¡Otra vez la “sombra” de Félix!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Desde
el 2004, cuando el PRI nominó al tristemente célebre ex gobernador Félix
González como candidato a Jefe del Ejecutivo de Quintana Roo, pese a ser uno de
los principales involucrados en el sonado, jamás aclarado homicidio de la
estudiante Mayra Ayuso, nunca antes había estado tan cuestionado el nombre de
una aspirante cozumeleña como el de Gina Ruiz Chávez.
El
tema despertó controversia desde un principio, y no precisamente por tratarse
del cuestionado priísmo de la ínsula o por misogismo, sino porque hasta horas
antes de su “destape” fungía como presidenta del DIF-Municipal como cónyuge del
aún presidente de Cozumel, Freddy Marrufo Martín, para variar, no menos
cuestionado que su “costilla”, aunque éste desde años atrás.
Al
igual que seguramente Usted, nos congratulamos con la mayor apertura política nacional
en favor de la mujer a través de la paridad de género, pero no podríamos hacer
partícipe de ese beneficio a Gina Ruiz, por lo que, al igual a como vaticinamos
hace 3 años con la selección de la priísta Lilia Mendoza González como
candidata a diputada local por la isla, se espera un catastrófico resultado
para el tricolor.
Irónicamente,
en aquella oportunidad la principal contendiente de Lilia Mendoza era la
panista Perla Cecilia Tum Pech, quien terminó por convertirse finalmente en
diputada por la XIV Legislatura, y hoy buscará hacer lo propio con la
presidencia municipal, ahora contra Gina Ruiz, con lo que, con muchas
posibilidades, se convertirá en la verdugo número uno del PRI en Cozumel.
La
joven política del PAN fue la única candidata de la oposición que triunfó en
aquellas elecciones locales, en las que el PRI, inclusive, arrasó con las
presidencias municipales, aunque con todas las marrullerías y todo el dinero
del mundo del que dispuso el aún gobernador Roberto Borge Martín.
Uno de
los principales señalamientos contra la aspirante a la alcaldía, por cierto
hermana de la recién nombrada diputada federal Sara Latife Ruiz Chávez, la
misma que provocara tantos enfrentamientos con el gremio magisterial frente a
la Secretaría Estatal de Educación, es que, en ambos casos, se trata de
imposiciones de Félix González, quien gobernó Quintana Roo tras bambalinas
durante 5 años después de su periodo “normal”.
Pese
a sobreendeudar sospechosamente a Quintana Roo durante los próximos 30 años, el
cozumeleño obtuvo la senaduría de su títere Roberto Borge, a quien, inclusive,
le arrebató la nominación del candidato priísta a la gubernatura del Estado con
Mauricio Góngora Escalante, pues para nadie era un secreto que el Jefe del
Ejecutivo apoyó abiertamente al derrotado diputado federal José Luis “Chanito”
Toledo Medina.
Sin
embargo, la “mano” de Félix González se observó abiertamente en todas las
nominaciones de Roberto Borge a lo largo de cinco años, en los que éste último
gobernó prácticamente “a distancia”, pues fueron más notorias sus ausencias que
sus actos públicos, éstos últimos encabezados invariablemente por su Secretario
de Gobierno, Gabriel Mendicuti Loría, a quien traicionó y orilló a renunciar
hace unas semanas.
Lo cierto es que la nominación de Mauricio
Góngora, pese a la creciente vergüenza de haber sido públicamente denunciado
como ex convicto -rescatado precisamente de la cárcel por Félix González- es
fruto del pago de una “factura” de éste último por su participación en el
manejo de la cuestionada deuda pública cuando fungió como Secretario de
Finanzas del hoy senador.
Curiosamente,
quien le relevó fue Freddy Marrufo, a quien premió Félix, primero con una
diputación local en la XIII Legislatura, de donde después “ordenó” a Roberto
Borge postularlo para la alcaldía de su natal Cozumel, aunque también instruyó
al mandatario sostener contra viento y marea en la “jugada” política a Sara
Latife Ruiz. Y ahora a la hermana de ésta, Gina Ruiz.
¿Alguna
otra explicación lógica, congruente?
Ahora
bien, nada de malo tendría la nominación de Gina Ruiz si fuera resultado de una
carrera y militancia priísta, y no por el simple hecho de ser cónyuge de quien
aspira a suceder, ya que obliga a pensar en que esta circunstancia le otorga
una posición privilegiada, inclusive para el manejo discrecional de recursos
desde una institución que prácticamente convirtió en dependencia, pese al
supuesto cargo “honorario”.
Pero
no, hasta antes de su “destape” nadie le conocía “lo política”, que nadie que
no se chupe el dedo atribuiría a una supuesta paridad de género, y mucho menos
a que no había otra mujer priísta con mayores méritos, capacidad y trayectoria
que ella.
Como
bien decía nuestra amiga Cecilia Lavalle, tal vez el caso más “sonado” de
favoritismo político conyugal estuvo a punto de fructificar con Martha Sahagún,
a quien impulsaba el entonces presidente panista, su esposo Vicente Fox, aunque
también hubo otro antecedente en México, en agosto del 2004, en Tlaxcala.
En ese entonces, el Tribunal Federal Electoral en el Estado sentenció que
la cónyuge del entonces mandatario perredista de esa entidad (Alfonso Sánchez
Anaya), la ex senadora plurinominal María del Carmen Ramírez García, tenía
derecho a ser candidata para suceder a aquél.
No obstante, el PRD, que
señalaba que sólo la abanderaría si su esposo renunciaba al cargo, dijo que el Acuerdo
del Instituto no lo obligaba necesariamente a apoyarla, y nombró un candidato
emergente, con lo que rompió un pacto con Alianza por la Democracia.
Días después, el Tribunal
aceptaría una inconformidad de la aspirante y acordó que el PRD estaba obligado
a aceptar la candidatura de Ramírez García, a quien registró el 15 de
septiembre y entregó su constancia al día siguiente. La tlaxcalteca fue apoyada
inicialmente por el PRD y Convergencia. Finalmente contendió y perdió.
Algo similar ocurrió precisamente en Quintana Roo en las
elecciones de ese año, cuando, ante las críticas de invalidez de su candidatura
a diputada como esposa del entonces gobernador Joaquín Hendricks Díaz, María Rubio
dijo congratularse con la sentencia de Tlaxcala, fue nominada por el PRI, pero
también resultó derrotada -entonces por el PRD- en el XI Distrito de Benito
Juárez.
¿El que obliga la historia está obligado a repetirla?
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco residente de Chetumal, Quintana Roo,
con más de 39 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y
jefe de redacción de diversos medios de información, ha sido Jefe de
Información de dos gobernadores y tres presidentes municipales, y publicado
tres libros.
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