¡Estalla gobernador Carlos Joaquín!
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
En su sentido y uso más amplio y
general, el término IMPOTENCIA, derivado del vocablo latino “impotentĭa”, es la
incapacidad de realizar alguna actividad o tarea, o en su defecto, la ausencia
de poder para concretar algo o implementar una acción. Quien padece la
impotencia en este sentido no será capaz de hacer algo, sentir, manifestarse, o
solucionar algún tema.
Normalmente, la impotencia paraliza
y frustra a las personas, porque, aunque queriendo, sienten no poder hacer o
decir algo por no disponer de la fuerza, medios u otra cosa para cambiar lo que
se le presenta como imposible.
Las personas que, por ejemplo, son
muy sensibles a las necesidades y padecimientos de otros, cuando sienten no poder
ayudarlos a superar esa situación, se sentirán impotentes.
Ese estado de impotencia, muy
diferente al sexual, según definición del portal ABC, generalmente se manifiesta
a través de gritos o llantos, entre los más comunes.
Ahora bien, referirse al último
“escándalo” en el que se involucró el gobernador Carlos Joaquín, obliga
necesariamente a referirse a otro termino similar: Nos referimos a la INCAPACIDAD,
que puede referirse a la falta de capacidad para hacer, recibir o aprender algo,
o de entendimiento, inteligencia, preparación, o de medios para realizar un
acto.
Existen varias. La incapacidad
física es la pérdida parcial o total de la capacidad innata, ya sea por causas
relacionadas con enfermedades congénitas o adquiridas, o bien por lesiones que
determinan una incapacidad en la capacidad, especialmente respecto a la
anatomía y la función de un órgano, miembro o sentido.
Por su parte, incapacidad jurídica
es la carencia de la aptitud para el ejercicio o adquisición de un derecho por
sí mismo, mientras que incapacidad mental es cuando se altera el razonamiento,
comportamiento o facultad de reconocer la realidad o de adaptarse a las
condiciones de la vida.
Por último, incapacidad temporal o
baja laboral es la situación de un trabajador cuando, por causa de una
enfermedad común o profesional, o por un accidente, está temporal o totalmente
incapacitado para laborar por indicación médica, y precisa asistencia
sanitaria.
Una vez
aclarados ambos términos en los que podía encontrarse Carlos Joaquín, estamos
en condiciones de referirnos a reciente oficio que, con carácter urgente y en
semáforo “amarillo”, recién envió a su gabinete, incluidos Mandos medios e
intermedios, en los que, si bien analiza y reconoce, DEPLORA abiertamente el
trabajo de su gobierno.
Después de poco más de un año y siete meses de iniciado su cuestionado sexenio, el
mandatario escribió: “De nuevo les pido acciones de trabajo en bien de los
objetivos. Acciones que vayan encaminados a resolver los problemas y alcanzar
las metas de nuestro Gobierno”.
En lo que, en el mejor de los
casos, podría entender como un “mea culpa”, Carlos Joaquín confiesa que “sigo
sin ver acciones encaminadas a hacer de Chetumal una ciudad más competitiva,
con mejor infraestructura, con mejora regulatoria y con más generación de
empleo”.
Al igual que millones de habitantes
de la Zona Maya, particularmente de la Zona Sur advirtió que “sigo sin ver el
avance de los 300 Pueblos, sigo sin ver más espacios de vivienda regularizada y
con soluciones a la gente en materia de servicios públicos”.
¿Qué son los 300 Pueblos? Se trata
de un programa que, con bombo y platillo, anunció en Felipe Carrillo Puerto en
julio 2017 en
materia de obra pública para la Zona Maya, para la atención de pueblos
indígenas en el mejoramiento de imagen urbana, así como en los caminos de
accesos a las localidades.
Para ese efecto, diría que proyectaba atender a 300 comunidades indígenas en los próximos 6
años, de manera que sería 50 por año de su gobierno, que incluiría temas de
rehabilitación de espacios deportivos, escuelas, y centros de salud, entre
otros.
Sin precisar qué comunidades,
Carlos Joaquín anunció hace cerca de 10 meses que aquel 2017 cumpliría con
beneficiar esas primeras 50 localidades indígenas con más de 100 habitantes.
Cerca de cumplir sus primeros dos
años al frente del Ejecutivo, diría más adelante que “para combatir la pobreza
y disminuir la desigualdad en Quintana Roo, trabajamos para abatir el rezago en
infraestructura básica a través del programa 300 localidades para llevar más y
mejores servicios públicos a comunidades con una población de más de 100
habitantes con porcentaje de marginación medio, alto o muy alto”.
El programa arrancó en 50
localidades de Bacalar, Carrillo Puerto, Morelos, Tulum y Lázaro Cárdenas, con
pavimentación de calles y caminos de acceso; señalización vertical y horizontal;
pintura de guarniciones y banquetas; luminarias y otros servicios.
Sin embargo, ahora dice que sigue
sin ver el avance de los 300 Pueblos, que sigue sin ver más espacios de
vivienda regularizada y con soluciones en materia de servicios públicos.
