¿Peligrosos
desconocidos con CJG?
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Hasta donde recordamos, tras la
invasión de foráneos que llegaban a hacer fortuna a Quintana Roo durante la
época del Territorio, pocos o ningún gobierno provocó tanta incertidumbre con
nombres “raros” y gente extraña o sospechosa en su gabinete, como lo es hoy el
caso de Carlos Joaquín González.
Con la entonces exitosa promesa del
“cambio” que siguen cuestionando los quintanarroenses, el mandatario arribó al
poder gracias al hartazgo de los votantes contra el PRI y sus gobernantes, pero
pocos o nadie sospechó o cuestionó de sus previas negociaciones políticas,
sobre todo en materia de financiamiento.
Sin embargo, tras la aparición de
“extraños” nombres en su equipo, algunos sin cargos específicos, y su innegable
relación con el poblano Rafael Moreno Valle, comenzó a desenredarse el hilo de
una madeja que no termina de complicarse, sobre todo a raíz de los últimos
acontecimientos de Playa del Carmen y la sospechosa explosión en un ferry
propiedad de la familia del ex gobernador Roberto Borge.
Bomba, “artefacto” o como quieran
llamarle, el caso es que no sólo provocó que Estados Unidos y Canadá alertaran
a sus connacionales sobre el riesgo de utilizar ese tipo de naves en la Zona
Norte, sino que vinculó en el tema a un colaborador, funcionario, amigo -o vaya
Usted a saber qué- del propio Carlos Joaquín.
Se trata del venezolano Jorge Luis Brizuela
Guevara, cuyo nombre deslizó sobre el tema el diario capitalino Reforma en su
columna Templo Mayor, aunque de no ser por lo que poco se ha difundido sobre el
hombre en Quintana Roo, poco o nada hubiera importado.
En efecto, el sábado último,
Reforma, al que sólo se tiene acceso por Internet con membresía pagada, reseñó
que el enrarecido ambiente político de Quintana Roo preocupa al gobernador
Carlos Joaquín por el bombazo a Barcos Caribe “porque una línea de investigación
apunta hacia un venezolano quien es ubicado como un cercanísimo colaborador del
mandatario estatal”, en referencia a Brizuela Guevara.
Reproducido textualmente por varios
medios locales, la columna indica que “el enrarecido ambiente político en Quintana
Roo, tras el bombazo en un ferri propiedad de la familia del ex gobernador
Roberto Borge, trae preocupado al gobernador Carlos Joaquín, sobre todo porque
una línea de investigación apunta hacia un venezolano”.
No obstante, aclara que “no se
trata de un prófugo de la tierra de Nicolás Maduro, sino de Brizuela Guevara,
un paisano de Bolívar, ubicado como cercanísimo colaborador del mandatario
estatal”, que el tema es que éste ha sido acusado varias veces por participar
en extraños actos de persecución de opositores desde las épocas del borgismo, “y
que su nombre salga a relucir en este asunto, ha generado nerviosismo en
Chetumal”.
Hasta ahí las cosas, sin embargo el
nombre del venezolano, a quien pocos, muy contados conocen -por no decir
prácticamente nadie- comenzó a “sonar” desde el inicio de la administración de
Carlos Joaquín, cuyo equipo se habría formado de sal, de chile y de manteca,
con panistas, perredistas y ex priístas.
Desde ese entonces, por ejemplo, el
diario Por Esto de Quintana Roo, que no se distingue precisamente por ser amigo
del mandatario -pero sí de Félix González y Roberto Borge- publicó que empresarios
ligados a intereses turbios con recurso de dudosa procedencia, serían los
principales benefactores de Carlos Joaquín y comenzarán “en breve” a realizar
negocios y operaciones en la entidad.
Los nombres de estos empresarios,
diría, son sinónimo de corrupción, donde destacaba el poblano José Santos
Zanella Bretón, quien, por recomendación de Moreno Valle, habría participado en
la campaña de Carlos Joaquín, a cambio de “facilidades” para futuros negocios
en Quintana Roo, entre ellos una agencia de viajes gubernamental que operaría
durante el mandato “joaquinista”, así como la instalación masiva de Uber en el Estado.
De hecho, Santos Zanella sería quien
más se beneficiaría con la operación de esta plataforma digital de transporte,
ya que maneja una agencia automotriz ligada directamente a Volkswagen en Puebla,
aunque también resaltaba a Brizuela Guevara, amigo cercano a Carlos Joaquín y
operador político en la Zona Norte, pese a tratarse de supuesto delincuente
consumado.
Según Por Esto, el venezolano sería
conocido como defraudador desde su país natal, aunque salió de Miami rumbo a
Cancún huyendo por el delito de fraude.
En torno a Santos Zanella, cuyos
negocios de Puebla estarían a punto de quebrar en 2008 por malos manejos y no
cubrir cuestiones legales, diría que antes del sexenio de Moreno Valle, la
venta de muebles y equipo de cómputo dejó de ser rentable, mientras su agencia
de autos “Volkswagen Z Motors” apenas lograba su meta de ventas.
En 2010 estuvo cerca de la campaña de
Moreno Valle, a partir de la cual vino la transformación, con viajes al
extranjero, adquisición de inmuebles y constantes apariciones en la revista
Rostros, principal fuente de retroalimentación del fisco.
Así, en 2012 habría comprado en 80
millones de pesos las 21 casas de empeño del Monte de Piedad “Vidal Ruiz”, en
tanto habría aparecido como dueño de Prendamex, empresa originalmente propiedad
del ex rector de la Universidad de Tamaulipas, con cuya hija se casó.
