¡Las “viudas” de Carlos Joaquín!
Por
Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Término
inventado en el “argot” político para aplicar a los seguidores de algún
personaje que abandona su proyecto y los deja al desamparo de esa actividad,
las llamadas “viudas” abundan en el caso de Quintana Roo después que un
caprichoso Carlos Joaquín González renunciara oficialmente al PRI por comprobar
la imposibilidad de ser nominado el abanderado del tricolor a la gubernatura.
Lo
que antes fue una posibilidad secreta a gritos, el ex funcionario lo oficializó
desde la semana pasada en una misiva fechada en viernes, aunque dada a conocer
oficialmente tres días después, algo similar al anuncio de su renuncia a la
Subsecretaria federal de Turismo, con la que “amenazaba” desde semanas atrás,
probablemente a sus entonces contrincantes.
Y
decimos entonces contrincantes, ya que, en adelante, ya sólo lo será uno de
ellos que, a decir de la mayoría de las fuentes, debería surgir durante el
transcurso de la semana que hoy empieza, para lo cual los aspirantes que se
habían resignado a la selección interna polarizada entre sólo tres personajes,
volvieron a prender sus “veladoras” y reanudaron sus pre precampañas.
Como
bien diría uno de los más fuertes aspirantes, lejos de aclararse el panorama
con la renuncia del soberbio Carlos Joaquín, las cosas se complicaron más,
aunque, creemos, lo que más se puso de manifiesto es que el gobernador Roberto
Borge se incluye entre quienes influirán para el “destape” final del abanderado
tricolor.
Sin
embargo, el diputado federal José Luis Toledo Medina ya no sería necesariamente
“delfín” del mandatario, ya que la eliminación de su principal obstáculo para
despedir tranquilamente su sexenio propició un cambio de “jugada”, que le
obligaría a inclinarse por un sucesor que aporte certeza, tranquilidad y, sobre
todo, sobrada experiencia para administrar pasivos y cada vez más escasos activos
ante la creciente deuda pública de Quintana Roo.
Ante
estas circunstancias, el sentido común obliga a cualquiera a descartar de
antemano entre los “posibles” a los alcaldes de Othón P. Blanco y Benito
Juárez, Eduardo Espinosa Abuxapqui y Paul Carrillo, respectivamente, quienes
han demostrado que la administración es precisamente el pie del que ambos
cojean, y conste que sólo nos referimos a sus municipios ¡Imagínelos Usted
administrando todo el Estado!
El
primero de ellos, inclusive, no deja escapar ninguna oportunidad para seguir su
opaca campaña, prueba de ello las miles de camisetas que, con recursos del
Ayuntamiento, distribuyó entre los chetumaleños durante la reciente “batalla”
de Carnaval, donde aparecían su nombre e imagen.
Ahora
bien, tal y como cuestionada hace unos días el colega Carlos Cantón Zetina,
¿Permitiría el CEN del PRI a un candidato con antecedentes penales? Claro, nos
referimos al alcalde de Solidaridad, Mauricio Góngora Escalante, cuya
precampaña ha sido una de las de mayor opacidad, sólo similar a la del
presidente del CDE priísta, Raymundo King de la Rosa, quien derrochó
millonarios recursos de su propio partido para su imagen.
Con
todo, tanto uno como otro se han negado sistemáticamente a aclarar públicamente
sus respectivos casos, el primero sobre su “ficha” delictiva por robo y fraude
genérico, el segundo sobre el origen del millonario gasto que, con ocasión de
su último informe como diputado federal, provocó una inundación de propaganda
afín, inclusive en salas de cine y TV.
Así
las cosas, ante la renuncia de Carlos Joaquín sería interesante preguntarles a
sus seguidores ¿Por cuál candidato del tricolor NO votarían? Puede Usted jurar
que la respuesta invariable sería José Luis Toledo, así fuera sólo por ánimo de
venganza, pero lo cierto es que resulta ser el más odiado de los joaquinistas,
además de que, se sabe, la gente suele aborrecer de manera inconsciente
cualquier imposición, y ese es el caso de los “delfines”.
Pero
además, estamos hablando de la posibilidad de que no haya renuncia masiva de
priístas, ya que, con la respetable excepción de fieles seguidores, la enorme
mayoría de priístas suele apoyar a “sus” candidatos hasta la muerte, por decir
algo, aunque, eso sí, siempre y cuando sea en una lucha entre priístas, que no
desde la oposición, ya que son palabras mayores.
Y
prueba de ello es el caso del diputado con licencia Filiberto Martínez Méndez,
el playense que, hasta donde se sabía, habrían decidido abandonar a Carlos
Joaquín tras que éste renunciara al PRI, al igual que el otro conocido “amigo”
de éste, el también playense Juan Carlos Pereyra Escudero, quienes se separaron
de la diputación desde diciembre último y operaban en la campaña de aquél.
