Corrupto interés de EE.UU. en reforma judicial
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Desde
el 2 de junio se ha estado cocinando una estrategia golpista por parte de la
derecha del país con apoyo político y financiamiento oscuro y extranjero, este
último por parte de Estados Unidos, pero ¿por qué le preocupa tanto a este país
la restructuración del Poder Judicial de México?
No
hay que estar demasiado documentado para percatarse de que el tibio papel de su
embajador en este país, Kent Salazar, es parte de la “línea” estadounidense
contra el proyecto presidencial mexicano de reformar el sistema judicial,
aunque, después del freno que les puso López Obrador en la “pausa” de
relaciones, ahora aclare ser respetuoso de la soberanía de México.
No,
la verdadera causa del apoyo de EE.UU. al Poder Judicial -llámese Norma Piña-,
es curiosamente porque ha amparado a empresas mineras, a empresarios que
comercializan dispositivos de tabaco y vapeadores a pesar de las normas
implementadas por el Ejecutivo, entre otros.
Sin
embargo, la cosa no para ahí, ya que la Suprema Corte de Justicia, de la que
Norma Piña es presidenta, ampara la venta de su maíz transgénico, pese a decretos
y normas del jefe del Ejecutivo, así como a mineros y empresas que realizan
fracturamiento hidráulico, y a empresas que venden y distribuyen la herbicida “glifosato”
en México y no quieren pagar miles de millones de pesos en impuestos.
Pero
esas sólo son algunas de las “bellezas” de una Corte que, además, ahora admite
una revisión que claramente no se incluye entre sus facultades, pero, resta
señalarlo, tengan mucho cuidado en violentar la decisión del pueblo, que se
reflejó el 2 de junio, ya que el tigre ya despertó y no lo vamos a soltar. El
tigre es un pueblo informado, organizado, movilizado, empoderado, que no dudará
en defender su patria.
Otro oscuro interés contra la reforma judicial es el de
la Asociación Nacional de Magistrados
de Circuito y Jueces de Distrito
del Poder Judicial de la Federación que, sin duda, está haciendo una
perversidad: Arrastrar, meter a los trabajadores en este litigio, engañarlos,
pues su anterior presidente es el magistrado del Tribunal de Circuito en Materia
Penal del 11º Circuito de Morelia, Michoacán, Froylán Muñoz Alvarado.
Otros intereses donde el cinismo y el
maridaje de la Corte con el poder económico raya en lo más podrido, es que ya
habían pasado más de 280 días en que los ministros no habían de alguna manera
resuelto el tema de Elektra, sobre la evasión fiscal de su propietario, Ricardo
Salinas, pasando por alto la legislación, además de aceptar amparos para que su
cómplice, esa persona denostable, deleznable, pueda tener el amparo al cobijo,
justamente, del Poder.
Lo cierto es que, pese a los ataques
contra esa reforma, una encuesta señala que el 75% de las personas está a favor,
entre otros, de que los ministros de la Corte sean elegidos por el pueblo,
mientras que un 85% aprueba que exista vigilancia, incluso castigo para los
jueces que incurran en actos de corrupción.
Finalmente, un 83% se pronunció la
reforma total, aunque los altísimos porcentajes son apenas un indicio del
enorme consenso social en torno a la elección de la nueva presidenta, Claudia
Sheinbaum: Una mayoría calificada en el Congreso de la Unión y en 27
legislaturas estatales, sin distinción de ingreso, escolaridad, género,
profesión ni ninguna otra, de casi 36 millones de votos que contienen el
mandato para que se conduzca, desde las Cámaras, un cambio de régimen.
Como dijera el diputado Juan Ramiro Robledo Ruiz, Morena, a
veces el Poder Judicial tiene el poder mediático y a veces el Poder Legislativo,
aunque, en Sudamérica, Latinoamérica tiene amargas experiencias con las dos
asociaciones para tumbar a presidentes legítimos.
