EE.UU. y OEA, ¡contra Venezuela!
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Una
“papa caliente”: Venezuela tiene las mayores reservas de petróleo de todo el
mundo, así como las mayores de oro y de gas del continente ¿Ahora se entiende
por qué Estados Unidos, por medio de la CIA, está tratando de dar un golpe de
estado al oficialmente reelecto presidente, Nicolás Maduro?
Y
conste que decimos oficial porque la oficina electoral independiente del Consejo
Nacional Electoral confirmó su victoria en un segundo boletín de resultados,
con un total de 6 millones 408 mil 834 votos (51.95%), contra 5 millones 326
mil 104 votos (43.18%) de su rival Edmundo González Urrutia.
Pero
es otro tema. El verdadero es 303.8
billones de barriles de petróleo de reservas, eso es lo que interesa de
sobremanera a EE.UU.-como con el litio de Bolivia-, incondicional protector del
derechista Edmundo González, y la mejor prueba es ¿cuándo ha importado a la
oposición farsante o a ese gobierno la democracia en Arabia Saudita? Jamás.
Ahora
bien, ¿Por qué Elon Musk, uno de los multimillonarios del planeta ataca a
Maduro? Porque María Corina Machado, líder del movimiento político “Vente
Venezuela”, le ofreció yacimientos minerales, así como la estación terrena de
control satelital de Guárico, Venezuela”, según confirmó Diosdado Cabello, diputado
a la Asamblea Nacional de Venezuela, donde es vicepresidente del Partido
Socialista Unido y capitán activo del ejército.
Sobre
la supuesta agresión a inconformes contra Maduro, también se acabó el “circo”
de María Corina, tal y como declaró uno de los propios, supuestamente muerto: “Simulamos
que organismos de seguridad me habían asesinado, todo es falso porque me
encuentro buen estado de salud”, confesó Albert Salazar, opositor utilizado
como carne de cañón, hoy detenido.
Con
todo, Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos
(ONU), sin pruebas, solicitó a la Corte Penal Internacional una orden de arresto
contra Maduro. No cabe duda: La derecha nuevamente se quiere hacer de los
recursos naturales de ese país.
Ahora
resulta que a Almagro le importa la justicia y por ello pide a la Corte el arresto
por un supuesto “baño de sangre” en Venezuela. La pregunta obligada es ¿por qué
no pide orden de arresto contra Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, que
diariamente baña de sangre a Palestina, de niños principalmente?
De
ahí que el presidente López Obrador tache de imprudente al secretario de Estado
de EE.UU., Antony John Blinken, por calificar de antemano -sin conocer los
resultados electorales en Venezuela- pues “ningún gobierno está autorizado” a
emitir un fallo “dando por perdedor o ganador al candidato de otro país”.
Blinken
dice tener “pruebas abrumadoras” de que González ganó las elecciones, seguro
que como Colin Powell tenía sobre supuestas armas de destrucción masivas de
Irak. Ah, pero sin la más mínima prueba de que Israel está cometiendo genocidio
diario en Gaza con armas de EE.UU.
Ahora
bien, el derechista González no presentó las actas de votación que ofreció como
pruebas de su supuesto triunfo ni se presentó a la Sala Electoral del Tribunal
Supremo de Justicia, órgano rector del poder judicial de Venezuela, encargado por
la Constitución de impartir justicia.
Por
si fuera poco, un video difundido en twitter por el sacerdote católico Ramiro
Arango Escobar revela que González, reconocido por Blinken como presidente sin
ninguna prueba, se alineó a intereses de EE.UU. desde la década de 1980 y apoyó
en el asesinato de luchadores sociales y 6 sacerdotes jesuitas.
Llamado
“El Matacuras”, González se
alineó desde ese entonces con los intereses estadounidenses en El Salvador en 1980,
cuando apoyó a los “Escuadrones de la Muerte”, responsables de asesinar a los luchadores
y sacerdotes jesuitas, incluido Monseñor Romero.
La
implicación del supuesto agente de inteligencia gringa en crímenes tan atroces,
no sólo socava la confianza en las instituciones de ese país, sino también
revela la complejidad y corrupción en los niveles más altos de poder durante
ese periodo.
Ahora
se sabe también que el candidato opositor venezolano sionista de Elon Musk le escribió
una carta a Netanyahu en 2018, en la que rogaba a Israel invadir Venezuela y
golpear ilegalmente a Maduro. Nada de extraño.
De
ahí que sea fundamental investigaciones exhaustivas e imparciales para
esclarecer la verdad y asegurar justicia a víctimas y familias. En última
instancia, este caso subraya la importancia de la transparencia y la rendición
de cuentas en todos los niveles de gobierno y seguridad.
Por otro lado, además del interés de Estados Unidos y
la oposición de la derecha por los 303.8 billones de
barriles de petróleo de reservas de Venezuela, ¿cuándo les ha importado la
igualdad de derechos de las mujeres en Arabia Saudita o los derechos humanos en
ese país?
Claro
que no le importa a la derecha porque les llega el petróleo a sus patrones, el
gobierno de Estados Unidos, una pandilla de vendepatrias es lo que es, una
auténtica pandilla de lacayos que está validando la intervención imperialista
en Venezuela.
Por
el lado de la OEA, también se ignoraba que fungiera como órgano electoral, pero
ahora resulta que es quien dice quién gana en un país ¿a cuenta de qué?, nos
preguntamos.
