En primera fila
“Fracking”, ¡a discusión!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Término en inglés prácticamente desconocido para la mayoría
de los mexicanos, “fracking” significa fracturación,
fractura o estimulación hidráulica, un sistema de trabajo que, a raíz de la
privatización petrolera, que el gobierno federal insiste en seguirle llamando
“modernización”, se ha puesto de moda entre la comunidad legislativa que
discute las leyes primarias sobre la controvertida reforma energética.
Uno de los dos partidos que se oponen a esa imposición
oficial apoyada por el PAN, el PRD refiere que es loable la preocupación del
Legislativo en reformar la Ley General de Protección Civil para atender
situaciones provocadas por fenómenos astronómicos a través de la creación y
promoción de políticas públicas para prevenir o atender desastres provocados
por objetos del espacio exterior.
No obstante, quien conoce la película de ciencia ficción
Armagedón, en la que participa Bruce Willis, no negará la visión del diputado
federal petista Rafael Huerta Ladrón de Guevara, en el sentido de que trae
imágenes de la esa cinta catastrófica, aunque ojalá esa sensibilidad por la eventual
afectación se reflejara mínimamente en problemas más inmediatos al compromiso
del Legislativo con la población.
Es inevitable vincular también la propuesta con otra
película sobre el espacio exterior, “Gravity”, cuyo director, Alfonso Cuarón,
manifestó su preocupación por la afectación al medio ambiente con prácticas de
explotación masiva del petróleo y sus riesgos al medio ambiente y la población
ante la desinformación de políticas económicas que las depredan.
Nos referimos a la extracción del gas Shell a través del “fracking”,
basado en la perforación de un pozo vertical que, una vez alcanzada la
profundidad deseada, implica una perforación horizontal de entre uno y 1.5
kilómetros, operación que se repite en diferentes direcciones, partiendo del pozo
de perforación vertical, fracturando roca con la inyección de una mezcla de
agua, arena y sustancias químicas que elevan la presión para permitir el flujo
y salida del gas.
Para este efecto es necesario repetir continuamente el
proceso en un mismo pozo para mantener la producción, es decir utilizar grandes
volúmenes de agua que, una vez contaminadas fuertemente se vuelven inutilizables,
técnica de la que se quejó Cuarón en su carta de 10 preguntas al presidente
Peña Nieto
Tal y como plantea el otro partido opositor, Movimiento
Ciudadano, resulta increíble cómo nos acabamos el planeta, sin consciencia, ya
que México es uno de los cinco países con mayores riesgos de secuelas por la
explotación de Shell a través del “fracking”, toda vez que es el cuarto con el
mayor número de reservas en este energético.
En nuestro país contamos con 681 reservas de ese gas en
Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Jalisco, Sinaloa, Durango,
Guerrero, Michoacán, San Luis Potosí y Veracruz, una vez iniciada su explotación
en serie, las vuelve susceptibles a desastres ecológicos con los que se asocia
esa práctica que, oficialmente, las “pintan” sólo como desastres naturales, sin
considerar las afectaciones que provocan los humanos.
Ante los riesgos de esta práctica, las políticas
oficiales se quedan cortas. Existen importantes desafíos a los que no se puede enfrentar,
por ejemplo la presión que pueden ejercer las grandes empresas para conseguir
contratos y los grupos hostiles de presión que pueden ejercer una influencia
desproporcionada sobre el gobierno y la política.
Tal como se vio en la Ley Secundaria de
Telecomunicaciones, el Gobierno Federal está sujeto a los intereses de Televisa
y espera que la sociedad, sobre todo los jóvenes, estén inmersos en el Mundial
de Fútbol para aprobar este gran negocio entre Peña Nieto y Azcárraga.
La extracción del gas Shell atrapado en los sedimentos se
realiza a través de la cuestionable técnica que muchos gobernadores impulsan
para quedar bien con Peña Nieto, aunque lo inició Estados Unidos en la década
pasada y años después ocasionó que miles de familias estén atrapadas en medio
de agua potable y aire contaminados.
Una vez hechas las perforaciones a través de esa técnica
y ante la baja permeabilidad de la roca de esquisto, es necesario fracturar con
la mezcla de agua, arena y sustancias químicas a elevada presión que liberan el
gas, pero pronto disminuye el flujo y para mantener la producción, es necesario
repetir continuamente el procedimiento en un mismo pozo.
Para enfrentar el método se creó la Alianza Mexicana
contra el Fracking, integrada por distintas organizaciones civiles, ya que se
requieren de 9 a 29 millones de litros de agua para fracturar un sólo pozo, y
de ahí que en Estados como Chihuahua, donde el gobierno practicará el
fracking, ¿de dónde saldrá tanta agua si
se ubica en una zona árida y desértica?
Por si fuera poco -tal y como detallaremos en otra
oportunidad-, una juez de Texas recién determinó que a una familia afectada por
este famoso fracking, se le indemnice con 3 millones de dólares por haber
sufrido afectaciones en su salud, problemas de cáncer y otros dolores.
¿Qué hacen nuestros demás legisladores para proteger el
medio ambiente, sobre todo el Partido Verde, más priísta que los propios
priístas? ¿Qué hacen los políticos ante los desastres llamados naturales que pretenden
endilgarle a la naturaleza? Debemos tomar conciencia de lo que nosotros hacemos
en nuestro y por nuestro planeta.
PD: Aunque hasta hoy desconocemos honestamente el alcance de
sus atribuciones, el cargo federal que finalmente recayó en el chetumaleño Juan
Ignacio Hernández Mora es el de Comisionado del Órgano desconcentrado del
Sistema Penitenciario
(Permitida la copia, publicación o reproducción total o
parcial de la columna con la cita del nombre de su autor)
*Luis Angel
Cabañas Basulto, periodista yucateco avecindado en Chetumal, Quintana Roo, con
más de 36 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y
jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como
Jefe de Información de dos ex gobernadores y tres presidentes municipales, y
publicado tres libros.
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