¿Le habrá “caído el 20” a la gobernadora?
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Aunque sólo en
apariencia, pero apapachada durante el recién concluido sexenio de López
Obrador, todo hace suponer -al menos eso quisiéramos creer- que a la
gobernadora verde morenista de Quintana Roo, Mara Lezama, se le “acabó el
veinte”, como solemos decir cuando a alguien se le acaba la buena suerte, ya
que parece NO gozar del mismo afecto de la dirigencia nacional de su supuesto
partido.
No tuvimos el gusto ni la necesidad de atestiguar la última
asamblea de Morena en Cancún, encabezada, por cierto, por su nueva dirigente
nacional, Luisa María Alcalde Luján, y su secretario de organización, Andrés
Manuel López Beltrán -ya lo sabe Usted-, nada más ni nada menos que hijo del ex
presidente de la República.
El evento, imperdible para cualquier morenista local, sirvió
de marco para una serie de lecturas políticas, aunque la más importante para su
servidor -y para cualquiera que presuma conocer lo más “íntimo” de la política
local- es que tuvo como nota principal que notoria gran ausencia de la que, se
supone, es primera morenista del Estado, Mara Lezama.
Nada, ni sus luces ni aroma, aunque en su lugar acudió
-suponemos que en su representación- la Secretaria de Gobierno, su segunda de a
bordo, Cristina Torres, quien se presentó como su “enlace”. ¿De dónde habrán
sacado esa denominación? Sólo Dios y ellos saben.
Pero, vaya, como todo mundo se habrá dado cuenta, aunque a
cuatro eternos años de distancia, ya empiezan a “sonar” los nombres de los
disque probables sucesores de Mara Lezama -aunque sólo sean ambiciones-, y el
evento fue la mejor oportunidad para “muestrearse” ante la dirigencia nacional
Así, quien no desperdicia ninguna oportunidad para moverse
-y ésta no fue la excepción- es el recién desempacado Senador de la República, Eugenio
“Gino” Segura, quien viajó ex profeso desde la metrópoli para levantar la mano
y decir ¡quiero! Era de esperarse su presencia, pues no de balde lo ha hecho a
la capital chetumaleña para algún recorrido, en campaña muy anticipada, o bien
para inaugurar oficinas.
También ha buscado los reflectores con publicidad pagada en
redes sociales, lo que nos obliga a pensar que quizá sea el bendecido de Mara
Lezama, y no -Dios no lo quiera- la reelecta alcaldesa de Benito Juárez, Ana Patricia
Peralta, o la senadora “indígena” Anahí González ¡meeenos!
Ahora
bien, si de analizar mejor el triste “papel” de Mara Lezama se trata, vale la
pena remitirse a la imperdible columna Mesa Chica del periodista Hugo Martoccia
-nuestro reconocimiento-, quien, el 20 de octubre refirió, en frases y gestos,
que “con esos dos ítems se concentró toda la atención del morenismo” en la primera
visita al Estado de los nuevos integrantes del Comité Ejecutivo Nacional, y las
sensaciones, demasiado contradictorias.
Agrega,
por un lado, mensajes muy marcados en la tónica morenista y 4T, que gustaron, y
por el otro, una clara frialdad de Luisa María Alcalde y López Beltrán ante
casi todos los actores políticos locales, que se leyó como la necesidad de un “reinicio”
de la relación política entre la cúpula estatal y el partido guinda.
En
efecto, como dijimos al principio, “lejos quedaron aquellos gestos de amistad
entre Mario Delgado y Mara Lezama. La gobernadora supo construir allí una
relación óptima, que le permitió hacer y deshacer casi a su antojo en Quintana
Roo. El excesivo pragmatismo (y algunos intereses extra partidarios) del ex
dirigente de Morena, ayudaron a esa causa”.
Coincidimos
con él en que quizá por eso resonó tanto una frase de Andy López en la reunión
privada del CEN con el morenismo local. “No queremos que un sólo gobernante o
dirigente tome todas las decisiones del partido”, en lo que no pareció, sino
que fue una frase hecha para Quintana Roo o, al menos, “encaja perfectamente en
esta realidad”.
En
este sentido, Andy diría que en 2027 -o sea en las próximas elecciones- todas
las decisiones serían por asambleas y encuestas. “y no son palabras menores
cuando salen de quien todos consideran que es el verdadero conductor del
partido. Si es por decisión popular, así será”. Sería el único que generó
aplausos genuinos entre los morenistas, aunque “también generó otro par de
situaciones tensas con dos de los principales referentes maristas”.
