¡Estrepitosa caída de
Villa!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Tan sorpresiva como su permanencia al frente de la
Secretaría de Seguridad Pública de Quintana Roo, la “renuncia” del general
retirado Carlos BibianoVilla Castillo inundó este miércoles los
espacios de las redes sociales con los más variados comentarios, unánimemente
de beneplácito, ante la desaparición de este oscuro personaje norteño que,
surgido de la nada, tan sólo presumía la fama de supuesto familiar de Francisco
Villa.
Como
era de esperarse, la información, proveniente de la cuenta de Twitter del
gobernador Roberto Borge, despertó una serie de dudas entre los medios de
información, ya que el hombre se había involucrado en mil y un controversias,
para su mala fortuna, de ninguna de ellas bien librado, ya que siempre que
metía las manos en algo, hacía lo propio con la pata.
Así,
no fueron pocas las veces que el propio mandatario puso las manos al fuego por
él, y otras tantas salió mal librado, entre las más sonadas con ocasión de la
“renuncia” de la no menos controvertida asesora-periodista de la corporación, Isabel
Arvide Limón, quien, en venganza, puso de manifiesto decenas de irregularidades
en el manejo de las prisiones del Estado, sobre todo en materia de drogas.
Con
todo, la opinión pública podría haberle perdonado sus escándalos, torpezas,
aires de macho e “influyentismo”, de no ser por sus vergonzosos, pésimos
resultados en materia de seguridad, a grado tal que Quintana Roo se había
convertido en el nada honroso “líder” nacional de inseguridad que, aunado a la
nula labor de investigación de la Procuraduría General de Justicia, nos hacía ser
un Estado para llorar.
No
obstante, la gota que derramó el vaso fue la intervención del ahora ex
funcionario -Dios nos libre que lo nombren “asesor”- en el sonado caso de
Holbox, donde, enviado a preservar el orden y la seguridad de los isleños
durante una asamblea ejidal, la camioneta en la que se transportaba arremetió
contra un grupo de ejidatarios y atropelló a un sexagenario, al que envió al
hospital.
“Bombero” de lujo para la investigación y
análisis del problema de Holbox contra los invasores yucatecos que despojaron
con engaños a los ejidatarios de sus parcelas, en un caso que data más de seis
años, el secretario de Gobierno, Gabriel Mendicuti Loría, le reprochó al ex
militar su actitud tras observar los videos sobre lo ocurrido, mismos que han
dado la vuelta al país y caído en manos de la Presidencia de la República.
El
funcionario se había entrevistado en la víspera con los afectados en Playa del
Carmen y escuchado su inconformidad, pero, lejos de tratar de justificarse o
explicar los hechos, nos dicen que Villa Castillo se “indignó” y estalló en
cólera contra quien, al menos en el papel, se supone que es su jefe directo. El
caso llegó al gobernador y éste no dudó en despedirse de quien tantos dolores
de cabeza le había causado.
Enemigo
declarado del procurador de Justicia, Gaspar Armando García Torres, aunque
también de la mayor parte del gabinete, Villa Castillo llegó a la Secretaría,
considerada una de las más importantes y estratégicas, el 5 de abril de 2011, aunque
días ante fue duramente cuestionado en torno a una declaración suya en Torreón,
Coahuila, donde fue nefasto director municipal de Seguridad.
Según
recuerda Proceso, alardeó de que “cuando agarro a un ‘Zeta’ o ‘Chapo’ lo mato.
¿Para qué interrogarlo? Que le vaya a decir a San Pedro lo que hizo. El
Ejército tiene seguridad e inteligencia, no necesita información. El día que
ellos me agarren a mí no me van a agarrar a besos, ¿Verdad? Me van a hacer
pedazos. ¿Y qué? A eso estoy expuesto. El día que me toque, allí nos amarramos
y punto”.
Con
una cuestionada participación, entre otros, en su protección a votantes
acarreados de Yucatán, perseguir y detener a los opositores del PRI, el ex
funcionario deja como recuerdo aquella supuesta persecución de un
contrabandista en las cercanías de Belice, donde en 2011 sus escoltas Eduardo
Sánchez Hernández y Ulises Martínez Jiménez mataron a balazos al agente de la
Policía Estatal Preventiva, Jorge Amir Flota Matos.
Recordar
las “hazañas” del norteño, nos llevaría todo el día, aunque, por lo pronto, el
gobernador designó provisionalmente al chetumaleño Juan Pedro Mercader
Rodríguez como encargado de esas oficinas, en una responsabilidad que se antoja
difícil y seria, por lo que, aunque seguro no faltarán los que enamoren el
“hueso”, habría que buscar a quien reúna los requisitos necesarios para sacar
al buey de la barranca.
Por
otro lado, aunque a raíz de la reorganización económica se habló de la
posibilidad y necesidad de cambios, no pocos coinciden en que, a mitad de su
sexenio, es precisamente ahora que Roberto Borge comienza a dar pasos firmes en
la composición de su gabinete, donde mantiene a otros “colaboradores” que no sólo
NO coadyuvan con su línea de trabajo, sino que también contribuyen en malograr
su imagen.
¿Nombres?
Rangel Rosado, su “excelso” titular de la Unidad del Vocero que, en los
momentos más difíciles del gobierno, ha optado por no dar la cara por quien le
paga y dedicado a postear por Facebook, o bien a promocionar cafés o difundir
pensamientos poéticos. Hasta nos recuerda la apatía de los legisladores
federales y locales priístas cuando arrecian las críticas contra el mandatario.
Aunque
en menor grado, pero no menor importancia, otro que no sólo sobra sino que daña
la imagen del gobernador es el director general de Gobernación, el pirómano
Isaías Capeline Lizarraga, quien, inclusive, se ha encargado de incorporar en
su equipo a familiares de enemigos del propio gobernador ¡y hasta parece tener
patente de corso!
Al
deshacerse de Villa Castillo, el mandatario parece nuevamente romper el cordón
umbilical que le liga con su antecesor, el senador Félix González, quien le
recomendó a ese funcionario, que decía “saber” muchas cosas de Roberto Borge y
la esposa de éste, la presidenta del DIF-Estatal, Mariana Zorrilla de Borge.
¿Quiénes
serán los próximos en “caer”? Lo ignoramos, pero ¡a lo mejor ninguno más!
(Permitida la copia, publicación o reproducción total o parcial de
la columna con la cita del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco avecindado en Chetumal, Quintana
Roo, con más de 36 años de trayectoria como reportero, jefe de información,
editor y jefe de redacción de diversos medios de información, también ha
fungido como Jefe de Información de dos ex gobernadores y tres presidentes
municipales, y publicado tres libros.
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