Reaparece ex funcionaria de Borge “desaparecida”
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
“Esfumada”
desde hace 6 años, cuando quedó sin efecto un amparo por no pagar una garantía
que le requirió un juez federal, la ex directora del Patrimonio Inmobiliario de
la Administración Pública (IPAE) durante el gobierno de Roberto Borge, Claudia
Romanillos Villanueva, debió recibir ayer una nueva audiencia constitucional.
Según
Proceso, tras una impugnación el 2 de mayo, el Tribunal Colegiado de Circuito
de Cancún ordenó reponer el procedimiento, por lo que reinició el juicio de
garantías en el Juzgado Primero de Distrito, y podría haber obtenido la
protección de la Justicia de la Unión contra su orden de captura
Proceso
está más orientado contra el director general de la CFE, Manuel Bartlett, pues
la ex funcionaria, que también fuera secretaria particular de Borge, está
implicada en traspasos que beneficiaron a Julia Abdalá Lemus, pareja
sentimental de aquél, aunque aquélla sigue libre, sin afrontar imputaciones de
hace 8 años, cuando se remató el patrimonio público de Quintana Roo a precios
irrisorios.
Los
actos generaron carpetas de investigación por cohecho, peculado y uso ilícito
de la función pública, aunque la principal imputación fue usar el cargo para vender
predios de gran valor a precios de remate para favorecer a allegados políticos
y familiares del ex gobernador, en denuncias interpuestas por el sucesor de éste,
Carlos Joaquín, hoy embajador de México en Canadá.
Romanillos
Villanueva fue titular del IPAE de abril de 2011 a septiembre de 2016, durante casi
todo el gobierno de Borge. Se extinguió el organismo en 2017, al considerarse
símbolo de la corrupción borgista, ocupando su lugar la Agencia de Proyectos
Estratégicos (Agepro)
A
declaraciones del entonces titular de la Secretaría de Gestión Pública, Rafael
Antonio del Pozo Dergal, secretario del Ayuntamiento de Benito Juárez durante
el trienio de Julián Ricalde, despertó la “novedad” de que las irregularidades del
IPAE involucraban al ex gobernador Félix González.
Según
Del Pozo Dergal, en el sexenio del cuestionado ex mandatario (2005-2011) también
se desincorporaron predios del patrimonio para beneficiar a sus familiares,
entre ellos su hermana Patricia Jacqueline, quien pagó 5 mil pesos por mil
metros cuadrados en Tulum, pese a que su valor catastral era de 500 mil pesos.
Reproducida
por Diario de Yucatán, se señalaba responsables del daño patrimonial a las ex
directoras del IPAE, Gina Ortiz y Claudia Romanillos, que el 18 de marzo de
2011, un mes antes de que Félix González dejara el cargo, aquélla aprobó una
“indemnización por afectación” a favor de Industria Cozumeleña de la
Construcción para cederle gratis 647 metros con valor de 161 mil 932 pesos.
Los grandes beneficiarios por el “remate” del patrimonio de siete de 11
municipios, incluyó políticos, empresarios, funcionarios, amigos, familiares y
hasta empleados de Roberto Borge, a quienes se denunció ante la Fiscalía General
del Estado y la PGR
Así,
aparecía la madre de Borge, Rosa Yolanda Angulo Castilla, quien adquirió tres
predios de 4 mil 432, 111 mil 763 y 2 mil 498 metros cuadrados, respectivamente,
por lo que se preguntaba si procedería el entonces Fiscal, Carlos Arturo
Álvarez Escalera, contra la madre de su ex patrón.
El
abogado de la familia Borge y socio de “Impulsora Marítima del Caribe”, César
Celso González Hermosillo y Melgarejo, también se incluía en las denuncias, así
como en la que interpuso la organización Somos tus Ojos contra Borge por
enriquecimiento ilícito y peculado por 34 terrenos públicos.
El
3 de marzo de 2014, junto con Franco González y María Lourdes Pinelo Nieto,
secretaria del padre del ex gobernador y socia de González Hermosillo y Franco
González, constituyeron la empresa “Caracol 65” para compra-venta de inmuebles,
así como el desarrollo inmobiliario, beneficiada por el IPAE, según Fabiola
Cortés, presidenta de Somos tus Ojos.
