¿Imposible “divorcio” de Carlos Joaquín?
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Aunque
los avances de la ciencia y tecnología hacen creer que lo único imposible es
revivir a un muerto, en términos de política existen “reglas de juego”
aplicables al tema, entre ellas el pago de favores que, en el caso de Quintana
Roo, todo hace suponer que inevitablemente ligan al gobernador Carlos Joaquín
González con el PAN y el PRD, sobre todo con el primero.
Para
nadie es un secreto que, ante el desprecio del PRI a su candidatura a la
gubernatura el mandatario buscó el apoyo de esa coalición que, era de
esperarse, seguramente significó una serie de condiciones y formas de “pago”
ante su entonces sólo eventual triunfo ante el priísta Mauricio Góngora.
Los
resultados del 5 de junio son de todos conocidos, aunque implicó el pago de
“facturas”, en primera instancia a los partidos, lo que, sin embargo, no resultó
tan determinante para su victoria, no así en el caso de las redes sociales, de
donde, dígase lo que se diga, surgieron los millones de votos para el enemigo
del PRI y Roberto Borge.
Así,
el mandatario comenzó a implementar desde ese día la mecánica de pago de
favores a sus amigos, así como a quienes financiaron y apoyaron, en primera
instancia, desde luego con posiciones de gabinete, aunque cualquier
simpatizante suyo insista en el típico “eligió a los mejores hombres”.
En
este sentido, el 7 de junio publicanos que un escueto boletín de Carlos Joaquín
refirió sólo tres nombres de quienes lo representarían en el proceso de
entrega-recepción: El ex candidato del PAN a gobernador de Quintana Roo,
Francisco López Mena; su coordinador de campaña y ex alcalde de Puebla, Eduardo
Rivera Pérez, y la académica Rocío Moreno.
Dado
que para nadie era desconocido que el hoy secretario de Gobierno no era más que
“cuota” del PAN, más interesante resultaba el nombre del segundo, el toluqueño
Eduardo Rivera Pérez, quien, además de ex alcalde de Puebla (2011-2014), es
cercano a Margarita Zavala, rival del aún gobernador de esa entidad, Rafael
Moreno Valle, por la candidatura del PAN a la Presidencia de la República en
2018.
Entonces
“adivinamos” que la “factura” del blanquiazul con Carlos Joaquín era consolidar
en Quintana Roo a Moreno Valle como posible caandidato, ya que Rivera peleó
palmo a palmo con José Antonio Gali Fayad -su sucesor en el Ayuntamiento
poblano-, la candidatura del PAN a la mini gubernatura de Puebla (febrero de
2017-diciembre de 2018), que perdió por su rivalidad con Moreno Valle el 5 de
junio.
Durante
el trienio de Rivera Pérez se sabía de su distanciamiento con éste último, Aunque
ambos son panistas, pertenecen a diferentes grupos internos, donde Rivera, más
joven, cuenta con fuerte apoyo de empresarios ligados a la organización “El
Yunque”.
Con
todo, desde el 21 de septiembre se supo que no sería parte del gabinete de Carlos
Joaquín, aunque más por una cuestión legal más que por falta de confianza del mandatario,
pues la fracción II del artículo 20 de
la Ley Orgánica de la Administración Pública de Quintana Roo dice que para ser
titular de alguna dependencia del Ejecutivo se requiere ser nativo o residencia
efectiva no menos de cinco años en el Estado.
Ello
tampoco significaba que regresaría a Puebla, pues seguiría como colaborador del
gobernador, pero sin cargo formal.
No
se supo más de él, aunque, en el hipotético caso de que resultara la abanderada
presidencial Margarita Zavala, tampoco estaría en condiciones de ser candidato
al gobierno de Puebla, ante los acuerdos y negociaciones que la esposa del ex
presidente Calderón tendría con Moreno Valle y Gali Fayad como gobernador y
líder moral del PAN en su entidad, respectivamente.
En
efecto, Margarita Zavala necesitaría todo el respaldo del panismo de Puebla para
volverse competitiva en el Estado y sumar una mayor cantidad de votos, lo que,
a la luz de los hechos, no ocurriría en Quintana Roo, donde, además del coraje
por haber impulsado el “gasolinazo” junto con el PRD, otros “factores”
seguramente alejarán al PAN de los votantes.
