Captura
de Borge, ¡regalo de onomástico!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
En lo que
pareciera ser un regalo de onomástico, justo a la medida del gobernador Carlos
Joaquín González, la Procuraduría General de la República detuvo en Panamá al
ex mandatario de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo, acusado, al menos por el
momento, de operar con recursos de procedencia ilícita, mejor conocido como
“lavado” de dinero.
De suyo
grave, el delito no permitirá al ex gobernador del PRI alcanzar su libertad
bajo fianza, aunque todo hace suponer que cuenta en su haber con otra serie de
carpetas de investigación abiertas que, en su momento, podrían significar
nuevas órdenes de aprehensión, por lo que, de hacerse bien las cosas, le harían
pasar alrededor de una veintena de años en la cárcel.
Independientemente
de reiterar fechas, cantidades e involucrados en el gran saqueo a Quintana Roo
que encabezó el político de origen cozumeleño, lo cierto es que por segunda
ocasión la figura del “lavado” de recursos vuelve a enlodar el nombre de la
entidad en el ámbito, no sólo nacional, sino también internacional.
En efecto,
hace cerca de 20 años, tres gubernaturas para ser más “exactos”, el también ex
mandatario Mario Villanueva Madrid, “casualmente” priísta también, fue detenido
por la PGR en Cancún, en una medida que para algunos sigue siendo venganza
política de su propio partido, pero que hasta hoy, pese a las alternancias en
la Presidencia de la República, le mantiene tras las rejas.
Pero además,
de no meter la cola el diablo, la acción de la “justicia” podría alcanzar a
otro ex gobernador priísta de Quintana Roo, el también cozumeleño Félix González,
a quien su ahijado Roberto Borge se encargó de procurarle impunidad en el
Senado de la República, y quien, pese a iniciar los maculados endeudamientos,
no le han tocado ni con el pétalo de una rosa.
Como era de
esperarse, tras la detención de Roberto Borge, quien se hospedaba en un hotel
de 30 mil pesos por noche en Panamá, para nadie es un secreto que su “padrino”
Félix González era realmente el poder tras el poder durante el quinquenio
borgista, la mano que mecía la cuna… hasta para la contratación de alguna
secretaria.
Puede Usted
jurar que el hombre pondrá las barbas a remojar tras esa decisión política de
Peña Nieto, en el sentido de detener a quien, para muchos, también habría “contribuido”
en su momento con una lluvia de millones de pesos para la campaña presidencial,
tal y como el ex mandatario jarocho Javier Duarte denunció, en su caso, tras
ser “capturado” en Guatemala, donde habló de cientos de millones.
Ahora bien,
al igual que en el caso de Duarte, quien permanece en ese país tras cerca de
dos meses a la espera de su supuesta extradición a México, la detención de
Roberto Borge puso de moda el término “sospechosismo”, ya que para todo mundo
resulta extraño que hubiera ocurrido precisamente un día antes de las
controvertidas elecciones del Estado de México.
Asimismo,
llama la atención que se hubiera dado a conocer al filo de la medianoche, se
cree que para levantar el menor “humo” posible entre la población, y más cuando
que los medios de información estarían más ocupados en la cobertura de las
elecciones, tras las cuales se dividirían para investigar y analizar el no
menos sospechoso “triunfo” del primo de Peña Nieto en Edomex.
Con menor
impacto tal vez en Quintana Roo, también resulta demasiado casual que la
aprehensión del ex gobernador se diera exactamente a un año de la victoria de
Carlos Joaquín por la gubernatura, cuando venció al priísta Mauricio Góngora
Escalante, otro de la veintena de involucrados en la desaseada administración
anterior.
Para algunos,
el obsequio del “onomástico”, cuyo festejo oficial omitió la transitoria
coalición PAN-PRD, en jaladas de chongo desde la repartición del “pastel” en el
gabinete joaquinista, tendría dedicatoria del titular de la Secretaría de
Energía, el ex gobernador Pedro Joaquín Coldwell, hermano del hoy feliz
mandatario quintanarroense.
Y no
precisamente feliz por haberse convertido en el octavo Jefe del Ejecutivo de
Quintana Roo, ya que, tras poco más de ocho meses en el poder, los problemas
internos, reclamos de “cambio” de la población, “resbalones” de colaboradores,
exigencia de justicia y manifiesta inseguridad en la Zona Norte -entre muchos
otros-, nadie quisiera más queso sino salir de la ratonera.
Ante este
panorama, el encarcelamiento del sucesor “incómodo” no deja de ser una verdadera
bocanada de oxígeno puro para su gobierno, donde desde hace muchos meses son
evidentes las “pataditas” bajo la mesa en busca de una codiciada candidatura
para las elecciones del próximo año, donde las más codiciadas son las de
senadores y diputados federales.
Así las cosas, creemos que el
“factor Borge” influirá de sobremanera en el ánimo del gobernador, aunque no
por ello podríamos considerar que haya pisado fondo hasta en tanto no consiga
meter en cintura a tantos “enamorados” de poder, ya que lo que seguramente
abundará en las próximas semanas será información que rebosará las redes
sociales… y solicitudes de Amparo por parte de probables involucrados.
Por otro lado, la pregunta obligada
es a quién colgarle la “medallita”. No lo sabemos, aunque sería injusto
desconocer la presión social y los esfuerzos del mandatario por obligar
prácticamente al gobierno de Peña Nieto a proceder contra otro correligionario,
pese a la presión política de grupos de poder de Félix González en el centro
del país.
Entre éstos tenemos que incluir
necesariamente al mismito Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, en
cuya búsqueda de la candidatura del PRI a la Presidencia de México le han
orillado a firmar “pactos” de apoyo con legisladores con alguna influencia en
Peña Nieto. No de balde hace unas semanas negó la existencia de alguna
investigación de la PGR contra Borge.
En el caso de Carlos Joaquín, por
lo menos se podía descartar prácticamente la existencia de alguna “negociación”
con su antecesor, lo que más adelante podríamos corroborar con las carpetas de
investigación a cargo de la Fiscalía General, que no debería olvidar la
existencia de plazos “fatales” y prescripciones por falta de promoción. No lo
creemos.
Sin embargo, las criticables
experiencias en el caso de la PGR obligan a pensar mal, y más en la integración
de los expedientes, donde las sospechosas y siempre misteriosas “lagunas”
podrían permitir alguna libertad negociada o el consabido “yo hago como que te
pego, y tú, como que te caes”.
No basta con haber detenido a Beto
Borge y hacer lo propio con sus ex colaboradores. Hay que recuperar propiedades
y miles de millones de pesos que siguen “bailando”.
PD: Ante la imposibilidad de hacerlo
personalmente, sirva la presente para enviar nuestras más sinceras felicitaciones
para todos los colegas periodistas y cientos de compañeros de redes sociales
-que para el gobierno no son periodistas-, con ocasión de celebrarse mañana el Día de
la Libertad de Expresión. ¡Enhorabuena a todos!
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es Licenciado en Derecho egresado de la Universidad
Autónoma de Yucatán, periodista residente en Chetumal, Quintana Roo, desde hace
30 años, con más de 40 como reportero, jefe de información, editor y jefe de
redacción de varios medios de información, así como Jefe de Información de dos
gobernadores y tres presidentes municipales. Ha publicado cuatro libros.
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