En primera fila
¡Mentiras de oficialistas!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Uno
de los tres partidos que defendieron a capa y espada los intereses del país en
la Cámara de Diputados ante la reforma energética, que este lunes continuó en
el Senado, Movimiento Ciudadano -los otros fueron el PT y PRD- destacó de
sobremanera durante el periodo extraordinario de sesiones, de donde seguramente
obtendrá frutos en las próximas elecciones. Puede Usted apostarlo.
Quienes
observamos a través del Canal del Congreso la participación de la verdadera
oposición de México, quedamos gratamente sorprendidos con la participación y
nivel de preparación de los representantes de éstos ante las argucias y
argumentos oficialistas del PRI y sus aliados, ahora casi considerados partidos
de gobierno: El PAN, PANAL y Verde “Ecologista”, éste último con todo, menos de
ecologista.
Desde luego desechado por el simple hecho de
no formar parte del “equipo” con mayoría oficialista, Movimiento Ciudadano, por
medio de su diputada tabasqueña María
Fernanda Romero Lozano, presentó interesante propuesta contra las mentiras del
presidente Enrique Peña Nieto, a quien reclamó que NO entramos a ninguna etapa
de modernidad, crecimiento económico, empleo, estados y municipios más fuertes,
y bienestar.
En efecto, con esos slogans oficialistas, que sólo marean
a las familias mexicanas, los representantes “populares”, entre los que por fin
apareció la panista de Isla Mujeres, Alicia Ricalde Magaña, aprobaron transferir
a deuda pública un pasivo laboral de ¡2 billones de pesos!, reflejo de corrupción,
fraudes y malos manejos a los que ha estado sometida Pemex, y ahora los
mexicanos pagaremos los “platos rotos”.
Además, con la creación de dependencias “reguladoras”
habrá más burocracia altamente onerosa, con funcionarios impuestos por Peña
Nieto, lo que, se sabe, significa impunidad y corrupción, es decir, más de lo
mismo, con normatividad y sanciones a modo para las trasnacionales, con permisos
para infringir la ley cuando les pegue la gana.
Pero además, implicará recorte en la participación de las
entidades productoras de hidrocarburos, de por sí excesivamente bajas en
relación con las aportaciones por Estados.
Como anticipamos, se aprobará a diestra y siniestra el “fracking”,
que no es otra cosa más que la contaminación de los mantos acuíferos y la
esterilización de la tierra, así como el envenenamiento de la gente, aunque
también habrá expropiación de tierras, o como convenientemente le llamen -ocupación
temporal y servidumbre legal de hidrocarburos-, con lo que obligarán al
ejidatario o propietario a permitir accesos para sacar petróleo de sus tierras
a cambio de migajas.
Asimismo, la reforma implicará entrega y desmantelamiento
de las dos paraestatales que sostienen la economía mexicana, pues los ingresos
petroleros constituyen un 37% del presupuesto federal, con todo y desfalcos,
fraudes, malos manejos y corrupción.
En este sentido, nos preguntamos ¿Cuál es el beneficio
para el pueblo con la privatización de la renta petrolera y de la riqueza
nacional a manos extranjeras? ¿Dónde está el bienestar para las familias? ¿Cómo
se garantiza el crecimiento económico? ¿Cómo se fortalecerá a los Estados que
producen hidrocarburos?
Por ejemplo, con Tabasco, principal productor de petróleo
y gas del país, la Federación ha sostenido una relación inequitativa e injusta,
por lo que, lejos de participarle parte sustancial de la riqueza que produce, en
los últimos años se le han recortado drásticamente las participaciones.
En los años 80, en su calidad de principal productor,
Tabasco llegó a recibir hasta el 8% del Fondo General de Participaciones
Federales; para el 2004 el porcentaje disminuyó al 5.6%, hasta colocarse hoy a
sólo el 3.2%.
Así, respecto a las 32 entidades, no sólo no creció, sino
que decreció un 13% que, en términos de presupuesto, implican 8 mil millones de
pesos anuales, cuando que, “curiosamente”, el Estado de México, de donde es
originario Peña Nieto, es primero en el Fondo.
La actividad petrolera de Tabasco en los últimos 30 años
presenta un saldo negativo para éste, ya que es el Estado más contaminado, con
la más alta incidencia de cáncer del país, directamente vinculada a los
múltiples accidentes y derrames, debido a que los metales pesados vienen
aparejados con el petróleo y al entrar en contacto con el suelo y agua afectan
a plantas, animales y personas.
Las actividades productivas que daban sustentabilidad al Estado
están actualmente en quiebra: Agricultura, ganadería, pesca, agroindustria y
turismo, además de ser último en nivel educativo, con una de las tasas más
altas de desempleo del país.
Este escenario tan lamentable es el resultado de la
paradoja de ser un Estado extraordinariamente rico, habitado por un pueblo
criminalmente empobrecido, a lo que se suma la aberración de que la Federación
pretende duplicarle la producción petrolera, de 650 mil barriles diarios de
petróleo a 1.3 millones, lo que implicaría duplicar el número de pozos, con el
riesgo de mayor contaminación y pobreza.
Similar al caso del Turismo de Quintana Roo, Tabasco
aporta a diario 65 millones de dólares, que significan 23 mil millones de
dólares al año para contribuir al desarrollo y modernización de México, pero
sin recibir a cambio alguna retribución fiscal o beneficio para desarrollar a
fondo su economía y nivel de vida.
Con la reforma energética se busca hacer creer que
aumentarán los recursos para las entidades productoras de hidrocarburos, cuando
que la aportación de la Federación no es equitativa esa producción, al menos no
para Tabasco, además de pretender entregar el 50% de los hidrocarburos de la
nación a empresas particulares, principalmente extranjeras.
Existen soluciones más sencillas, pero poco convenientes
para los delincuentes de “cuello blanco” que nos gobiernan, entre ellas una
política de austeridad, empezando por devolver el avión que compró Peña Nieto en 10 mil millones de pesos, cancelar
privilegios fiscales a los grandes empresarios y combatir la corrupción. ¿Es
mucho pedir?
(Permitida la copia, publicación o reproducción total o
parcial de la columna con la cita del nombre de su autor)
*Luis Angel
Cabañas Basulto, periodista yucateco avecindado en Chetumal, Quintana Roo, con
más de 36 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y
jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como
Jefe de Información de dos ex gobernadores y tres presidentes municipales, y
publicado tres libros.
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