¿Con
qué datos los diputados farsantes venezolanos que estuvieron con la oposición
queriendo tomarle el pelo al pueblo de México trajeron las actas del 81% de
resultados para demostrar supuesta distorsión, supuesto fraude y supuestamente
demostrar que no se respetó la voluntad popular?
No,
no trajeron nada. Lo único que tienen es violencia, fascismo y la desvergüenza
de permitir un bloqueo económico a países y pueblos que han determinado decidir
su propio camino, como es el caso de Cuba y Venezuela. Inclusive, sólo
asistieron menos de 5 mil personas a su “megamarcha” de protesta contra los
resultados reales.
Lo único cierto es que la oposición
es hipócrita por naturaleza, y de ahí que la derecha mundial esté muy
preocupada por el avance del progresismo en diferentes países, específicamente
en nuestra América.
Así,
siempre le va a llamar dictadura a todo régimen que privilegie los derechos del
pueblo, esas van a ser dictaduras siempre, según la oposición mexicana y la
derecha del mundo, y van a llamar democracia a todo gobierno que privilegie las
oligarquías, los intereses en los oscurito, a las fortunas hechas al amparo del
poder público. Eso se llama democracia para la derecha, según ha demostrado.
Cuando
los mexicanos votamos para democratizar al país, por ejemplo, con la consulta
popular o la revocación de mandato, la derecha, entonces apoyada por el PRD, decía
que era un atentado contra la democracia. En toda tribuna se ha parado a decir
que es un atentado contra la democracia, y hoy resulta que quiere intervenir en
cada paso.
Venezuela,
se sabe, invitó a observadores internacionales para monitoreo -más de 900, de
110 países- y no hubo quejas, y es importante que México sepa que tiene voto
electrónico, con una urna donde la gente vota directamente y se puede
contabilizar al cierre del proceso, cuando emite un acta el equipo y la firman
los representantes de los partidos. La oposición las firmó sin ningún
inconveniente en Venezuela.
Para
los que lo ignoraban, hay un sistema de auditoría ciudadana en una urna que,
además, traslada a otra que opera en el 51% de las casillas, y ratifica que así
ocurrieron las cosas.
Entonces,
no había terminado el proceso electoral de Venezuela, pero ¿por qué tendría que
intervenir un país, en este caso Estados Unidos, a decir cosas a favor o contra
un proceso que no había concluido?
Como
mexicanos, no admitimos que, antes de terminar cualquier proceso electoral, países
extranjeros opinen si hubo fraude o no, pero la derecha siempre quiere
intervenir porque el intervencionismo es lo suyo, tal y como ocurrió cuando fue
a acusar a nuestro gobierno con la corona española, a con OEA y a Estados
Unidos, a acusarnos con sus congresistas.
Lo
que busca con esas actitudes es que López Obrador y la electa Claudia Sheinbaum
hagan lo mismo, como si fueran de la derecha. Pero eso no pasará, pues uno y
otro se han manifestado, pero contra la violencia. Por cierto, la violencia en
Venezuela, como en casi todos lados, es porque siempre ha sembrado toda forma
de violencia.
Así,
aquí el pueblo ya está harto, atosigado de que la derecha tenga hace muchos
años a Venezuela en el ojo del huracán, porque es el diablo en México, y hoy
dice “vamos a estar como en Venezuela”, así como dijeron cuando, “si gana López
Obrador, vamos a estar como en Venezuela”, y ahora “si gana Claudia Sheinbaum,
vamos a estar como en Venezuela”.
¿Y
sabe Usted cuál es el problema de Venezuela? Tener un gobierno que se ha
dedicado a atender a su pueblo y a defender su soberanía, nada más y nada menos
porque tiene las reservas probadas de petróleo más grandes del mundo, más allá
de los países árabes.
Nadie
sabe lo que realmente pasa en Venezuela, cómo su gobierno ha luchado y mejorado
las condiciones de vida del pueblo. Eso no lo consideran, al igual que lo hacen
en México, donde dicen que López Obrador compró la elección con los programas
sociales.
¡Claro
que no! La diferencia es entre los fraudes electorales que ellos ejecutan
contra el pueblo de México y un gobierno que sigue ganando elecciones porque es
buen gobierno.
Entonces
para el pueblo de México es un ruidito de siempre, la cantaleta de siempre, el
intervencionismo, que no respeta algo que está escrito en el Congreso de la
Unión, las palabras de Benito Juárez: “Entre los individuos, como entre las
naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”. Amén.
*Luis Ángel Cabañas Basulto es un
periodista con más de 48 años de experiencia como reportero, jefe de
información, editor y jefe de redacción de varios medios de comunicación,
además de haber fungido como jefe de información de dos ex gobernadores y tres
ex presidentes municipales, y escribir cinco libros, uno de ellos pendiente de
publicar.
Titulado como Licenciado en Derecho en la Universidad Autónoma de Yucatán, cuenta con siete Diplomados, tres de ellos en materia de Juicio de Amparo (2017, 2019 y 2021), Derechos Humanos y Sistema Acusatorio; La Familia y los Derechos Humanos; y Acceso a la Justicia en Materia de Derechos Humanos, así como con más de 75 Seminarios, Talleres, Cursos y Conferencias.
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