¡Secuestro y “guaruras” de Chetumal!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Disímiles por
naturaleza propia, dos hechos acaparan la atención de los quintanarroenses
desde ayer, particularmente en el caso de los chetumaleños, donde, de manera
sorpresiva, una maestra jubilaba chetumaleña, esposa de un ex funcionario
local, fue sorpresivamente secuestrada por dos enmascarados cuando realizaba
sus acostumbradas actividades deportivas en el Boulevard Bahía.
Claro que
prácticamente todos los secuestros son de suyo sorpresivos, no en el caso de la
capital del Estado más turístico del país, ya que, nos habremos tenido que acostumbrar
a los robos con un jefe policiaco que, al igual que Eduardo Ortiz Jasso, fue
nombrado contra viento y marea, pero NO a este tipo de actividades delictivas,
más frecuentes en otras entidades más conflictivas.
Este primer
caso, que mantiene indignada a la sociedad chetumaleña, no ocurrió precisamente
hoy, como tampoco el segundo: Un escándalo que habría protagonizado el viernes
último por la noche el joven Carlos Joaquín Rejón “en una zona de antros” del balneario de Chicxulub, Yucatán, a unos minutos de la Blanca Mérida.
El
“incidente”, como algunos le han dado por calificar, hubiera sido menos si se
tratase de cualquier Carlos, pero lo cierto es que se trata nada más ni nada
menos que del hijo del gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González,
quien, con tanto ajetreo en la preparación de su primer informe de gobierno y
la batalla diaria por ver con cuántos asesinatos amanecerá Cancún, ahora tiene
que lidiar con los problemas de su vástago.
Conforme a “versiones
bien informadas”, que circulan profusamente por las redes sociales -con razón
los funcionarios están contra ellas-, pero que, desde luego, nadie se ocupará de
confirmar”, Carlitos Joaquín Jr. intentó subir por la fuerza a su camioneta a
una joven que le acompañaba en conocido “antro” de Yucatán llamado “Classico”, suponemos
que una discoteca.
El “disturbio”, aparentemente, se habría
generado cuando aquélla se negó a subir al vehículo, y la defendió David Mena, uno
de sus amigos, por lo que intervinieron violentamente los guardaespaldas del
hijo del gobernador, “guaruras”, le llama la mayoría; ayudantes pagados con el erario público,
oficialmente.
La información, de la página
“Boletín México”, no señala si la mujer terminó por subirse a la camioneta
-¿Usted qué cree?-, aunque sí que, a petición de los “guardaespaldas”. David
Mena fue detenido, suponemos que por los “vigilantes” del antro, y sólo consiguió
salir hasta que “Carlitos” pudo irse.
La joven, cuyo nombre se omite, es
hija de empresario yucateco que ha tenido problemas con la familia de Carlos
Joaquín Jr., mientras que su joven defensor lo es de un empresario oriundo de
Querétaro, que se desempeña como concesionario de plantas recicladoras de
basura de Quintana Roo y Yucatán.
Como era de
esperarse, defensores a ultranza del principal protagonista de los hechos,
aseguran que éste no es afecto a las bebidas alcohólicas, sino ejemplar
deportista, aunque, claro, también ignoran si ésta habría sido la excepción o
si su problema es la prepotencia.
Ahora bien,
para nadie es un secreto que el poder es parecido a un arma en manos inexpertas
y que el humo del “incienso” marea a cualquiera, no sólo a quienes realmente
detentan el poder, sino también a quienes creen disfrutar de éste por servir a
quienes SÍ lo tienen. Nos referimos a los guardaespaldas, “guaruras”, ayudantes
o como Usted quiera llamarles.
Desde luego
que no “se tiene la culpa el indio…”, pero quienes resultan “paganos”, en uno u
otro caso, son los ciudadanos cuya único pecado es ser simples mortales que
tratan de salvaguardar sus derechos, a veces a costa de su trabajo, físico o su
propia vida.
