para desempeñar un digno papel en la Cámara “alta”,
donde desplazaría a los tradicionales representantes priístas, en esta ocasión
al gris y cuestionado ex gobernador Félix González.
Para ese efecto, Julián Ricalde
sólo tendrá que recorrer un caminito que conoce de memoria para buscar el voto,
sobre todo en Benito Juárez, donde existe un claro hartazgo contra el PRI y el
Partido Verde “Ecologista”, que mantienen a Cancún como tierra de Al Capone.
Ahora bien, ¿Cuál podría ser el
futuro de López Mena? Como “ahijado” político de la ex panista Margarita Zavala
y la renuncia de ésta al partido, el funcionario quedó en la “orfandad”, ya que
dejó de ser el “gallo” obligado de Carlos Joaquín al Senado, por lo que creemos
que, cuando mucho, seguirá despachando hasta concluir el proceso de julio
próximo.
¿Quién sería su sucesor? Puede
Usted apostar a que, de no poderlo hacer candidato al Congreso de la Unión o a
la reelección por tener que concluir sus pagos de “facturas”, Carlos Joaquín
optaría por Torres Llanes como su mano derecha.
Pero, vaya, la “danza” de las
candidaturas aún empieza
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es un periodista con más de 41 años de experiencia como
reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de varios medios de
comunicación, además de haber fungido como jefe de información de dos ex
gobernadores y tres presidentes municipales y publicar cuatro libros.
Titulado en la Universidad Autónoma
de Yucatán como Licenciado en Derecho, cuenta con cuatro Diplomados en Derechos
Humanos y Sistema Acusatorio; La Familia y los Derechos Humanos; Acceso a la
Justicia en Materia de Derechos Humanos, y en Juicio de Amparo, así como más de
15 Seminarios, Talleres y Cursos diversos.
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