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¡El  peor error de Carlos Joaquín!


                                               Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
         Nunca como antes, en sus 28 años de historia, el nombramiento de un Rector de la Universidad de Quintana Roo causó tanta inconformidad y polémica como el que se aproxima con el caso del ex titular de la Secretaría de Gobierno, el panista -aunque sólo de membresía- Francisco López Mena, uno de los principales responsables de la debacle de la no menos  cuestionada administración de Carlos Joaquín González.
         Y que conste que con toda la intención del mundo empleamos el término “nombramiento”, ya que para nadie es un secreto que el próximo proceso para la sucesión de Ángel Ezequiel Rivero Palomo en la máxima casa de estudios no será ninguna elección -vaya, ni siquiera de análisis-, sino la imposición de la voluntad del mandatario del “cambio” que nunca llegó.
         Tan no llegó el cambio, que el supuesto ex priísta que “renunció” a su partido para asegurar la candidatura a gobernador, está actuando precisamente como sus antecesores del PRI en el “dedazo” para imponer a sus supuestos incondicionales, aunque éste no haya sido el caso de López Mena, quien sólo lo ha sido de sus propios intereses personales.
         En efecto, el ahora ex funcionario, Notario Público número 7 de oficio -curiosamente su suplente es otro igual que él, el ex procurador de Justicia Carlos Humberto Pereira Vázquez- nunca veló por los intereses de Quintana Roo, mucho menos de Carlos Joaquín, cuando debió realmente desempeñarse como “sub gobernador”, o bien como segundo de a bordo en todo el Estado. Y si lo hizo de ese modo, ¡vaya resultados!
Lo más curioso del caso es que las “autoridades” universitarias -por llamarlas de algún modo- traten de justificar la imposición de López Mena y aduzcan un supuesto análisis de las propuestas públicas de la comunidad para tomar una decisión, cuando que, en realidad, ni siquiera serán capaces de mover un dedo ante la determinación -capricho, diríamos nosotros- de Carlos Joaquín.
Tal y como diría en su momento Carlos Salinas sobre la nominación del candidato priísta a sucederle en la “silla”, no se hagan bolas, ya que, también en este caso, los dados están cargados y será simple cuestión de tiempo y “trámite” -ja, ja, ja- para que el peor ex secretario de gobierno se convierta en el octavo Rector de la Universidad de Quintana Roo.
Los seis anteriores fueron, durante el periodo (1991-93), Enrique Carrillo Barrios Gómez; (1993-94) Enrique Peña Alba, (1994-2002) Efraín Villanueva Arcos, (2002-05) Francisco Rosado May, (2005-11) José Luis Pech Várguez y (2011-15) Elina Coral Castilla, quienes antecedieron a Rivero Palomo desde el 2015.
Durante el paso de Rosado May, la UQRoo obtuvo el Nivel I de los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES), el de calidad académica más alta en el 100% de sus programas educativos, sólo igualado en 2005 por las universidades de Yucatán y de Nuevo León. En 2004 obtuvo la certificación ISO 9001-2000 del 100% de los procesos administrativos y de gestión universitaria.
Ambos logros de Rosado May coadyuvaron para que en 2005, en su época dorada, la Universidad, creada el 31 de mayo de 1991 por decreto del gobernador Miguel Borge Martín y del entonces presidente Carlos Salinas,​ fuese admitida como integrante del Consorcio de Universidades Mexicanas de Calidad.
La politización de la institución comenzó a fraguarse abiertamente en 2009, cuando el ahora senador Pech Várguez impuso el cuestionado primer Doctorado Honoris Causa a favor del escritor Carlos Fuentes, aunque “rectificaría” al año siguiente al entregarle el segundo a Borge Martín, aunque casualmente cuando el sobrino de éste, Roberto Borge -ahora en prisión-, buscaba la gubernatura de Quintana Roo.
Desde luego que ambos nombramientos fueron avalados por el entonces gobernador Félix González, aunque hoy, a nueve años de distancia, ignoramos qué busque Carlos Joaquín con la imposición de su ex “colaborador” -además de que siga como tal desde la Universidad-, ya que, al menos en teoría, ésta goza de “cierta” autonomía, aunque simplemente administrativa.
Ahora bien, lo que no alcanzamos a entender es de dónde sacan algunos miopes que López Mena no sólo reúne todos los requisitos, sino que es el mejor “candidato” -la mejor imposición sería-, ya que lo único que conoce de universidades es su paso por la Iberoamericana, aunque él es originario de Yucatán  -ojo nativistas-, curiosamente igual que Carlos Joaquín.
Quizá La Universidad de Quintana Roo la conozca sólo “de paso” por haber acudido a algún evento político en representación del gobernador o tenga conocimiento de ella a través de la prensa o recientes investigaciones para aspirar a la Rectoría, tal y como ocurrió con una carrera que recién concluyó ¡siendo aún secretario de gobierno! Con razón el Estado está como está: De cabeza
¿Y sabe Usted por qué? Porque, al menos en teoría, la Secretaría de Gobierno es la responsable de la política interna de Quintana Roo y su principal función es resolverle los problemas políticos a Carlos Joaquín, no de creárselos, como ocurrió con nuestro personaje durante el transcurso de casi tres años, hasta renunciar -bendito sea Dios- el pasado día 3 de julio ¿Lo único bueno que dejó? Su sucesor: Arturo Contreras Castillo
Lamentablemente, podemos anticiparlo, nadie le quitará de la cabeza a Carlos Joaquín el capricho de nombrarlo nuevo Rector -para nadie será noticia-, ya que es de todos conocida su terquedad de imponer su voluntad, a costa de lo que sea -sí, leyó usted bien-, inclusive de su propia imagen, tal y como ha demostrado con “su” titular de Seguridad Pública, el Mando Único, Alberto Capella Ibarra.
A este paso, a nadie extrañaría que el día de mañana López Mena, entonces como Rector, impusiera como catedráticos de la Universidad a sus principales colaboradores panistas de la Secretaría de Gobierno, entre ellos al propio Pereira Vázquez, a quien ya lo había hecho subsecretario, o bien al propio Capella Ibarra, éste como maestro ¡en la Licenciatura en Seguridad Pública!
Lo único que podíamos pensar que obliga a Carlos Joaquín a hacerlo Rector es el odioso pago de “facturas” políticas como gobernador aliancista que supuestamente dejó de ser priísta y nunca se afilió a los partidos impulsores de su gubernatura, sobre todo al PAN, al que, sin embargo, nunca deja de respetar y hacer favores ¿Verdad diputado Eduardo Lorenzo Martínez Arcila?
Tristemente, el tema del nombramiento de Rector consummatum est ¿Y la comunidad universitaria? Como chinitos: Milando, sólo milando.

(Permitida la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito para el autor)

*Luis Ángel Cabañas Basulto es un periodista con más de 42 años de experiencia como reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de varios medios de comunicación, además de haber fungido como jefe de información de dos ex gobernadores y tres presidentes municipales y publicar cuatro libros.
Titulado en la Universidad Autónoma de Yucatán como Licenciado en Derecho, cuenta con cuatro Diplomados en Derechos Humanos y Sistema Acusatorio; La Familia y los Derechos Humanos; Acceso a la Justicia en Materia de Derechos Humanos, y en Juicio de Amparo, así como con más de 15 Seminarios, Talleres y Cursos diversos. 

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