Uno
de esos “factores” se llama Juan
Melquiades Vergara Fernández, millonario secretario de Finanzas
de Quintana Roo, otro
poblano que ignoramos cómo habrá obtenido la residencia que frenó a Rivera,
pero cuyo desempeño ha sido de constante polémica, uno de ellos su criticable
celebración de cumpleaños por dos días en el hotel Marriot de Cancún en pleno
periodo de austeridad.
Puesto
al “descubierto” a nivel nacional por el periodista capitalino Carlos Loret de
Mola, las crónicas embarraron principalmente al gobernador, quien ya le habría
advertido de las eventuales consecuencias del “fiestón”, que originalmente
amenizaría el desaparecido Juan Gabriel. Aunque Vergara afirmó que él pagó los
gastos y que lo demostraría, todo quedó en promesas.
Con todo, el ánimo de la gente ya
estaba contra el funcionario por otra serie de críticas, por ejemplo su
cuestionable, frustrada compra de millonario software, pero más sobre su origen
del “Pueblo Mágico” de Huauchinango, Puebla, municipio del que fue infructuoso aspirante
a la candidatura del PRI por la alcaldía.
Sin embargo, jura y perjura no ser
recomendado de Moreno Valle y que su integración al gabinete fue por invitación
personal de Carlos Joaquín, aunque no aclara si por haber financiado su campaña
o por alguna amistad, de cuyas raíces tendría que hablar, ya que, pese a que
también afirma no haber acarreado a ningún poblano a Quintana Roo, dice que
todos son mexicanos con los mismos derechos laborales.
¿Habrá algún quintanarroense
trabajando en Puebla? Es muy poco probable, aunque puede Usted estar seguro de
que sería la excepción.
Por si fuera poco, el más reciente
escándalo en el que se vio envuelto, apenas hace una semana, fue el tema del ex
gobernador de Aguascalientes, Luis Armando Reynoso Femat, con quien se le
involucra en la compra simulada de un tomógrafo de más de 13.8 millones de
pesos.
Respecto al peculado y acción
indebida de la función pública contra Reynoso Femat y varios ex colaboradores,
el procurador de Justicia de ese Estado, Felipe Muñoz Vázquez, dijo que fue por
simular la compra del tomógrafo y desviar 14 millones para sobornar a diputados
federales.
Ante la “compra” del equipo también
está prófuga Verónica Shaddai Espíndola Palma, representante de la empresa
Logística y Asesoría Comercial (hoy llamada Grupo Sinergia FC, con sede en
Cancún), amiga cercana a Vergara Fernández, quien firmó el contrato de
compra-venta como secretaria del Consejo de Administración de la Inmobiliaria
Punta Maya, empresa perteneciente al consorcio Emporium, del Reynoso Femat.
El caso data del año 2013 ¿y sabe
Usted quién lo dio a conocer en su noticiario televisivo “Despierta” y subió a
You Tube? “Casualmente” el propio Loret de Mola, quien parece marcarle el paso
al secretario de Finanzas, aparentemente por millonario adeudo del ex
gobernador Roberto Borge por concepto de publicidad a Televisa y que Vergara
Fernández se estaría negando a pagar.
Lo cierto es que la difusión del tema en redes sociales de la entidad,
principalmente en Twitter, estuvo a cargo de “Agencias Quintana Roo”, un portal
informativo que, dedicado 100% a la crítica contra Carlos Joaquín y sus
colaboradores, encabeza el ex titular de la Unidad del Vocero de Roberto Borge,
Rangel Rosado Castro, quien, como era de esperarse, lo niega y reniega.
Así las cosas, el tema del
“importado” Vergara Fernández y el pago de “cuotas” y demás “facturas” por
parte de Carlos Joaquín constituye una de las principales máculas de sus
primeros 100 días de gobierno, aunque, quiérase o no, muy difícilmente podrá
“divorciarse” de ellas.
No obstante, si la preocupación del
mandatario es violar las “reglas de juego” en pro de su imagen es el eventual
retorno del PAN a la Presidencia de Los Pinos, puede jurar que PRI y aliados le
han estado haciendo cancha a otro, sobre todo tras el imparable “gasolinazo”.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es Licenciado en Derecho egresado de la Universidad
Autónoma de Yucatán, periodista residente en Chetumal, Quintana Roo, desde hace
30 años, con más de 40 como reportero, jefe de información, editor y jefe de
redacción de varios medios de información, así como Jefe de Información de dos
gobernadores y tres presidentes municipales. Ha publicado cuatro libros.
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