¡Mara, emboletada con empresas “fantasma”!
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Si
volvemos al antiguo dicho de que, como enferma terminal, por dondequiera que se
le toque sale pus, el nuevo caso en el que está involucrada la gobernadora
Verde, Mara Lezama, quien, después de su “circo” de supuestas elecciones del
domingo último, obliga a pensar justamente en eso, en otra tamaña metida de pata,
aunque con toda la malicia del mundo.
Se
trata de un tema del que casi nadie habla, muy probablemente por falta de
conocimiento: Se trata de las factureras, también conocidas como "empresas
fantasmas", que emiten facturas falsas para simular operaciones
comerciales inexistentes para defraudar al fisco, con objeto de permitir a
otros negocios reducir sus impuestos al generar gastos ficticios.
La
pregunta es ¿Cómo funcionan? Simulando operaciones, al emitir facturas por
operaciones no realizadas, como compra de bienes o servicios que no se
adquieren, para obtener reducción de impuestos, ya que las que adquieren estas
facturas falsas pueden deducir esos gastos en su declaración de impuestos,
reduciendo así la base imponible y el pago de impuestos.
El
uso de factureras es delito fiscal, pues implica evasión de impuestos, con el consecuente
daño a la economía, ya que representa una pérdida importante de ingresos para
el estado y una competencia desleal para las que operan de manera legal,
mientras las que la utilizan se arriesgan a que el SAT las detecte y enfrenten
sanciones, como multas y cancelación de registro.
Por
otro lado, las factureras pueden utilizarse para “lavado” de dinero y otras
actividades ilícitas, por lo que se debe denunciar ante el Servicio de
Administración Tributaria en su canal de denuncias contra posibles factureras.
El
SAT puede investigar a empresas sospechosas de operaciones simuladas, como el
uso de factureras, que carecen de instalaciones físicas, no tienen dirección
real, personal, ni capacidad para producir bienes o servicios.
Asimismo,
empresas con montos elevados de facturación y pocos gastos, lo que puede
indicar que facturan operaciones simuladas y las que no declaran impuestos o carecen
de recursos, lo que también puede ser indicio de estar involucradas en
operaciones fraudulentas.
En
resumen, las factureras emiten facturas falsas para defraudar al fisco,
generando un daño a la economía y a las empresas que operan de manera legal, de
ahí que habrá que estar atento a estas prácticas y denunciarlas.
La
implicación del gobierno de Quintana Roo con empresas factureras es controvertida
y preocupante, aunque se han presentado denuncias sobre posible complicidad o
connivencia entre funcionarios y empresas dedicadas a emitir facturas falsas
para defraudación fiscal.
Se
han presentado denuncias sobre contratos y convenios con factureras, lo que
permitiría la generación de facturas falsas para desviar recursos; se han
identificado patrones de irregularidades en la contratación de obras y
servicios, donde se ha detectado la participación de factureras para obtener
recursos indebidos, y presentado pruebas de que funcionarios están vinculados
con factureras, lo que podría indicar una relación de connivencia.
Como
consecuencias, la complicidad con factureras puede generar perjuicio económico
para las arcas públicas, ya que se desvían recursos que deberían destinarse a inversión
en obras y servicios públicos.
Asimismo,
se incluye la falta de transparencia en la contratación de obras y servicios puede
generar una pérdida de confianza en el gobierno, al desvirtuar la confianza de
la gente, mientras que su uso puede tener consecuencias legales para los
involucrados, que podrían ser sujetos a procesos legales por defraudación
fiscal y corrupción.
Entre
las acciones a tomar, es fundamental la investigación exhaustiva para
determinar la participación de funcionarios en uso de factureras; garantizar transparencia
en contratación de obras y servicios para evitar la utilización de factureras,
y fortalecer la lucha contra la corrupción y la defraudación para proteger los
recursos públicos y la confianza pública
Como se sabe, sin apoyo de la oposición, la Cámara de
Diputados avaló en agosto dos reformas constitucionales del “Plan C” de López Obrador
para ampliar el catálogo de delitos que merecen prisión preventiva oficiosa,
además de prohibir la venta y uso de vapeadores y la producción, distribución y
enajenación de sustancias tóxicas como el fentanilo.
La
mayoría, encabezada por Morena y aliados votó por modificar el artículo 19 constitucional
para ampliar el catálogo de delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa,
por lo que extorsión, narcomenudeo y producción, distribución y enajenación
ilícita de drogas sintéticas, como fentanilo; defraudación fiscal y emisión
ilícita de comprobantes para combatir “factureras”, formaron parte de la medida.
Empero,
según la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Estado mexicano viola los
derechos a la integridad personal, libertad personal, garantías judiciales y a
la protección judicial, con arraigo y prisión preventiva oficiosa, y pidió
eliminar esas medidas cautelares.
No
obstante, los diputados no sólo no eliminan la medida, sino la ampliaron con el
argumento de que el contexto delictivo lo hace necesario, pero con la promesa
de que en un futuro se modificaría.
Asimismo,
aprobaron reserva que señala que “para la interpretación y aplicación de las
normas, el Estado deberán atenerse a su literalidad, quedando prohibida
cualquier interpretación análoga o extensiva que pretenda inaplicar, suspender,
modificar o hacer nugatorios sus términos o su vigencia, ya sea de manera total
o parcial”.
Ahora bien, a pesar de todo, el uso de facturas falsas y
robo de identidad fiscal integran la mayor cantidad de quejas ante la
Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon) en Quintana Roo, donde
a los afectados se imponen requerimientos de pago, multas y, en algunos casos,
el bloqueo de sus cuentas bancarias por parte del SAT.
