Regalo a Q. Roo, ¡polvorín en ciernes!
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Como último obsequio de López Obrador a
Quintana Roo haber liberado finalmente a Calizas Industriales del Carmen (Calica),
el caso, sin embargo, parece haberse enturbiado nuevamente, luego de que un juez federal admitió a
trámite un amparo contra
su creación como Área Natural
Protegida decretada por el ex presidente poco antes de concluir su
sexenio.
A
fines de septiembre, AMLO
decretó la creación del Área, ahora nombrada Felipe Carrillo Puerto, que abarca 53 mil 277 hectáreas de selva,
incluidos los terrenos donde la minera Calica, filial de la estadounidense Vulcan Materials, poseía terrenos donde extraía materiales pétreos y había generado devastación medioambiental.
No
obstante, el cuestionado juez Ciro Carrera
Santiago, titular del Juzgado Noveno de Distrito de Quintana Roo,
admitió el amparo a un particular, cuyo
nombre está oculto, contra la creación de esa zona de conservación ecológica, aunque, cabe aclarar, negó la suspensión provisional con el
argumento de que de conceder la medida cautelar de los actos reclamados,
“podría verse afectado el
bienestar del orden social, pues la sociedad está interesada en evitar que se altere el equilibrio
ecológico de esa localidad”.
Entre
los actos que se reclama se incluye la decisión “por el que se pretende
declarar área natural protegida
Felipe Carrillo Puerto con categoría de área de protección de flora y
fauna, 53 mil hectáreas, ubicadas en
los municipios de Solidaridad, Cozumel y Tulum”, acto que deriva del
procedimiento administrativo llamado “Área
de Protección de Flora y Fauna Felipe Carrillo Puerto”.
El
togado agendó la audiencia
incidental para el próximo día 26, cuando decidirá si otorga o no la suspensión definitiva contra el
decreto, en tanto pidió a las autoridades señaladas como responsables sus
respectivos informes previos en un
plazo de 48 horas, cuando se deberán concretar a expresar si son ciertos o no los actos
reclamados que atribuye la parte quejosa.
Sobre el particular, Alicia Bárcena Ibarra, titular de la Secretaría de Medio Ambiente
y Recursos Naturales, señaló que la minera estadounidense había destruido
tres cenotes en Quintana Roo, además de haber dado falsas
declaraciones sobre los supuestos permisos de extracción de roca caliza y sus
agregados pétreos, principalmente piedra triturada, arena y grava, pero originó
un desastre ecológico porque se extraía la roca para exportarla a
Estados Unidos, donde era usada para construir carreteras.
Y es que la explotación industrial de roca
caliza se realizaba inclusive por debajo del manto freático, en una zona
llena de cenotes, donde se habría ocasionado gran devastación
ambiental y graves desequilibrios ecológicos, además de que la empresa señaló
que en la zona había siete cenotes, pero en visita internacional sólo se
encontraron cuatro, por lo que lo menos tres habrían sido destrozaron.
Calica negó haber sobreexplotado la extracción
de piedra caliza, pero se había sobrepasado en esa extracción y en los
permisos que recibió en 1986, aunque en 2000 se le otorgó uno nuevo, ahora por
20 años, por lo que desde diciembre de ese año ya no contaba con autorización
para sus actividades.
Por
si fuera poco, existen evidencias de falsedades de Calica, entre ellos manifestar contar con todos los permisos, negar
sobreexplotar la extracción de piedra caliza, explotar 140 hectáreas de
extensión de con una profundidad de hasta 12 metros por debajo del manto
freático, declarar la existencia de 7 cenotes y encontrarse solo 4.
Asimismo, afirmó contar con todas las concesiones de
agua y rebasar los límites de la única concesión del líquido para explotar un
predio por debajo del manto freático, simuló ante un tribunal internacional
contar con autorizaciones del INAH en las zonas arqueológicas, así como reportar
a la autoridad financiera en Estados Unidos el doble de reservas de material
pétreo que declaró en México.
Además, con base en el Tratado de Libre Comercio de
América del Norte (TLCAN), Vulcan/Calica demandó a México por más de mil 500
millones de dólares por no permitirle, durante el gobierno de López Obrador,
continuar con la extracción de materiales pétreos en el subsuelo de Playa del
Carmen y Cozumel.
Con todo, Bárcena Ibarra refirió que no se estaba
expropiando Calica, ya que el terreno seguía siendo de ellos, aunque no pueden
extraer ni un gramo más de piedra caliza.
Ahora
bien, lo cierto es que Calica ha ocasionado una serie de impactos ambientales en
Quintana Roo, según confirmó la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente,
entre ellos un impacto en el sistema hidrológico subterráneo por la
construcción de estanques de agua superficiales en sus predios, ya que
disminuyen el nivel de agua subterránea al exponerla a procesos de evaporación
y pérdida.
Además,
hay deterioro en la calidad del agua atribuible directamente a la empresa, ya
que se detectaron valores altos por contaminación industrial, incluso valores
que rebasan la norma para descargas de aguas residuales, así como la destrucción
de los 3 cenotes al interior del predio y el sistema de
cavernas preexistente.
En
resumen, el juez Carrera Santiago admitió
el amparo de Calica contra el Área Natural Protegida, por lo que es de esperar
que los hambrientalistas de Quintana Roo estén ahí haciendo una cadena
humana para proteger la zona, pues el próximo día 26 se determinará si procede
la suspensión definitiva.
La
mala noticia es que podría esperarse que, antes de decir adiós, los cuestionados
miembros del Poder Judicial de la Federación podrían dar a los quintanarroenses
una sorpresiva, mala noticia que, esperamos no sea así, porque, billetes de por
medio, ha sido notoria su costumbre de cometer todo tipo de irregularidades,
delitos muchos de ellos contra México.
En
este sentido, son calificados de buitres carroñeros que no tienen llenadera, por
lo que habría que invocar al Poder Legislativo y reclamar para qué se le dio
mayoría calificada si no la puede utilizar en estos casos extremos, en los que
le están quitando el patrimonio a Quintana Roo. Esa gente se tiene que ir, pero
a la voz de ya.
Lo
único cierto es que, dígase lo que se diga ¡qué gran visión y remedio del entrañable
López Obrador por acabar con esa mafia judicial!
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
Titulado como Licenciado en Derecho en la
Universidad Autónoma de Yucatán, cuenta con siete Diplomados, tres de ellos en
materia de Juicio de Amparo (2017, 2019 y 2021), Derechos Humanos y Sistema
Acusatorio; La Familia y los Derechos Humanos; y Acceso a la Justicia en
Materia de Derechos Humanos, así como con más de 75 Seminarios, Talleres,
Cursos y Conferencias.
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