Lamentablemente, para la transacción del patrimonio no se requería autorización
del Congreso del Estado, sólo del IPAE, como si fuera un trato entre
particulares, lo que agravaría las operaciones, ya que el total de 9 mil 500
hectáreas enajenadas equivalía a 6 veces la zona hotelera de Cancún o 24 veces
la superficie de Isla Mujeres.
Entre
los temas con los se creó controversia era el volumen de inmuebles
involucrados, ya que Del Pozo Dergal habló sólo de 850 hectáreas, entre
compradores y familiares del ex mandatario, aunque recalcaría que sólo se
trataba “de las primeras”.
Asimismo,
se cuestionaba que diría que ninguna operación habría sido delictiva, y
diferenciaría el tipo de responsabilidad entre administrativas, resarcitorias y
penales, la primera sin constituir delito, sancionado diferente.
Así,
el Gobierno del Estado habría presentado las penas por conductas delictivas, ya
que existiría un “modus operandi” de delincuencia organizada, sobre la que se
ignora aún cuántos compradores o nombres estarían involucrados, unas 20
personas físicas y morales de un círculo muy cercano a Roberto Borge.
Se
hablaba de terrenos agrestes sobre los que concluían levantamientos y avalúos de
las áreas denunciadas que, desde 2011, habría comenzado a vender el ex
mandatario hasta concluir su mandato, por lo que en cada uno de sus 5 años habría
vendido el equivalente a una zona hotelera de Cancún.
Con
sobrada razón, dos meses antes de concluir su periodo, Borge decretó desaparecer
la Unidad de Transparencia de Quintana Roo, donde, al igual que en el sexenio
de Félix, existió de todo, ¡excepto transparencia!
Ahora bien, desde ese entonces hasta hoy, sería interesante conocer los nombres
de todos los involucrados en las transacciones del IPAE, pues se coincidía en
políticos relacionados con el equipo de Carlos Joaquín, entre ellos “su” ex
rector de la Universidad y ex Secretario de Gobierno, el panista Francisco
López Mena.
Sólo se supo de 17 supuestas órdenes de aprehensión de un
juez de control contra otros tantos funcionarios, entre ellos el ex secretario
de Finanzas, Juan Pablo Guillermo Molina, lo que alivió inconformidades por el
desde entonces fallido combate al crimen organizado en la Zona Norte.
Por
otra parte, con el único antecedente de un título de Licenciada y consejera
política nacional del PRI (2011-14), Claudia Romanillo había relevado a la también
desconocida Gina Patricia Ortiz Blanco, funcionaria inepta, ineficiente e
ineficaz, que truncó grandes proyectos inmobiliarios y de infraestructura, a lo
que se atribuyó problemas en construir el aeropuerto de la Riviera Maya.
Responsable de que con Félix González no se consiguiera un centímetro de tierra
a través de la negociación con dueños, que todo compraron a precios altísimos,
Gina Patricia, soberbia y sin escrúpulos, pequeña para el cargo, sin embargo,
decía haberlo obtenido por ser “comadre” del cozumeleño, aunque no pocos lo
atribuían a “otras” razones.
Claudia no era diferente, ya que se hablaba de un “noviazgo” con “alto”
funcionario estatal que le obsequió casa en Residencial Andara, “visitada” en
su momento por amigos de lo ajeno, lo que estuvo a punto de costarle la chamba
al ex Procurador, Gaspar Armando García Torres
El IPAE, cuyo subdirector era Jorge Morales Calzada, y su director de Unidad de
Planeación, Víctor Manuel Cámara Novelo, tenía 86 funcionarios y una nómina
donde algunos figuraban ¡hasta con cuatro cargos!, como Aníbal Efraín
Villanueva Polanco, titular de la Dirección de Productos Inmobiliarios, los
Departamentos de Planeación y Financiamiento y Proyectos Estratégicos, y la
Coordinación de Desarrollo y Comercialización.
Más aun, Isidro Góngora Martín era subdelegado Técnico y jefe del Departamento
de Obras, mientras Daniel Chi Chiquil aparecía como director de Finanzas y
Contabilidad y jefe del Departamento de Contabilidad.
