¡Otra “papa caliente” para la gobernadora!
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
“Coincidente”
con las públicas declaraciones -no podía ser de otro modo- de una hasta hoy ignorada
denuncia por acoso sexual y despido injustificado de la psicóloga Tania Galera en el Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública de
Quintana Roo, nueva acusación anónima -no quedó de otra- pone de manifiesto
nuevo escándalo similar, ahora en del director del conocido como C5, César
Antonio Morales Hidalgo.
Irónicamente,
el Secretariado Ejecutivo es el encargado de coordinar y dar seguimiento a las
políticas de seguridad a nivel estatal, mientras que los C5 (Centros de
Comando, Control, Comunicación y Cómputo) son los centros operativos y
tecnológicos que ejecutan esas políticas a través de la videovigilancia y la
gestión de emergencias.
En
resumen, el Secretariado, que comanda Adrián Martínez Ortega, al que
denunció Tania Galera junto con el pervertido ex coordinador general, Ricardo
Marín, está más preocupado en hacer política en busca de una diputación local, pero
es el brazo administrativo y de coordinación que establece la estrategia, y el
C5, la herramienta tecnológica que implementa y supervisa las acciones de
seguridad en Quintana Roo.
Por
cierto, el titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Quintana Roo, que
opera el C5, es el Contralmirante Julio César Gómez Torres, de quien todo se
podría decir, menos cosas buenas.
La
nueva denuncia a la que nos referimos, inicialmente hecha pública infructuosamente
por el portal Cambio 22, comienza diciendo que a los quejosos les cuesta mucho
escribir esas líneas, no porque no tengan qué decir, sino porque lo que ocurre
en el C5 les duele, les cansa y los ha llevado al límite, ya que no se trata sólo
de malas decisiones administrativas o de jefes autoritarios, sino que viven un
abuso continuo, sistemático y normalizado que ha minado el ánimo, salud
emocional y dignidad de muchos de ellos.
Sin
embargo, acusan que desde que Morales Hidalgo fue asignado director del C5, el
ambiente se volvió irrespirable: Su forma de dirigir no tiene nada que ver con liderazgo
por ser prepotente, ofensivo, abusivo del cargo, llega a "laborar"
(cuando llega) en estado inconveniente, hostiga verbal y sexualmente a
compañeras y usa personal para resolver asuntos personales como si fueran sus
empleados particulares y, si se niegan, enfrentan represalias.
Agregan
que hombres y mujeres policías del C5, que están ahí todos los días, con cansados
turnos enteros, pero con vocación, ya no pueden más, pero habían callado por
miedo, respeto y esperanza de que algo cambiara, pero sólo quedó la necesidad
de hablar, aunque sea desde el anonimato, porque el silencio ya no es opción
cuando lo que está en juego es la dignidad.
Lo
dicen ser más indignante de Morales Hidalgo, no es sólo lo que hace, sino el
respaldo que presume, pues asegura estar protegido por el Capitán Marco Antonio
Zamora Cázeres encargado
de despacho de la Subsecretaría del C4 y C5 , al que llama su “bro”, y por
Gómez Torres, además asegurar que a él nadie puede tocarlo por pertenecer a la Marina.
Además,
en sus “visitas” al C5, Zamora Cázeres ha aceptado -a sugerencia del propio Morales
Hidalgo- que mujeres del C5-Chetumal sean asignadas para “acompañarlo” y
“relajarlo”, como si parte de sus funciones. ¿Qué tipo de institución es cuando
tolera esto? ¿Dónde queda el respeto por el uniforme, el servicio público y,
sobre todo, por las personas?
Entre
las represalias de Morales Hidalgo y allegados está el castigo de enviar al
personal a zonas rurales por negarse a obedecer órdenes injustas, incluso a
algunos que al principio fueron sus cómplices: Con la aprobación de Zamora, Morales
Hidalgo los envía a esas zonas como castigo, afectando su estabilidad familiar,
emocional y laboral.
