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¡Se adelanta “caballo negro”!


                                      Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
         Excluido por algunos medios informativos de la lista inicial de serios aspirantes a la candidatura del PRI a la gubernatura de Quintana Roo, y contra lo que se esperaba, el titular de la Secretaría de Gobierno, Gabriel Mendicuti Loría, se ha colocado a la cabeza de los potenciales ungidos para representar al tricolor en la lucha por la sucesión de Roberto Borge en junio próximo.
         En efecto, apenas hasta septiembre último, cuando los “chicharrones” que más tronaban eran los del alcalde de Solidaridad, Mauricio Góngora, y del Subsecretario de Turismo federal, Carlos Joaquín ,los otros aspirantes fuertes eran los homólogos de éste, Paul Carrillo y Eduardo Espinosa, respectivamente, así como José Luis Toledo Medina y Raymundo King.
         Ante la serie de circunstancias que paulatinamente se fueron dando, a tres meses de aquella, deshonesta publicidad, diríamos, y a unos días o quizá semanas de que la Convención Nacional del PRI sea marco para el “destape” oficial del ungido, Mendicuti Loría surge como el “ganón” entre las reyertas políticas en las que se han visto involucrados sus oponentes. 
         Líderes de opinión, como son los casos de los respetados columnistas Jorge Castro Noriega y Carlos Cantón Zetina, así lo han considerado en sus últimas colaboraciones, en las que han aportado datos “duros”, dignos de consideración para cualquiera con un gramo de cerebro, aunque también coordinó las campañas del gobernador y del ahora presidente Peña Nieto en Quintana Roo.  
         Y es que, al menos en forma más apegada al llamado del CEN del PRI y del propio Roberto Borge, el secretario de gobierno es prácticamente el único que se ha ceñido al pacto de caballeros que suscribieron los aspirantes priístas al gobierno de Quintana Roo, con lo que, al menos en teoría, se trataba de evitar “guerras sucias” y fracturas partidistas.
También al menos en teoría, los integrantes de la lista respetarían los “tiempos”, propiciarían la unidad y, al final de cuentas, acatarían la decisión final de su partido y se sumarán a la campaña de quien resultara designado “con absoluta disciplina partidista y lealtad institucional”, a decir de Mauricio Góngora, curiosamente uno de los más cuestionados.
En efecto, el munícipe, quien anunció que la decisión la tomaría única y exclusivamente el PRI, aunque dijo ser “normal” que conforme se acerque la definición haya “golpes bajos” y “fuego amigo”, afirmó que la decisión final se acataría “sin discusiones”.
Además de Quintana Roo, los otros ocho Estados donde gobierna el PRI y que también elegirán gobernador son Aguascalientes, Chihuahua, Zacatecas, Tlaxcala, Hidalgo, Tamaulipas, Durango y Veracruz, aunque también en Sinaloa, Puebla y Oaxaca, gobernadas por ex priístas postulados por otros partidos en coaliciones. Los procesos incluyen Baja California, pero sólo su Congreso y Ayuntamientos.
En el caso de nuestra entidad, como bien señala Carlos Cantón, Toledo Medina, quien exige a sus publirrelacionistas que siempre le añadan el apodo de “Chanito”, se golpetea con Mauricio Góngora “en una soterrada lucha que se intensifica, sobre todo en redes sociales, con lo que hicieron un mito la supuesta unidad priísta.
Ante ese enfrentamiento de quienes algunos califican como “delfines” de Roberto Borge, en efecto, el rumor insistente es que el tercero en discordia sería Mendicuti Loría, único que le disputaría la candidatura a Carlos Joaquín, tras que el 25 de noviembre el primero confirmara su participación en la contienda interna, que se dirimirá por Convención de Delegados, es decir, con un “candidato de unidad”.
Además, entre los 6  prospectos que “destapó” el gobernador en su momento, Mendicuti Loría es quizá el único que no ha incurrido en campañas anticipadas, por lo menos no abiertamente, aunque, eso sí, sin descuidar sus obligaciones como “segundo de a bordo” en el Gobierno del Estado.
Calificado por su servidor como el “caballo negro” del proceso, aunque él mismo insista en negarlo, el funcionario, como opina Castro Noriega, es considerado “apagafuegos” oficial de gobierno, con una magistral mano “derecha”, que lo mismo despeja carreteras bloqueadas, arregla conflictos sindicales, pone orden en asuntos municipales, calma ánimos y “aceleres” políticos; resuelve cuanto tema de seguridad le pongan en las manos y nunca le dice “no” a nada, por complicado que fuese.
