Elecciones
2018: ¡Apuesta a la corrupción!
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Pese a las “buenas intenciones” de
la autoridades, electorales sobre todo, México inició este año en un contexto
de auténtica crisis política, del descrédito de partidos e instituciones y con una
serie de deficientes controles para evitar contiendas inequitativas, tal y como
lo vivimos recientemente en junio último en el Estado de México.
Para desgracia de todos, estamos
inmersos en el proceso electoral más grande y costoso de la historia del país,
con más de 3 mil 416 cargos de elección popular en juego. La situación no es
problema de un partido, sino un asunto de Estado.
Nos enfrentamos a un difícil escenario,
ya que se renovará casi todo el mapa político del país. Tan sólo en Baja
California y Nayarit no habrá comicios electorales locales, a lo que se suma el
empleo de instituciones -como la Sedesol- para fines electorales, así como la
presión a los ciudadanos para la manipulación del voto.
La crisis y desconfianza son
evidentes. Nunca antes como hoy se había puesto en evidencia un número tan elevado
de ex gobernadores presos o en problemas con la justicia. Es indignante la
lista de ex mandatarios del PRI vinculados a procesos, algunos detenidos y
otros aún prófugos: Andrés Daniel Melo (Tabasco), Jesús Reyna García
(Michoacán), y los veracruzanos Flavino Ríos Alvarado y Javier Duarte de Ochoa.
También se incluyen en la lista
Rodrigo Medina de la Cruz (Nuevo León), los tamaulipecos Tomás Yarrington
Ruvalcaba y Eugenio Hernández Flores; el chihuahuense César Horacio Duarte
Jáquez, y los quintanarroenses Mario Villanueva Madrid y Roberto Borge Angulo,
aunque no pocos esperan completar la tercia con Félix González.
Por si fuera poco, el PAN tampoco
escapa de la magra relación, con el
sonorense Guillermo Padrés Elías y Luis Armando Reynoso Femat, de
Aguascalientes.
Así las cosas, existen otros
elementos objetivos que distorsionan y corrompen la finalidad de los comicios,
como la renovación de los Poderes Ejecutivo y Legislativo.
Por un lado, los altos niveles de
violencia que padecen algunas zonas complican desde ya la postulación de
candidatos y el reclutamiento de funcionarios de casilla, y por el otro, la
pobreza reproducirá, como siempre, el tradicional círculo
clientelismo-inequidad.
Desafortunadamente, el PRI y el PAN
le apuestan a llegar al 1 de julio sin que el Instituto Nacional Electoral ni el
Tribunal Electoral Federal hayan logrado detener el desvío de los recursos de
programas sociales y la compra y facción del voto.
Dígase a lo que se diga, nos
enfrentaremos a elecciones similares a las recientes del Estado de México y
Coahuila, donde no ganaron los mejores, sino los más tramposos o los que contaron
con más recursos, ya sea del partido del gobierno, a través de programas
sociales, o el que empleó fondos de dudosa procedencia.
Por un lado, es sabido que, en la
mayoría de los casos, se utilizan los programas sociales que operan por los
gobiernos estatales porque escapan a la fiscalización.
En pocas palabras, la política
estatal social es una gran “caja negra” de recursos para el comportamiento
tramposo de los políticos, y de ahí la exigencia ciudadana en el sentido de que
las autoridades competentes apliquen sanciones ejemplares, entre ellos el
retiro de candidaturas o del registro de partidos.
Los ciudadanos exigimos más a los
partidos, ya que siempre juegan a engañar a la autoridad. La gente debe aumentar
su nivel de exigencia ejerciendo presión hacia las autoridades y fuerzas
políticas, que acaban cínicamente imponiendo sus decisiones.
Uno de los mejores ejemplos es el
caso de Chihuahua, donde resulta injusto que la población sea víctima de un conflictos
de partidos, en este caso del PAN y el PRI que, en un “toma y daca”, buscan el
deslinde de culpas y de inconsistencias administrativas en el tema
presupuestal, aunque por encima del
beneficio de la población.
No obstante, en la propia versión
de la Secretaría de Hacienda estuvo la admisión de culpa, en el sentido de que habría
mentido al retenerle ilegal y arbitrariamente 700 millones de pesos a esa
entidad como represalia por la detención el 20 de diciembre de Alejandro
Gutiérrez Gutiérrez, exsecretario general adjunto del PRI, lo que demuestra su
inconsistencia de argumentos.
Lo cierto es que, con la mirada de
las fuerzas armadas como advertencia ante los probables reclamos e
inconformidad con los procesos y resultados de las próximas elecciones, todo
mundo teme que imponga su voluntad el “dueño de las canicas”, es decir, quien
ejerce el poder absoluto, lamentablemente, con sometimiento de los demás
Poderes.
Lamentablemente, todo mundo sabe
quién es su enemigo a vencer, y el papel de la población, como simples
ciudadanos, será derrotar y someter a esa corrupción con una histórica votación,
que no deje lugar a dudas en todo el país y el ámbito internacional.
¡Esa es la
convocatoria!
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es un periodista con más de 41 años de experiencia como
reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de varios medios de
comunicación, además de haber fungido como jefe de información de dos ex
gobernadores y tres presidentes municipales y publicar cuatro libros.
Titulado en la Universidad Autónoma
de Yucatán como Licenciado en Derecho, cuenta con cuatro Diplomados en Derechos
Humanos y Sistema Acusatorio; La Familia y los Derechos Humanos; Acceso a la
Justicia en Materia de Derechos Humanos, y en Juicio de Amparo, así como más de
15 Seminarios, Talleres y Cursos diversos.
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