¡Otra de la cuestionada dupla Mara-Raciel!
Lic. Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Con
un atizado dardo de “La última de Mara” por título -bueno, eso es hasta el
momento-, el periódico Heraldo de México, refiere a la mandataria haber abierto
en Quintana Roo dos frentes que se dirimen en juzgados mexicanos y que
transitaron a arbitrajes internacionales, al que ahora habrá que agregar un
tercero, cuando no habían existido conflictos empresariales de alto perfil.
Todo estaba en santa paz.
Sin
embargo, el Estado y su gobernadora verde, Mara Lezama, a partir de los últimos
meses, hasta donde se sabe, se están convirtiendo en dolor de cabeza para los
inversionistas de Estados Unidos.
El
primero de ellos es lo que, para los congresistas estadounidenses, habría sido
una “expropiación” de López Obrador de la cantera y otros activos de la empresa
Vulcan Materials, de Tom Hill, por aquí mejor conocida por Calica (Calizas
Industriales del Carmen) y que, para las autoridades de la Federación, se
convirtió en área de Reserva Natural Protegida.
Como
segundo dolor, se incluye el multicitado y cuestionado tema de la empresa privada
Aguakán, que ambiciona la española Acciona, que encabeza José Manuel
Entrecanales, aunque sin éxito ya, al menos no por el momento, ya que el Gobierno
Federal ha tomado cartas en el asunto. Las sospechas de corrupción asoman por
todos lados
El
tercero, estalló precisamente el sábado por la madrugada, cuando, nuevamente,
la cuestionada mandataria intervino -imagínese a través de quién-, ahora en un
conflicto entre particulares, cayendo en desacato de una orden de un juez de la
Ciudad de México sobre un concurso mercantil de Controladora Dolphin, del muy
reconocido empresario y hombre de negocios de ese estado, Eduardo Albor.
Lo
cierto es que la semana anterior los acreedores, que reclaman unos 200 millones
de dólares de deuda, solicitaron desistirse del proceso a la jueza del concurso,
Ruth Haggi Huerta.
Pues
bien, no fueron los acreedores, en este caso Prudential, MetLife y Cigna, sino
los propios accionistas de Dolphin, porque resulta que Albor no es el
accionista mayoritario, sino el administrador.
Hace
unos días en la Ciudad de México se realizó una asamblea en la que los dueños
de 99% de las acciones de Dolphin, esto es el Fondo Leisure Investments de
Estados Unidos, desconoció precisamente a Albor.
Este
organismo empresarial es propietario de 100% de Controladora Capital y, a su vez,
99% propietaria de Controladora Dolphin a través de un fideicomiso radicado en
CiBanco (banco “Verde” que ofrece créditos preferenciales a negocios
responsables con el medio ambiente, con proyectos en energías renovables y
construcciones sustentables y empresas comprometidas a reducir su huella
medioambiental), que encabeza Mario Maciel.
Hasta
donde se sabe, The Dolphin Company es una familia de Delfines número uno en el
mundo y mayor operador de Parques en América Latina: 30 Parques y Hábitats de
Delfines en ocho países y dos continentes, que atraen la experiencia de su vida
a más de 2 millones de visitantes anuales.
Entre
otros, promueve el cuidado del medio ambiente a través de interacciones únicas
y personales con animales, embajadores de la naturaleza, en tanto contribuimos a
la conservación del planeta y cuidado de los animales en vida silvestre a
través de la investigación, educación y centros de rescate.
La
empresa cuenta con 30 sedes, que incluyen parques naturales, acuáticos, temáticos
y hábitats de delfines, con instalaciones en Estados Unidos, México, Argentina,
las Islas del Caribe e Italia, donde crean experiencias a visitantes de todas
las edades, a la vez de concientizar sobre la conservación y cuidado del medio
ambiente.
Ahora
bien, Albor y Leisure Investments entraron en conflicto por la operación de la
empresa y la decisión del concurso mercantil, lo que llevó a los segundos a
quitarle la administración y operación de Controladora Dolphin.
El
viernes, ante este contexto, los representantes legales del fondo acudieron a
las oficinas, con la orden de la asamblea, en la que destituyeron a su socio y
una orden judicial del Juez 10 Civil de la CDMX.
Sin
embargo, no bien terminaban de tomar las oficinas y resguardarla con gente de
su seguridad, cuando Mara Lezama envió por la madrugada un contingente de
policías estatales y de la Fiscalía que, sin orden judicial, los desalojó por
la fuerza en la Supermanzana 13 de Cancún, entre las calles Banco Chinchorro y
Acanceh.
En
efecto, elementos de la Fiscalía General del Estado y de la Secretaría
de Seguridad Pública estatal participaron en el operativo. Hasta el
momento, no se ha emitido ningún comunicado oficial que detalle las razones o
resultados de la acción legal.
Otra
vez la Fiscalía del cuestionadísimo Raciel López, al servicio de vaya Usted a
saber qué interés -menos del de los quintanarroenses, está visto-, protagonizó
ese tercer golpe de las autoridades quintanarroenses contra los intereses
privados.
De
forma extraoficial, se mencionó que la diligencia podría estar relacionada con
una disputa legal entre socios del corporativo, lo que habría motivado
la desocupación forzada del inmueble, según confirmaría un representante
administrativo del edificio intervenido.
Otras
versiones no oficiales señalaron que, en días recientes, se habría denunciado
el robo con violencia de un automóvil de lujo, supuestamente ingresado a
las instalaciones de The Dolphin Company, aunque el caso no había sido
vinculado directamente con la diligencia judicial del sábado.
Con
todo, como se ha vuelto costumbre del Gobierno del Estado y de la Fiscalía, hasta
ahora no se había informado sobre el verdadero alcance del procedimiento
legal, ni dado a conocer los cargos específicos investigados en el
inmueble intervenido.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con crédito
para el autor)
*Luis
Ángel Cabañas Basulto es un periodista con más de 48 años de experiencia como
reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de varios medios de
comunicación, además de haber fungido como jefe de información de dos ex gobernadores
y tres ex presidentes municipales, y escribir cinco libros, uno de ellos
pendiente de publicar.
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