Por otra parte, ante la crisis de
la armadora por el trucaje de motores, Moreno Valle prometió apoyar a la
armadora alemana con la compra de cientos de vehículos para sus patrullas, y la
adquisición se habría concretado por la vía de la red de concesionarios,
particularmente Z Motors. En ese entonces entregaría 40 coches de la VW para
patrullar Puebla.
Sus relaciones le habrían permitido
impulsar el proyecto de Uber en Puebla, donde las principales flotillas
pertenecerían a socios de Estrella Roja, Z Motors y directivos de la BUAP. Lo
mismo habría comenzado a realizar en Quintana Roo, donde aparecería como uno de
los principales capitalistas para que Uber opere en el Caribe mexicano.
Además, habría dotado a Carlos
Joaquín de camionetas y aviones privados para realizar viajes sin costo alguno
a través de la firma Flying S.A., propiedad del empresario, Santos Zanella
Respecto al “Venezolano”, Cancún sería
la mejor guarida de Brizuela Guevara, quien, bajo la escurridiza identidad de
empresario automotriz, habría pretendido despojar de 43 millones de pesos y
diversos inmuebles a los propietarios de “Desarrollos Turísticos Pueblito
Escondido”.
Su coartada para este efecto sería
una torcida demanda laboral, con la complicidad de abogados y funcionarios de
la Junta de Conciliación y Arbitraje de Solidaridad, cuando Carlos
Joaquín manejaba la presidencia municipal a través de Filiberto Martínez en la
Riviera Maya.
La también venezolana Henrieth
Nathaly Estaba García, esposa de Brizuela Guevara, y el mexicano Gerardo Islas
Montes de Oca, presumían contactos con las autoridades municipales y estatales
en ese entonces, con lo que habrían falseado pruebas, fabricado puestos y
sueldos multimillonarios, que posteriormente habrían reclamado en juicios
laborales.
Al parecer, Brizuela Guevara cuenta
con antecedentes penales, algunos de ellos publicados el 17 de julio del
2011 por distintas Cortes, como la de Doral, Florida, de donde habría huido por
problemas legales.
Pero además, a fines del 2013 se habría
involucrado en un conflicto con empresarios venezolanos por una serie de
millonarias transferencias bancarias hacia México a través de la empresa Maral
Oriente CA, vía depósitos de cuentas de otras dos empresas: Importadora Zilia
LA (cuenta 01340404694041036755) y Santa Clara CA (cuenta 01340435664351020941)
De acuerdo a las negociones, los
empresarios venezolanos querrían sacar su dinero del país por la incertidumbre
que representaba a sus empresas el entonces gobierno de Hugo Chávez.
Periodista afín a Carlos Joaquín,
Pedro Canché publicaría el 1 de diciembre de 2016 que el periódico “Respuesta” de
Quintana Roo habría quebrado porque a sus propietarios nunca les interesó el
periodismo, aunque habrían afectado a 160 familias de trabajadores, y que el
dinero que recibían del gobierno de Borge vía contratos lo usaban para derrochar
en Miami.
A Brizuela Guevara, quien aparecería
como roba-arena y denunciaban por fraude por su connacional, mitómano y argüendero,
es el “Capeline” de Carlos Joaquín -el
de Borge era el desaparecido Isaías Capeline-, a quien habría engañado, pero
que trascendió que rentaría el equipo de “Respuesta” por 100 mil pesos mensuales
y que pagará el finiquito a los empleados, con la condición que Heriberto
Millar se fuera el sexenio en Miami.
Lo que no estaría claro es de donde
sacarían los recursos para financiar la
operación, según unos de la calderonista Margarita Zavala, otros que de Carlos
Joaquín para apuntalarse y tener su pasquín, aunque otros más lo atribuían a
Miguel Ramón Martín Azueta, hoy aspirante a diputado federal y ex jefe de la
Oficina del Gobernador, donde, irónicamente, el “Venezolano” fungía
“formalmente” como jefe de ayudantes.
Tres años antes, es decir, el domingo
28 de julio del 2013 –según el portal Agencias Quintana Roo del 4 de mayo de
2017- Brizuela Guevara y seis personas más habrían sido detenidos por la
Policía Federal por el robo de arena en Puerto Morelos en predios propiedad del
Grupo Excelente y Obratur para vender al parque temático “Tres Ríos” de Playa
del Carmen.
Habrían sido puestos a disposición
del Ministerio Público del Fuero Común por los delitos de robo y allanamiento,
por lo que se inició la averiguación previa AP/ZN/CAN/11/03/1956/7- 2013, aunque
pocos días después habrían obtenido su libertad bajo fianza.
La última notica sobre Brizuela
Guevara fue el 8 de marzo del 2017, cuando se publicó que, por órdenes de
Miguel Ramón Martín, habría “levantado” al cuestionado ex “Voz Cero” de Borge,
Rangel Rosado Ruiz, a quien le habrían roto los dedos de la manos y desterrado
de Quintana Roo. “Si regresas te mueres” le advertirían al arrojarlo en la
carretera, en los límites de Quintana Roo y Yucatán, en lo que se tituló como
“ajuste de cuentas desde el gobierno estatal”.
Muchos nombres, muchas dudas,
muchas preguntas…cero respuestas
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es un periodista con más de 41 años de experiencia como
reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de varios medios de
comunicación, además de haber fungido como jefe de información de dos ex
gobernadores y tres presidentes municipales y publicar cuatro libros.
Titulado en la Universidad Autónoma
de Yucatán como Licenciado en Derecho, cuenta con cuatro Diplomados en Derechos
Humanos y Sistema Acusatorio; La Familia y los Derechos Humanos; Acceso a la
Justicia en Materia de Derechos Humanos, y en Juicio de Amparo, así como más de
15 Seminarios, Talleres y Cursos diversos.
luancaba.qroo@gmail.com
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