Pareciera que no, pero a México llegó
la preocupación hace tiempo sobre asonados intentos, amagos, avances de que, en
una mezcla, esos dos poderes intentaran que pasara en nuestro país lo que, en
Honduras, Perú, Bolivia, Brasil, Argentina o en Chile.
Empero, eso ya no es posible porque
ese tipo de Golpes de Estado violentos, cruentos, sangrientos, donde las
Fuerzas Armadas van y ocupan el poder civil, ya no se da, porque el poder
mundial, el económico mundial está organizado ahora de otra manera: Hoy se dan
estos golpes mediáticos, que conocemos como el lawfare, donde el Poder Judicial
es el actor principal para destituir, inhabilitar, hacer a un lado, quitar
candidatos o detener el poder legítimo de un país.
Hace unos días se informó la admisión
a trámite de un procedimiento singular, “denuncia de contradicción de criterios”
entre la Sala, el Pleno de la Corte, en una resolución de 1998 y una resolución
de la Sala Superior del Tribunal Electoral más reciente respecto a la
sobrerrepresentación.
En México existe un diseño
constitucional donde la Corte, a la se propuso como Tribunal Constitucional de
la Nación, se reservó una facultad para insistir en ser Tribunal de alzada, de
justicia ordinaria, y cada rato que se le ocurre o se lo piden a los ministros
va y jala asuntos del interés económico de los grupos de poder fáctico.
La reforma, apenas en un documento
preliminar votado en la Comisión de Puntos Constitucionales, es la primera
parte de una gran reforma al sistema de justicia en México que debe tocar los
aspectos más sensibles que tienen que ver con la impartición de la justicia.
Desde luego la que hacen las policías, fiscalías, creemos el Ministerio Público
todavía.
Desde luego, también en los
tribunales y juzgados de los Estados, hasta las barandillas municipales del
país. Desde luego, los asuntos civiles, mercantiles, penales que lastiman al
componente social cuando se tarda o resuelve con prácticas que nadie aprueba.
Todo eso tiene que revisarse, sobre
todo la conexión entre el sistema que procura justica, que imparte justicia con
un resultante importantísimo, de gran interés social, el de la seguridad
pública del país.
La verdad es que inventamos mal eso
de la seguridad pública, pues la seguridad de México debe ser una sola. Esa
gran reforma que le falta al país no debe olvidar tocar en los siguientes
meses, años, el tema de la justicia constitucional que regrese y dé equilibrio
a la función de los tres poderes.
No pocos creemos que la Corte ha
estado empecinada en los últimos años en entrometerse en asuntos que son del
poder Legislativo o Ejecutivo.
Lo único cierto es que no debió haberse
admitido a contradicción un caso donde no hay contradicción porque es una norma
que ya no existe, con un criterio basado en una norma que sí existe, no puede
haber contradicción entre una cosa que está y otra que no.
¿Con qué intención se admitió? Nada
más darle trámite a la petición del presidente del PAN, Marko Cortés, pero qué
bueno que un ministro, Juan Luis González Alcántara Carrancá, especializado en
resolver de manera sistemática con interés de echar para abajo tantísimos
asuntos de soberanía este poder judicial y Ejecutivo, dijo que es un asunto que
no puede resolverse de inmediato y menos revocar lo que se vaya a resolver hoy
o mañana en el único tribunal del país con competencia en materia electoral.
Si es una recapacitación a la
cordura, qué bueno, si es otra cosa, estamos con el mismo criterio, con las
mismas tesis para defender la Constitución y la división de poderes del país.
(Permitida la copia, publicación o
reproducción total o parcial de la columna con crédito para el autor)
Titulado como Licenciado en Derecho
en la Universidad Autónoma de Yucatán, cuenta con siete Diplomados, tres de
ellos en materia de Juicio de Amparo (2017, 2019 y 2021), Derechos Humanos y
Sistema Acusatorio; La Familia y los Derechos Humanos; y Acceso a la Justicia
en Materia de Derechos Humanos, así como con más de 75 Seminarios, Talleres,
Cursos y Conferencias.
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