A
ello se suma otra práctica injusta y discriminatoria: Morales Hidalgo envía
personal de Chetumal a otros centros de trabajo sin viáticos, por lo que tienen
que ver dónde vivir, en violación directa a sus derechos, lo que contrasta con
los beneficios a los que le hacen favores personales o de otra índole, todo con
el consentimiento y autorización de Zamora Cázeres, en una política de
privilegios y castigos selectivos que alimenta el clima de corrupción, abuso y
descomposición institucional.
Como
consecuencia, han afectado gravemente el desempeño general del C5, lo que dicen
los quejosos con profunda tristeza, pues el servicio se ha deteriorado, no
por culpa de operadores, monitoristas o despachadores, que siguen haciendo su
mayor esfuerzo pese a las condiciones adversas, sino por la ineptitud de su
supuesto “líder”. Su falta de dirección, respeto, empatía y profesionalismo han
generado desorganización, desmotivación y errores que afectan directamente a la
ciudadanía.
De
ahí, que hacen un llamado directo a la gobernadora Mara Lezama, pues dicen
estar convencidos de que ella no tiene conocimiento de lo que ocurre, porque
quienes están debajo han hecho lo posible por ocultarle la verdad, y no es la
primera vez que alzan su voz, pero ellos han pagado a los medios para callarlos
y evitar que los apoyen, pero los han mandado callar, pese a que ellos sí viven
los problemas y los sufren, por lo que decidieron alzar la voz, sin buscar
venganza, sólo justicia, pues quieren trabajar con dignidad, sin miedo y con el
orgullo de pertenecer a una institución limpia y profesional.
Entre
ellos, aseguran haber personal comprometido, capaz, con experiencia y verdadero
liderazgo, que se han ganado con esfuerzo el respeto de sus compañeros y que
merecen oportunidades de crecer y tomar el mando, pues es justo que el talento
y el compromiso local también tengan espacio para escalar.
En
este sentido, exigen una investigación seria y sin complicidades, que no ignore
ni maquille lo que está pasando. Piden que se les escuche, que se les respete y
se detenga esta cadena de abusos antes de que más gente salga lastimada con esa
herida abierta en el C5, pero también es su última esperanza para cambiar las
cosas.
Como
parte de los antecedentes de los funcionarios acusados y contexto en otras
administraciones, Cambio 22 indica que Morales Hidalgo es un capitán de corbeta
de la Marina y funge como coordinador del Servicio de Emergencias 911.
Su
arribo al C5 de Chetumal fue durante el gobierno de Mara Lezama, como parte de
una estrategia de militarización de mandos en seguridad, aunque, durante su
gestión, lejos de mejorar la disciplina y eficiencia, se han multiplicado las
quejas internas por trato despótico y decisiones cuestionables.
Los
denunciantes aseguran que en el C5 existe personal civil con experiencia y
liderazgo, desplazado injustamente, mientras que Morales Hidalgo -¡otro foráneo
y sin arraigo local!– impone un estilo autoritario, aunque la situación se
maneja con opacidad. El C5 operaba anteriormente como Centro C4 en administraciones
anteriores, aunque, eso sí, sin escándalos de esta magnitud.
Aunque
no hay peor ciego que el que no quiere ver, esta es ¡otra papa caliente en las
manos de Mara Lezama! ¿La querrá ver?
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es un periodista con más de 48 años de experiencia como
reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de varios medios de
comunicación, además de haber fungido como jefe de información de dos ex gobernadores
y tres ex presidentes municipales, y escribir cinco libros, uno de ellos
pendiente de publicar.
Titulado como Licenciado en Derecho
en la Universidad Autónoma de Yucatán, cuenta con nueve Diplomados, cuatro de
ellos en materia de Juicio de Amparo (2017, 2019, 2021 y 2025) y cinco de Derechos
Humanos y Sistema Acusatorio; La Familia y los Derechos Humanos; y Acceso a la
Justicia en Materia de Derechos Humanos, así como con más de 75 Seminarios,
Talleres, Cursos y Conferencias.
Información completa sobre el currículum
vitae, en este link:
https://luisangelqroo.blogspot.com/2025/08/dividido-en-los-capitulos-de-formacion.html
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