¡Crimen internacional invade Q. Roo!
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Pese a declaraciones y
cifras “alegres” de la gobernadora Mara Lezama y colaboradores, desde hace más
de 5 años operan silenciosa e impunemente grandes grupos criminales
internacionales en el paradisiaco destino
turístico del Caribe quintanarroense, concretamente en la Zona Norte, donde solamente
se habría logrado desmantelar la mafia rumana en 2021.
De
esto último dimos cuenta el 25 de noviembre cuando, en la columna “Q. Roo, ¡una herencia criminal de Mara!”, nos
referimos al legado del ex gobernador
Carlos Joaquín a la mandataria verde-morenista desde el 25 de septiembre de
2022 y a la captura del supuesto empresario rumano Florián Tudor https://luisangelqroo.blogspot.com/2024/11/q.html
El
caso es que, como reseñaría el portal informativo Sin embargo, en Quintana Roo, para información del Fiscal chiapaneco
Racial Salazar, no sólo mafiosos de ese país se habrían enraizado en la
entidad, sino, para nuestra mala fortuna, también otros grupos criminales
internacionales, que también operan con absoluta impunidad.
Tal es el caso de la mafia israelí, con personajes
como Azulay Alán y Ben Sutchi, que fundaron la empresa Bucay Soluciones
Empresariales, con oficinas centrales en Ciudad de México y Oaxaca, y cuyo giro
ficticio era la distribución de materiales de papelería y servicios de asesoría
legal y administrativa.
Según investigaciones de inteligencia, principalmente
la DEA estadounidense, su faceta empresarial era solamente fachada de su
negocio principal: Lavado de dinero. La Fiscalía General de la República investigaba
a la empresa porque también se involucró en venta de drogas y armas e invertía
sus ganancias en varios giros mercantiles.
Sus nexos con cárteles y empresas mexicanas para
lavar dinero los detectó el gobierno federal desde hace 23 años. Tan sólo entre
2000 y 2010 se detectaron registros y operaciones entre israelíes y el cártel
de Los Beltrán Leyva, éste abastecido con armas de alto poder y blanqueaba
ganancias ilegales en bares, restaurantes e industria de la construcción, una
de las más socorridas por la mafia.
Los israelíes enfrentaron problemas en 2009. Tras
la muerte de Arturo Beltrán Leyva (a) “El Barbas”, dejaron de operar, pero en 2013
retomaron sus actividades y se conectaron con otros cárteles en tráfico de armas,
venta de “protección”, tráfico de mujeres de Europa (principalmente rusas),
fraude con tarjetas bancarias y tráfico de drogas.
Más allá de eso, de acuerdo con la Interpol, que seguía
los pasos de grupos criminales internacionales, la mafia rusa operaba en
América Latina a través de células, con “bajo perfil” para evitar la detección
de sus actividades ilícitas, particularmente en Cancún, Tijuana, Yucatán,
Tabasco, Tamaulipas y Ciudad de México.
Entre sus células detectadas, mencionaba a la
organización “Tambovskaya”, en tráfico de heroína y cocaína, con contactos en
África y Europa occidental, aunque también se dedican al robo de autos, que
trafican hacia África, con redes de operadores en otros delitos como secuestro,
pornografía infantil, trata de blancas y tráfico humano.
Otro grupo ruso, “Los Solntnezcaya”, según informes
de inteligencia, se encargaba de lavado de dinero desde centros turísticos, con
empresas en el Caribe. Ese grupo de dedica al tráfico de cocaína y armas y
explota la trata de personas.
Otros tres grupos criminales de ese país, según
informes policiacos, son “Los Mazukinskaya”, célula ligada a “Los
Izamalovskaia” y a “Los Podoskaya”, todos ellos con operaciones en Quintana Roo
y hasta Yucatán.
Según la Interpol, en apartados sobre organizaciones
trasnacionales que operan en México, algunos cárteles mexicanos están
estrechamente ligados a grupos mafiosos procedentes de China en venta de drogas
y blanqueo de activos.
Los grupos chinos son los que más territorio
dominan, según la DEA. En 2007, informó que tienen células en las principales
capitales del mundo -Nueva York y Los Ángeles, entre ellas-, manejan mucho
dinero en efectivo, con lo que pagan sus operaciones sin ser detectados.
Además, explica, estos grupos chinos juegan rol
clave en el blanqueo de dinero de los cárteles de droga mexicanos.
Agregan sobre su presencia en el Caribe mexicano de
grupos organizados procedentes de Venezuela, con células “muy versátiles que
operan con bajo perfil” en tráfico de drogas, lavado de dinero y trata de
personas.
