¿Intereses Fiscalía General-Cartel de Caborca?
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Tuvo
que ocurrir una múltiple desaparición de ocho nayaritas, el 3 de septiembre en
el hotel Luna Caribe de Chetumal, a manos de un grupo armado que operaría bajo
órdenes de Valerio Bustillos (a) “Monkey” o “El Cholín”, cuando, como se ha
vuelto cotidiano, nuevamente se volviera a hablar en esta capital sobre la
operación del Cartel de Caborca en la Zona Sur.
Casualmente
-porque ya nada tiene de raro- en redes sociales se preguntaban si se recordaba
el caso de Cipriano Torres López, de 50 años de edad, “levantado” por ese Cártel
y, ante la presión pública, la organización criminal entregó a 3 personas y un
rancho, cuando, supuestamente, era primera ocasión en que se mencionaría que el
Cártel SI existía en Chetumal.
Curiosamente,
ese “alguien” sería el entonces secretario de Seguridad Pública del Estado, el comandante
Rubén Oyarbide Pedrero, quien lo diría con mucho trabajo y esfuerzo, pero sería
el primero que, oficialmente, aceptó que el cártel levantó a ese empresario pesquero
y jamás se volvería escuchar sobre el Cártel.
Precisamente
hoy, ante la serie de “levantones” y ejecuciones en esta otrora tranquila capital,
reiteramos, del Estado más turístico del país y entra en acción la Fiscalía
General del Estado, pues resulta obligado preguntarse ¿qué estaría tramando su
titular, Raciel López Salazar? ¿qué película estaría armando con los que
parecen ser sus socios? Y ¿a quién le entregarán para dar carpetazo a los ocho
desparecidos de Nayarit?
Ahora
bien, como acertadamente se preguntan en redes sociales sobre el tema del hotel
chetumaleño, ¿quién es el verdadero dueño de Luna Caribe? Y se responde: “Don
Pedro”, como le llamarían en el bajo mundo del contrabando, durante muchos años
operando en esta capital sin que nadie lo tocara.
Y
abundan que “Don Pedro” hospedaba en su hotel a altos mandos de corporaciones,
que daban protección a ese coreano y que en ese inmueble sostuvieron varias
reuniones a las que asistía el narco José Gil Caro Quintero, así como diversas
autoridades de altos mandos de gobierno de Quintana Roo.
Aunque,
en realidad, el tema de los nayaritas y las declaraciones de Raciel López confunde
a más de uno, se dice que “Don Pedro” tenía varios años con esta fábrica de
cigarros clandestina, donde su fuerte era clonar la marca Marlboro para distribuir
en la Ciudad de México, donde se vendían millones de cajas bajo protección del Cártel.
En
ese sentido, éste utilizaba a “Don Pedro” para bajar químicos del continente
asiático para producir fentanilo y la metanfetamina para seguir produciendo cigarros,
aunque ahora se sabe que “Don Pedro” se encuentra fuera del país ante la complicidad
de las autoridades aduanales de México.
Lo
cierto es que ya hace casi un mes de la “misteriosa” desaparición de los ocho
nayaritas y el cruel asesinato de un padre y su menor hijo, sin que Raciel López
consiga -o quiera- detener a algún miembro del Cártel en Chetumal.
En
esta ciudad no se detiene a “tiradores” de droga ni se catea narco- tienditas,
como si no se vendiera narcóticos y el gobierno de la supuesta 4T quisiera
seguirla pasando como ciudad tranquila donde no ocurre nada y, efectivamente,
no pasa nada porque todo hace suponer que está coludido con este poderoso Cártel,
que sigue aterrorizando a la Zona Sur
Ahora bien, por si usted no recuerda el caso de Cipriano
Torres en 2023, tras tres días de su secuestro, el 19 de marzo por la madrugada
vecinos localizaron su cadáver y alertaron sobre un embolsado y arrojado en un
camino de terracería en la avenida Erick Paolo Martínez, de la colonia Payo
Obispo de esta ciudad.
El
cadáver, como los que hoy “aparecen”, presentaba huellas de tortura e impactos
de bala, aunque todos sabían que era el inocente propietario de un negocio de
artículos de pesca deportiva, donde se colgó un moño negro y sus familiares
acudieron infructuosamente a la gobernadora Verde, Mara Lezama, a pedir apoyo
para localizarlo, pues previamente habían recibido amenazas de extorsión para
pagar una fuerte suma de dinero por su liberación.
Aquel
19 de marzo, a las 14 horas, una cámara de videovigilancia captó cómo tres
hombres descendieron de un Volkswagen blanco para someter y golpear al
empresario, que estaba por ingresar a su casa y, pese a los forcejeos, lograron
subirlo a la unidad en menos de 40 segundos a la vista de varios testigos, que
se alejaron en bicicletas.