Por si fuera poco, Carlos Joaquín
también acusa en su carta que “sigo sin ver la mejora de nuestros 8 destinos
turísticos con fortaleza, sigo sin ver las acciones culturales y despotricas (sic)
q (sic) resalten a nuestras ciudades y a su gente, sigo sin ver las acciones de
preservación del medio ambiente que ayuden a reforestar, encontrar soluciones
al uso del sargazo, de cierres de tiraderos de basura y hallar nuevas formas de
energía a través de ella”.
¿Reproche-advertencia a la titular
de la Secretaría Estatal de Turismo, “la investigadora y académica Marisol
Vanegas Pérez, licenciada en Turismo con Maestría en Planeación Turística, con más
de 20 investigaciones en Desarrollo y Gestión, que presidía la Academia de
Turismo de la Sociedad Andrés Quintana Roo”?
En un nuevo clamor-reclamo, Carlos
Joaquín también expresa que “sigo sin ver progreso en nuestro campo, donde la
agricultura se sienta satisfecha del apoyo técnico, financiero y de
comercialización de sus productos así como de la ganadería y la acuacultura”
¿Nuevo reproche-advertencia, ahora para
el titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario Rural y Pesca, el ex
alcalde priísta de José María Morelos, Pedro Enrique Pérez Díaz, quien fuera
candidato a la reelección por el Partido Encuentro Social en las elecciones del
2015?
Con pocos señalados abiertamente
como destinatarios del mensaje, lo cierto es que la explosión del coraje de
Carlos Joaquín fue general, contra todos, a los que recriminó que por ello “les
pido una vez más poner en marcha sus acciones de manera inmediata, no veo sus
acciones y sí veo muchos pretextos, viajes, salidas, cursos pero sin resultados
palpables en bien de la sociedad”.
¿Alguien lo ignoraba? Por lo que
vemos, solamente él, ya que críticas, señalamientos cuestionamientos y reclamos
de la gente a su gobierno han sido pan de cada día en los menos de dos años de
gestión, aunque, como bien dice la norma, no hay peor ciego que el que no quiere
ver.
Con un gabinete “de chile, dulce y
de manteca”, como siempre hemos dicho, el mandatario, irónicamente, señala que
“sigo encontrando una lejana entre ustedes y la gente q (sic) colabora con
ustedes, encuentro decepción, malos tratos, injusticias, malas elecciones de
crecimiento interno, falta de atención y solución y sobre todo, equivocación en
sus decisiones a su personal. Agregando divorcio con la sociedad y sus clientes”.
Nos hacemos la misma pregunta, y la
respuesta sigue siendo la misma ¿Alguien lo ignoraba? Ahora, por lo que vemos,
SOLO ÉL, aunque quizá no lo ignoraba, sino que prefería ignorarlo después de
casi dos años de gobierno.
En este sentido, creemos que ahora
es comprensible tanto espacio anterior para referirnos a los términos de
IMPOTENCIA e INCAPACIDAD, ya que sólo de ese modo es explicable tanto
desacierto, errores y críticas a ese gobierno del “cambio” que generó tantas
expectativas que quedaron sólo en el papel.
¿Cómo calificar los yerros que
reconoce el propio Carlos Joaquín, en los que, por cierto, se quedó demasiado
corto por no referirse a los más visibles y delicados, como son la inseguridad
y el tema de la salud? ¿Es por su imponencia a poner orden en casa? ¡O por su
incapacidad!
Podría ser tan sencillo “cortar
cabezas”, como LO TUVO que hacer en el caso de su ex titular de Finanzas, el
olvidado poblano Juan Melquiades Vergara Fernández, quien, para muchos, lo
nombró y sostuvo por haber sido una de las principales fuentes de
financiamiento de su campaña.
Los dos otros únicos movimientos de
su equipo original fueron los de sus entonces titulares de la Oficina del
Gobernador y de la Secretaría de Desarrollo Social, Miguel Ramón Martín Azueta
y Julián Ricalde Magaña, respectivamente, hoy candidatos a la diputación
federal y al Senado de la República.
El primer cargo prácticamente
habría desaparecido, aunque en el segundo quedaría como encargada la hasta hoy
desconocida Rocío Moreno Mendoza.
Aunque no pocos se inclinan por el
Oficial Mayor de Gobierno o la titular de la Secretaria de Salud, Manuel
Alamilla Ceballos y Alejandra Aguirre Crespo, respectivamente, la pregunta
obligada es ¿Habrá nuevos, necesarios cambios en el gabinete? ¿Sería un
magnifico motivo la carta para anticipar el “corte de cabezas” ¿De quién sería
la culpa los fracasos que el mismo Carlos Joaquín reconoce? ¿Qué opina Usted?
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es un periodista con más de 41 años de experiencia como
reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de varios medios de
comunicación, además de haber fungido como jefe de información de dos ex
gobernadores y tres presidentes municipales y publicar cuatro libros.
Titulado en la Universidad Autónoma
de Yucatán como Licenciado en Derecho, cuenta con cuatro Diplomados en Derechos
Humanos y Sistema Acusatorio; La Familia y los Derechos Humanos; Acceso a la
Justicia en Materia de Derechos Humanos, y en Juicio de Amparo, así como con
más de 15 Seminarios, Talleres y Cursos diversos.
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