“Generosa” con subordinados, Romanillo se caracterizó por férreas decisiones,
como el violento desalojo de decenas de familias en 42 mil metros de una
colonia del ejido Calderitas, al final del Fracc. Caribe de Chetumal. Nunca dio
la cara por el exceso de fuerza pública y destrucción de viviendas.
Otra muestra de opacidad del IPAE, fue la caleta Xel-Ha que, con 110 mil
metros, concesionó en 1994 el ex gobernador Mario Villanueva al “Grupo Xcaret”,
que encabezaban Miguel Quintana Pali, los hermanos Constandse-Madrazo y
Francisco Córdova Lira, éste cuñado de Marcos Constandse.
Durante casi dos décadas de parque ecoturístico, los empresarios eran acusados
de evadir impuestos por ignorarse las condiciones en que, con aval del
Congreso, se otorgaron los terrenos, aunque, sorprendentemente, Claudia
Romanillos negó la concesión de Caleta Xel-Ha y del Caribe, pese al Decreto de
la VII Legislatura que, en 2006, ¡Félix González extendió a otros 30 años!
También se incluye la sospechosa venta de Villas Deportivas Juveniles (antes
CREA) para construir un edificio de 10 pisos, sin licitación pública durante el
último año de Félix González, lo que Claudia Romanillos ocultó como “secreto de
estado” y permaneció en plena opacidad.
Esas no eran las únicas cosas ocultas, pues vendería 877 predios que, saber en
cuánto cada uno y a quiénes, requeriría miles de horas, pues el IPAE se negó a
informar, excepto con un folio del Registro Público de la Propiedad.
¿Por qué ocultar montos? Obvio, Félix González vendió a precios
“preferenciales”, muy por debajo de su valor comercial real, amén de que los
beneficiarios eran amigos, empresarios, familiares y políticos, con lo que,
“por lo menos”, no sólo él se habría hecho multimillonario, sino habría
cumplido su promesa de distribuir la riqueza…, pero a favor de unos cuantos.
Seis años después de concluir su periodo, “Somos tus ojos” diría que uno
de sus más grandes negocios fue entregar 352 hectáreas (tres millones 522 mil
metros) a empresarios, prestanombres, además de un personaje vinculado a su homólogo
yucateco Emilio Gamboa Patrón, de estrecha amistad con el ex titular de la PGR,
Raúl Cervantes Andrade: Emilio Díaz Castellanos.
Según
Fabiola Cortés, el ex gobernador cedió a yucatecos 352 hectáreas de las 500
bajo tutela del ex INVIQROO (Instituto de Vivienda de Quintana Roo), entre las
primeras, 31 hectáreas con casi un kilómetro de playa, de la Universidad de
Quintana Roo.
Sobre
las 352 hectáreas habría un gran desarrollo turístico inmobiliario, “Mayazama”,
que vendió a precio subvaluado y en cómodas mensualidades. Su primera fase,
vendida y habitada, era uno de los desarrollos más controvertidos, llamado
inicialmente “Down Town Tulum”, que cambió nombre por la oposición de
ecologistas.
Además
de Romanillos Villanueva que, en 2016, previo a concluir Borge -compareció en
la legislatura local-, del primer círculo del ex, se investigaba a 17 personas
-originalmente se hablaba de 23-, una de los más importante el también
“desaparecido” yucateco Juan Pablo Guillermo Molina, acusado de enriquecimiento
ilícito, que estimado en más de mil 464 millones.
Amparado
ante el Juez Tercero, que negó la suspensión definitiva del juicio político que
le promovió el Congreso a ese que fue uno de los “peces gordos de Borge, seguía
en pie la provisional para evitar que la comisión instructora encargada de la
solicitud pudiera entregar su dictamen al pleno, toda vez que ingresó un
recurso de revisión de sobreseimiento.
Hasta
ahí, dos grandes “peces”: Ella, reaparecida -se dice que ahora vive en Mérida-,
y el otro… a salto de mata- Veremos qué pasa.
Titulado
como Licenciado en Derecho en la Universidad Autónoma de Yucatán, cuenta con
siete Diplomados, tres de ellos en materia de Juicio de Amparo (2017, 2019 y
2021), Derechos Humanos y Sistema Acusatorio; La Familia y los Derechos Humanos;
y Acceso a la Justicia en Materia de Derechos Humanos, así como con más de 75
Seminarios, Talleres, Cursos y Conferencias.
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