Como
se sabe, otro joaquinista “licenciado” del Congreso es el benitojuarense Jesús
Pool Moo, aunque se ignora si permanecerá en las filas del PRI o seguirá apoyando
la candidatura del ex subsecretario de Turismo, a quien es un hecho que
postularía la eventual alianza PAN-PRD.
La
postura oficial de los playenses, ambos cuestionados en su momento por malos
manejos en Solidaridad, el primero como ex munícipe y el segundo como
secretario general de la Comuna, se darían a conocer entre hoy y mañana, no así
en el caso del ex presidente municipal de José María Morelos, Pedro Enrique Pérez
Díaz, quien formalizó su renuncia el viernes junto con una decena de paisanos
suyos.
La
salida del ex munícipe, cuyo trienio (2005-2008) transcurrió durante el primer
periodo del sexenio de Félix González, era prácticamente bola cantada dada su
cercanía con Carlos Joaquín, quien le acompañara en la fiesta de su cumpleaños
aquel trágico 21 de noviembre último, cuando una camioneta de campaña de éste
colisionó de frente con un automóvil del que resultaron muertos sus 7
tripulantes.
Aunque
no se espera alguna renuncia masiva de priístas con la renuncia del ex
funcionario sería interesante determinar quiénes la harán pública, ya que dejó
con la brocha colgada a muchos aspirantes a cargos de elección popular en los
diversos municipios, los más marcados Othón P. Blanco, Benito Juárez y
Solidaridad, donde Luis Torres Llanes, Pereyra Escudero y Pool Moo aspiraban a
la alcaldía.
Por
su parte, Pérez Díaz, también ex dirigente estatal de la CNC (2011), quien
junto con otros políticos priístas y líderes sindicales fuera denunciado por
despojo de terrenos del ejido Aarón Merino Fernández -en las inmediaciones de
la laguna de Bacalar-, pese a que operó durante dos procesos a favor del PRD,
había negociado con Carlos Joaquín su candidatura a la diputación.
Hasta
hoy son las “viudas” más identificadas con la salida del ex priísta, lo que
aclaró el panorama por descarte político, donde lo más lamentable es el caso de
Torres Llanes quien, con una limpia trayectoria, hubiera significado una
garantía de votos para el PRI en el destrozado Othón P. Blanco, aunque, pese a
quedase sin “padrino”, dudamos mucho que renuncie a su larga militancia, en la
que dos veces ha aspirado a la alcaldía capitalina.
Frente
a este panorama, el mayor beneficiado con la salida de Carlos Joaquín resulta
ser quien, antes catalogado “Caballo negro” de la contienda interna, ahora
cuenta con posibilidades reales de ganar la carrera. Nos referimos al
secretario de Gobierno, Gabriel Mendicuti Loría, único que ha dado muestras de NO
estar peleado con alguno de sus correligionarios y de pugnar siempre por la
unidad.
Con
pocos recursos para administrarse, Quintana Roo contaría con un experimentado
empresario que, amén de presumir un don de gentes y poseer largo y afilado
colmillo político, posee dotes de exitoso administrador que surgió de la
iniciativa privada a la actividad política hasta convertirse prácticamente en un
vicegobernador que conoce a la perfección y de primera mano la problemática del
Estado.
Pero
además, como ex munícipe de Solidaridad no sólo NO dejó una cabecera inundada
de baches y de agua cuando apenas llovizna -¿verdad Eduardo? ¿Verdad Paul?-,
sino que tampoco tiene antecedentes penales ni es principiante, además de no
ser dado al derroche de dinero para lucimiento personal.
Reiteramos,
Quintana Roo NO necesita de un político en la gubernatura, sino de un
administrador que, no obstante, seguramente sabrá conciliar con “viudas”,
“huérfanos” y la propia oposición.
No
olvidemos que, en su momento, Gabriel Mendicuti coordinó la campaña de Peña
Nieto rumbo a la Presidencia, cuando, si bien el cuestionado mandatario no
obtuvo la votación que esperaba, no fue consecuencia de un mal trabajo, sino de
otros dos factores: El pésimo desempeño y sospechoso endeudamiento del
tristemente “celebre” ex gobernador Félix González, y el papel de Peña Nieto
como gobernante del Estado de México ¿Recuerda Usted?
¡Hagan
sus apuestas!
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco residente de Chetumal, Quintana Roo,
con más de 39 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y
jefe de redacción de diversos medios de información, ha sido Jefe de
Información de dos gobernadores y tres presidentes municipales, y publicado
tres libros.
luancaba.qroo@gmail.com
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