No pocos
hemos sido testigos del ejercicio de esta práctica del poder, particularmente
del ex gobernador Roberto Borge, por ejemplo, recordamos, cuando al inicio de
su gobierno, el 17 de junio de 2011, según fotos, testimonios y docenas de
notas, apareció alcoholizado en el restaurante “Barra Bar” de la zona hotelera
de Puerto Vallarta, Jalisco, le negaban el ingreso por estar armados sus
“guaruras”, pero finalmente logró entrar.
Lo cierto es
que demasiado ocupado ha de estar el gobernador Carlos Joaquín, pero, de ser
verdad lo ocurrido en Chicxulub, el gobernador Carlos Joaquín deberá tomar
cartas y no minimizar el caso, ya que con toda seguridad le afectara en lo
personal más pronto que tarde.
Ya
lo decía el politólogo Jesús Reyes Heroles: “No olvidemos que nunca hay
ausencia de poder. El poder que pierde el Estado, un partido, una clase o un
grupo, lo obtienen casi automáticamente otros grupos, partidos o clases”.
Casualmente,
ese poder se pierde en cuestiones tan “banales” como éstas,
Ahora
bien, en el tema del secuestro que hablábamos al principio, ocurrió ayer lunes
alrededor de las 18:30 horas, a la altura del restaurante “Cocktail” del
Boulevard Bahía, en la calle Vicente Guerrero de Chetumal, cuando dos
desconocidos encapuchados subieron por la fuerza a una camioneta Toyota color “azul rey” a la profesora jubilada
Magaly Antonia Alpuche Solís, quien, al igual que numerosos deportistas,
realizaba sus acostumbrados ejercicios
Los
delincuentes enfilaron su vehículo por la colonia Barrio Bravo, rumbo a la
Calzada Veracruz, sin que hasta el momento se conozca su paradero o el del
vehículo,
al parecer placas SZ-0790 de Quintana Roo.
La
Profra. Magaly Alpuche, tronco de distinguida familia chetumaleña, es esposa
del QFB Juan Carlos Azueta Cárdenas, quien fuera titular de la Secretaría
Estatal de Salud durante el gobierno de Félix González, y director del Colegio
de Bachilleres del Estado, con el de Roberto Borge. Al momento del secuestro,
también realizaba ejercicio en el Boulevard
En
una muestra de su indignación por lo ocurrido, conocido empresario chetumaleño
convocó a una marcha del domicilio del Museo de la Cultura maya al domicilio de
la afectada, así como una misa nocturna en la iglesia del Sagrado Corazón de
Jesús.
Si bien el
secuestro no es un delito frecuente en esta capital, lo cierto es que tampoco
se trata de un hecho aislado, ya que mañana el pasado día 8 desapareció la
empresaria Itzel Nahaibi Hoil, de 30 años de edad, secuestrada de su minisúper
de la calle Francisco I. Madero entre Pípila y Venustiano Carranza, en la comunidad
de Nicolás Bravo, municipio de Othón P. Blanco.
El secuestro es un delito que iba a
la baja en el sur de Quintana Roo y estos dos casos, podrían ser los primeros
de este año, ya que el último –sin aclarar, para variar-, fue el de un joven
estudiante, ocurrido en noviembre último.
¿Y el titular de la Secretaría de
Seguridad Pública, Rodolfo del Ángel Campos? ¡Bien, gracias! Por ahí
“capacitando” policías para defender a hijos de funcionarios…como el del
gobernador.
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es Licenciado en Derecho egresado de la Universidad
Autónoma de Yucatán, periodista residente en Chetumal, Quintana Roo, desde hace
30 años, con más de 40 como reportero, jefe de información, editor y jefe de
redacción de varios medios de información, así como Jefe de Información de dos
gobernadores y tres presidentes municipales. Ha publicado cuatro libros.
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