En
ese entonces, Rubén Oyarvide aseguraría que ya se tenían identificados los
rostros de los secuestradores y se esperaba capturarlos, pues familiares y
víctima ya había denunciado ante las autoridades que miembros del Cártel de
Caborca lo habían visitado en su negocio para extorsionarlo.
Marcelino
Torres era el tercer empresario secuestrado y asesinado en menos de dos
semanas, el primero José Rodrigo González Barba, quien se dedicaba a la
industria de software y desapareció del ejido Alfredo V. Bonfil, el 6 de marzo
y un día después apareció muerto en bolsa de plástico, junto con otras dos
personas.
Otro
hombre “aparecido”, también privado de su libertad, era Juan Manuel Villaseñor,
dedicado a la industria metálica, que desapareció el 6 de marzo, en el mismo
peligroso Alfredo V. Bonfil cuatro días después, en un camino de terracería de
la colonia Doctores. Estaba en estado de putrefacción.
Por
cierto, según la organización Alto al Secuestro, tan sólo en febrero de 2023,
116 personas fueron víctimas de secuestro, cifra que representaba un aumento de
45% respecto al mes anterior, mientras a mediados de 2022, Quintana Roo era la cuarta
entidad con mayor tasa de secuestros por cada 100 mil habitantes en lo que iba del
sexenio de López Obrador.
Sobre el “levantón” de Cipriano Torres, el portal de La
Jornada Maya publicaría que, ante su posible vínculo con el crimen, habían sido
detenidos Antonio N. y Ángel de Jesús N. quienes se trasladaban en el vehículo
que presuntamente habrían usado para privar de la libertad al empresario
náutico.
La
aprehensión ocurrió en la colonia Lagunitas cuando agentes de la SSP-Quintana
Roo observaron que un motociclista se emparejó a un Volkswagen tripulado por
dos hombres que entregaban bolsas de plástico transparente con hierba con características
de marihuana.
Al
inspeccionar, los policías olfatearon en el vehículo pintura fresca y presentaba
huellas de sangre en puerta y marco posterior derecho, por lo que lo
verificaron en Plataforma México y se percataron que contaba con una orden de
búsqueda, localización y presentación en una carpeta de investigación de la Fiscalía
General.
Los
detenidos quedaron a disposición de las autoridades para investigar, pues les decomisaron
10 bolsitas de plástico con droga conocida como crack y 20 más con marihuana.
Aunque
han transcurrido más de dos años, entonces a 48 horas que su esposo Cipriano Torres
fuera secuestrado, su esposa Eunice Huerta recurrió a Mara Lezama para que la fiscalía
general avanzara en “sus” investigaciones y poder encontrarlo con vida.
Acompañada
de su hija, esperó la llegada de la gobernadora a las puertas del Centro de Convenciones
de esta ciudad, donde la abordó para plantearle su preocupación y una solicitud
de apoyo para encontrar a su esposo, un chetumaleño con 20 años de actividad
comercial, que varias veces recibió amenazas de extorsión para pagar “derecho
de piso”, por lo que, después de un primer intento de secuestro, tuvieron que
salir del país por seguridad personal y de toda la familia.
Después
de platicar con la mandataria, ésta la puso al teléfono con el entonces
cuestionado Fiscal Oscar Montes de Oca Rosales -aunque no menos que Raciel
López- y posteriormente con la Secretaria de Gobierno, Cristina Torres Gómez,
para darle seguimiento. El resto de la historia ya la sabe Usted.
Irónicamente
-aunque Usted no lo crea- aún existen personas que aseguran en redes sociales
que el Cártel de Caborca no existe, aunque otros más acusan que ¡Caborca tiene
sus propias páginas de Facebook!
Del
final de la historia de los ocho nayaritas, del hotel Luna Caribe y de “Don Pedro”,
¡Sólo Dios, el fiscal general y la gobernadora saben qué será o qué pasará con
el Cártel!
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es un periodista con más de 48 años de experiencia como
reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de varios medios de
comunicación, además de haber fungido como jefe de información de dos ex gobernadores
y tres ex presidentes municipales, y escribir cinco libros, uno de ellos pendiente
de publicar.
Titulado como Licenciado en Derecho
en la Universidad Autónoma de Yucatán, cuenta con nueve Diplomados, cuatro de
ellos en materia de Juicio de Amparo (2017, 2019, 2021 y 2025) y cinco de Derechos
Humanos y Sistema Acusatorio; La Familia y los Derechos Humanos; y Acceso a la
Justicia en Materia de Derechos Humanos, así como con más de 75 Seminarios,
Talleres, Cursos y Conferencias.
Información completa sobre el currículum
vitae, en este link:
https://luisangelqroo.blogspot.com/2025/08/dividido-en-los-capitulos-de-formacion.html
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