El
delegado estatal de ese organismo autónomo, Gilberto Peña Cruz, reconoce que
reciben de 40 a 50 quejas mensuales relacionadas con recibos fiscales emitidos
por empresas “factureras”, que carecen de domicilio fiscal, empleados e instalaciones
mínimas indispensables para sus actividades, y generan comprobantes por operaciones
ficticias, simuladas o inexistentes para eludir el pago de contribuciones de
otras compañías.
Según
Peña Cruz el uso de las facturas ocurre en hoteles con asesoría de contadores y
despachos contables, antes de la pandemia del Covid en 2020, en cuya respuesta
revisaron la materialización de la actividad fiscal y endurecieron penas, lo que
disminuyó “al mínimo” en los últimos cuatro años, aunque también los contadores
responsables huyeron hacia Miami, EE. UU.
No
obstante, la misma práctica se orienta a las empresas medianas, “que creen
pasar desapercibidas” ante el fisco, aunque otras quejas recurrentes son por
robo de identidad, unos 10 a 15 mensuales ante la Prodecon, que recomienda interponer
también denuncias penales.
Uno
de esos casos fue de un trabajador de la construcción, al que el SAT requirió
pagar un adeudo cuantioso por impuestos retenidos. “Un pobre albañil -imagínese
Usted-, que le digan que debe 200 mil pesos de impuestos”, aunque lo que pasó
es que le robaron su firma electrónica y toda información, se le dio de alta
como empresa y se expidieron recibos de nómina en calidad de patrón.
El
objeto de este tipo de estafa es reportar actividad de nómina empresarial y retención
de impuesto para hacer deducible la “actividad”, y siguen llegando casos, en
los que la gente se queja de robo de identidad.
El
Código Fiscal responsabiliza a quien realizó el trámite de usar la firma electrónica,
lo que aprovechan algunos contadores astutos o estafadores para su uso indebido,
aunque estas situaciones generan nerviosismo al notificarse supuesta omisión de
declarar, y unos optan, por desconocimiento, desaparecer por temor, y abultan
la “cifra negra” de casos no denunciados.
Otro
caso fue una empleada que recibió promoción laboral para ser representante
legal, sin conocer que se expedían facturas por servicios inexistentes y cuando
el fisco lo detectó le fincaron cargos, y aun cuando tuvo asistencia de la
compañía dos o tres meses, el apoyo cesó por costoso. Así, se le abandonó
legalmente y sigue enfrentando proceso hacendario.
Un
tercer caso involucra a quien recibió supuesto requerimiento de pago por
escrito, donde le solicitaban pagar un millón de pesos, pero se descubrió que
era falso, pese a que se le envió el aviso fraudulento de una cuenta de correo
ilegítima, que se descubrió regular, con mención positiva ante el SAT.
Gilberto
Peña alertó a evitar ser víctimas de prácticas fraudulentas, incluso por
correos electrónicos que simulan ser de autoridad fiscal para robar identidad,
y que la Prodecon brinda asesoría, atención de quejas, consulta,
representación, defensa legal, investigación, recepción, quejas y reclamos.
Sus
servicios, gratuitos, son por requerimientos de dependencias federales y estatales,
de éstas siempre que haya convenio, en ISR e IVA, y también actúa como mediador
de acuerdos conclusivos, opción autorizada para resolver controversias de
revisiones físicas de gabinete (documentos y contabilidad que se entregan al
SAT), visitas domiciliarias o revisiones electrónicas, de las cuales logran
condonar las multas en su totalidad.
Sin
embargo, persisten violaciones a garantías laborales, abusos y acoso laboral en
el Hotel Reef Coco Beach de Playa del Carmen, donde, con tiempos compartido
contratan personal nacional y extranjero sin prestación social.
Coludidos
con autoridades corruptas, se niegan a pagarle a sus trabajadores con las
mismas mañas de siempre, retrasando los procedimientos jurídicos y recibiendo
jugosas ganancias de la explotación laboral.
Así,
la ejercen por medio de la facturera Soulic, SA de CV y Néstor Ospina
Brehuer, Delia Díaz Clemente, quienes se ostentan propietarios de la fuente de
trabajo Leading Vacation Club, aunque los tribunales nunca ubican a los
responsables con la presunta impartición de “justicia” pronta y expedita.
Ese
es el caso de C. Gabriel V., cuando desde hace 3 años comenzaron a funcionar
los Tribunales Laborales que prometían ser claros y transparentes en sus procesos,
aunque la realidad de la clase trabajadora es otra, pues la justicia sólo viene
como siempre, con un guiño de ojo, y el famoso “por favor regrese usted luego”,
o con un clásico “estamos trabajando en eso”.
Pero,
“vamos muy bien”, son las frases de la gobernadora “morenista” Mara Lezama- ¡Ya
basta!
*Luis Ángel Cabañas Basulto es un
periodista con más de 48 años de experiencia como reportero, jefe de información,
editor y jefe de redacción de varios medios de comunicación, además de haber
fungido como jefe de información de dos ex gobernadores y tres ex presidentes
municipales, y escribir cinco libros, uno de ellos pendiente de publicar.
Titulado
como Licenciado en Derecho en la Universidad Autónoma de Yucatán, cuenta con
siete Diplomados, tres de ellos en materia de Juicio de Amparo (2017, 2019 y
2021), Derechos Humanos y Sistema Acusatorio; La Familia y los Derechos Humanos;
y Acceso a la Justicia en Materia de Derechos Humanos, así como con más de 75
Seminarios, Talleres, Cursos y Conferencias.
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