Conforme
a la crónica del colega, en un momento dado el dirigente se habría molestado,
justamente, creemos, por una queja del nuevo diputado federal, el cuestionado
Humberto Aldana, quien se habría referido a errores en la formación política,
sobre lo que el pequeño López Obrador contrapunteó que “parecen una corriente
que los mandaron con consigna a decir esas cosas”, replicó con tono
firme.
Sobra
decir que se refería con toda claridad a que habría sido enviado por la
gobernadora, su verdadera jefa, a “aclarar” el desprecio de la mandataria hacia
los morenistas para preferir a funcionarios ligados al Verde “Ecologistas”,
según hemos señalado una y otra vez, aunque, de manera convenenciera, no ha
mostrado su afinidad, al menos no oficialmente.
Por
otro lado, por si fuera poco, el propio Andy dijo que se acabó el tiempo del
“dobleteo” o la multiplicidad de cargos en el partido y el gobierno, en abierta
referencia, en ese encuentro privado, al único que encajaba en esa descripción,
Jorge Sanén Cervantes, diputado, coordinador de la bancada de Morena,
presidente del Congreso del estado, y presidente del Consejo estatal de Morena,
aunque opera como dirigente de tiempo incompleto en el partido y la
multimillonaria nómina legislativa.
Quizá
por eso fue tan evidente el rostro tenso de Sanén durante el evento público en
la Región 227 de Cancún. Está acostumbrado al marismo, derivación muy pragmática
del morenismo, y a no tener que dar ninguna otra explicación que no sea la que
pide Mara Lezama, pues nunca construyó partido ni conoce los orígenes ni luchas
de Morena, y mucho menos entiende la mística del lopezobradorismo. Estaba
incómodo.
A
decir de Hugo Martoccia, si de frases se trataba, otra sorprendió que sobremanera
desde la misma llegada del CEN a Quintana Roo: “Esto no es 4T”, dirían una y
otra vez a colaboradores de Luisa María Alcalde, ni bien pisaron Cancún. Lo
dijeron tantas veces que nadie pudo hacerse al distraído. Fue toda una señal
del clima que se viviría en las horas siguientes.
Varios
que acudieron a ambos eventos, el público y el privado, dijeron que esa
sensación de lejanía y frialdad se mantuvo todo el día. No en los discursos ni
con la gente, sino con los referentes locales. Tanto Andy como Luisa María
mantuvieron clara distancia con quienes se acercaban apenas a regalarse una que
otra foto… de compromiso.
Con
todo, lo que llamó la atención a todos es que la dirigencia nacional no se
encontró en ningún momento con la gobernadora. Desde el entorno de Mara Lezama
dijeron que estaba “muy ocupada” con las lluvias, aunque, quienes la conocen, eso
jamás sería impedimento para mostrarse -o más bien “muestrearse”- aunque fuese en
privado, con los nuevos dirigentes.
Lo
único cierto es que pocos políticos tendrían una agenda tan elástica y frenética
como la de Mara para poder incluir un viaje relámpago entre Cancún y Chetumal,
si hubiese querido o se lo hubiesen solicitado o aceptado. Alguna de esas
opciones no sucedió. O quizá ninguna.
Se
sabe que las frases que no se pronunciaron también dicen mucho. Por ejemplo,
Luisa María Alcalde no nombró ni una vez a Mara Lezama en su largo discurso, ni
para saludar. La presidenta de Morena hace política prácticamente desde que
toma decisiones por sí misma, aunque, para alguien con ese colmillo político,
es difícil imaginar que su silencio fuese mero descuido.
Un
dato ulterior a la publicación de la columna de Hugo Martoccia es que “gente
cercana” a la mandataria aseguraría que funcionaria y dirigencia se habrían
visto y comido juntos ese día, aunque ¿a qué le apuesta Usted, nuestro mejor
juez?
El
caso es que cabrían dos incógnitas: ¿Se le acabó “el veinte” a Mara Lezama? o
le cayó el veinte. ¿Usted qué opina?
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es un periodista con más de 48 años de experiencia como
reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de varios medios de
comunicación, además de haber fungido como jefe de información de dos ex gobernadores
y tres ex presidentes municipales, y escribir cinco libros, uno de ellos pendiente
de publicar.
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