Con discretos mensajes diarios en redes sociales, donde de lo que menos habla es de sus aspiraciones, Mendicuti Loría, montado en la cresta de la ola de la sucesión, ha sabido imponerse políticamente, con un largo y afilado colmillo, ya que “ha ejercido su autoridad como segundo del gabinete para convocar a la calma, respetar los tiempos y respetarse entre ellos, en los momentos en que los ánimos en el PRI, que avanza desatado al proceso electoral, han parecido desbordarse por la intensidad en las campañas”, dice Castro Noriega.
No se trata de aplicarle tantas virtudes a un hombre que con la simple fundación de una institución altruista como es “Kodomo”,  en apoyo de niños con problemas de autismo, demuestra una calidad humana ausente en sus contrincantes, que prefieren buscar el poder por el poder mismo, como son los casos de quienes explotan recursos públicos o familiares para su campaña, como Mauricio Góngora y Carlos Joaquín.
Respecto al primero, nadie creería que la cúpula priísta o el mismito presidente Peña Nieto se arriesgarían a nominar a quien, además de dilapidar dineros públicos y promoverse desde palacio municipal, carga, entre otros, con un pesado expediente penal por robo y fraude genérico, del que nunca quiso hacer referencia.
En torno a Carlos Joaquín, quien puede presumir de ser medio hermano del Secretario de Energía, el ex gobernador Pedro Joaquín Coldwell, salvo su mejor opinión, no creemos que Peña Nieto permita una eventual sucesión en la que venganzas y “cacerías de brujas” estarían a la orden del día en un Quintana Roo donde el PRI está más desacreditado que nunca.
Así las cosas, la otra carta fuerte sería Toledo Medina, ya que las demás pre-precandidaturas son meras vaciladas en los casos de Raymundo King y los alcaldes Espinosa Abuxapqui y Paul Carrillo, éstos últimos porque jamás pudieron demostrar tener los tamaños ni tan siquiera para resolver los principales problemas de sus respectivos municipios, y ya quieren resolver los de Quintana Roo ¡Qué ironía!
En el caso del dirigente priísta -que no líder, aclaramos-, para nadie es un secreto su ardid político mercantil, en el sentido de ofrecer mercancía barata a precio de oro para tener margen de maniobra y venderlo finalmente a mayor costo del que realmente vale. En castellano, pide la gubernatura para que le ofrezcan la presidencia municipal de OPB ¡Cuídense Pedro Flota y Luis Torres Llanes!
 En resumen, de no optar por el actual diputado federal, el PRI -llámese Peña Nieto- lo hará muy probablemente por el “Caballo negro”, que ha hecho muy bien en aclarar no ser “moneda de cambio”, con lo que descartó voces de que, al igual que Carlos Joaquín, estaría negociado la posibilidad de reelegirse como munícipe de Solidaridad, donde, asómbrese Usted, Mauricio Góngora exigiría -a cambio de declinar- ¡la presidencia para su esposa Cinthya Osorio!
Por su parte, Toledo Medina tendría en su contra la fuerte crítica que le acarrearía a la cúpula priísta optar por las cuestionadas “licencias” para abandonar la Cámara de Diputados en pos de una eventual campaña en la que, así como pintan las cosas, cabría la posibilidad de enfrentar nuevamente a Carlos Joaquín, ahora éste desde la oposición, presumiblemente el PRD, que ha condicionado su aceptación a que primero renuncie al PRI.
Esto nos obliga a recordar el caso de la otra media hermana del subsecretario de Turismo, es decir la “panista” Addy Joaquín Coldwell -nadie sabe qué hace por el blanquiazul-, en cuya venganza por no ser sucesora de Félix González -anteriormente la derrotó Joaquín Hendricks Díaz-, renunció al PRI (2005) y buscó infructuosamente la gubernatura con el PAN.
Vemos difícil que el PRI arriesgue sus cautivos votos a causa de Toledo Medina, quien recién desempacó maletas en el Congreso de la Unión, lo que sólo sería “justificable” de no existir otros aspirantes, sobre todo uno que, prácticamente en calidad de “vicegobernador”, conoce de primera mano la problemática de Quintana Roo, la ha enfrentado en los mejores términos y, sobre todo, no está peleado con nadie.
Desde luego que no somos dueños absolutos de la verdad, sino simples analistas que, de críticos a criticados, sabemos que las cosas se podrían dar exactamente contra nuestros puntos de vista, pero no por ello nos rasgaremos la vestiduras ni arrepentiremos de nuestro sentir, justo como creemos.
No olvidemos que la política es la ciencia de lo posible, no de lo deseable, aunque, mejor aún, según Federico Mayor Zaragoza, entonces director de la Unesco, el arte de hacer posible lo deseable.

(Permitida la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita del nombre de su autor)

*Luis Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco residente de Chetumal, Quintana Roo, con más de 38 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como Jefe de Información de dos gobernadores y tres presidentes municipales, y publicado tres libros.

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