Por otra parte, desde 2002 se detectó la presencia
de mafia coreana en México, que invierte en negocios disfrazados de karaokes en
las colonias Roma, Juárez y Cuauhtémoc de la capital del país.
Con todo, el crimen organizado de Rusia encontró un
paraíso de impunidad en el Caribe mexicano. Sus actividades ilícitas, según
informes oficiales, le dejarían ganancias por tres mil millones de dólares
anuales.
La mafia rusa opera en Cancún como organizaciones
del crimen organizado; sus miembros, asegura Interpol, lo hace desde suites de
lujo con vista al mar en la zona hotelera y la Riviera Maya, donde puede
planear tráfico de drogas, pero también de diamantes, armas, robo de vehículos
e importación de precursores químicos para enviar a España, Italia y Portugal a
través de puertos de Quintana Roo, Yucatán, Tabasco, Veracruz y Tamaulipas.
Según Interpol y la DEA, cinco organizaciones rusas
operaban en Quintana Roo, principalmente en Cancún. Como se dijo,
“Solstseuskaya”, que pertenece a la mafia ucraniana, en la que operan también
grupos de Chechenia, Georgia, Armenia, Lituania, Polonia, Croacia, Serbia,
Hungría, Rumania y Albani, identificados como “Tambosvkaya”, “Poldolskaya”,
“Mazukinnskaya” e “Izamailovskaya”.
Todos competían y explotaban rutas del narco, donde
operan varios cárteles de droga. De acuerdo con los informes, estas bandas se
establecieron en México y convirtieron a Cancún en su feudo tras la captura de
Osiel Cárdenas, entonces poderoso jefe del cártel del Golfo en 2003, en
Reynosa.
Los rusos buscaban un puente de tráfico de drogas,
comercio ilegal de armas, lavado de dinero y trata de blancas hacia Estados
Unidos. Uno de sus negocios más explotados es la prostitución local, secuestro
y usura, esto último a través de casas de empeño. El tráfico de personas es
otro de sus giros preferidos.
Sobre sus áreas de influencia, los datos son
sorprendentes: Su mafia se mueve desde Quintana Roo hasta Baja California, opera
principalmente en Tijuana, cuna del cártel del mismo nombre, aunque también en
la Ciudad de México.
Para ese efecto, utiliza un esquema sofisticado y
discreto: Carece de estructura vertical, pues no cuenta con un solo jefe, lo
que le permite conseguir precios módicos con los cárteles mexicanos. Son
discretos, pues operan desde suites o departamentos de lujo y suelen reunirse
en casas particulares de sus socios.
Tienen una muy buena organización, además de operar
de manera diversificada: Los albaneses, por ejemplo, manejan la prostitución
con mujeres de países sudamericanos, Albania y Europa del este. Sus ganancias son
para comprar armas.
En los ex países soviéticos, según estimaciones
internacionales, operarían unos 10 mil grupos criminales de la mafia rusa -su
presencia en México no es tan avasalladora- y la mayoría de sus integrantes fue
de la antigua KGB.
Todos estos grupos trabajan como los socios y
directivos de cualquier empresa legal, lo que complica la localización y
aprehensión de sus miembros. Son dados a formalizar alianzas con otros
consorcios legales, con lo que encubren sus verdaderas actividades: Tráfico de
estupefacientes, lavado de dinero y comercio de diamantes.
En Cozumel, por ejemplo -donde operan varias
joyerías-, está la empresa Diamon Part, que en 2001 fue implicada en un
escándalo de contrabando de diamantes y oro, asegurados por la entonces Policía
Federal Preventiva.
Ese entonces, fueron detenidas tres personas, una
mexicana, otra colombiana y una israelí: Esrad Fabio, Alexander Vargas y Aníbal
Rivero. La policía les decomisó dos maletas con nueve lotes de diamantes
africanos, mil 228 cadenas de oro, 503 brazaletes, 91 pulseras, mil 520
anillos, 156 aretes, 96 dijes y 5 mancuernas. Interrogados, dijeron pertenecer
a Diamon Part.
Según la Interpol, los cárteles mexicanos se han
aliado a estas trasnacionales y sobresalen los nexos con las mafias china y
rusa, que han convertido sus actividades en todo un emporio internacional con
protección oficial.
¿Les “sonará” todo esto a Mara Lezama o a su
inamovible Fiscal Raciel Salazar, al menos mientras esperan los efectos de la
reforma al Poder Judicial? Por lo pronto, sólo esperan que el incondicional
Congreso del Estado les conceda envidioso, seguramente innegable aumento
presupuestal.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es un periodista con más de 48 años de experiencia como
reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de varios medios de
comunicación, además de haber fungido como jefe de información de dos ex gobernadores
y tres ex presidentes municipales, y escribir cinco libros, uno de ellos
pendiente de publicar.
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