En primera fila
Alcoholismo, una grave adicción
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Con el sugestivo título “Lo que el alcohol nos robó”,
Internet publicó este viernes interesante artículo que, documentado plenamente con
la Encuesta Nacional de Adicciones, se refiere a que el tema de las drogas y su
legalización, particularmente la mariguana, se ha vuelto una moda, aunque la
sociedad mexicana es aún incapaz de debatir y afrontar las consecuencias del
uso y abuso de sustancias legales como el alcohol.
Firmado por Noé Alí Sánchez Navarro,
refiere que si existe una sustancia que se ha convertido altamente adictiva y
mortal, por estar al alcance de las mayorías o por la su propia aprobación social,
ésa es el alcohol en sus diferentes presentaciones, cuyo consumo aumentó un 10
por ciento en los últimos años, lo que permite visibilizar que su consumo es el
principal problema de adicción en México.
Pero además de este incremento, el inicio de consumo de
alcohol también descendió tanto en hombres como en mujeres en los últimos años,
lo que significa que cada vez son más los jóvenes que ingieren alcohol por
primera vez, entre los varones a los 16 años de edad, y en las mujeres a los 19
años.
Resultado del esfuerzo coordinado entre la Comisión
Nacional Contra las Adicciones y la Subsecretaría de Prevención y Promoción de
la Salud, a través del Centro Nacional para la Prevención y el Control de las
Adicciones, la última Encuesta indica que aumentó del consumo de alcohol entre
los jóvenes, en la mayoría de los casos por la facilidad de adquirirlo y su
bajo costo, por lo que empiezan a ingerir alcohol antes de la edad permitida, y
pese a las medidas para evitarlo.
La adicción ha traído consigo un aumento considerable de
males directos e indirectos en el país, entre los primeros todos los padecimientos
y enfermedades que pueden conducir a la muerte, y entre los indirectos los
llamados daños colaterales, por ejemplo
los decesos a causa de accidentes viales.
Según el Centro Nacional para la Prevención de Accidentes,
cada vez son más los casos donde la combinación alcohol-volante termina en una
mezcla mortal. Anualmente mueren 24 mil personas en accidentes automovilísticos,
de los cuales el 60 por ciento tiene al alcohol por factor común. “No por nada
los accidentes de tráfico se han convertido en una de las principales causas de
muerte en el país”, destaca el estudio.
Lamentablemente, pese a estas alarmantes estadísticas, lo
cierto es que este tipo de “accidentes” aumenta cada fin de semana, sin señales
de disminuir o mejorar con choques, atropellos, detenciones por conducir en
estado de embriaguez y demás, muchos de ellos con jóvenes como principales protagonistas.
Conforme al reportaje, el alcohol guarda estrecha relación
con la diversión y el ocio, y su excesivo consumo ha terminado por verse sólo
como problema de salud pública, aunque otros factores lo convierten en enorme
riesgo individual y social, como conductas violentas y/o agresivas, problemas
familiares, actos delictivos, y la irresponsabilidad de conducir un automóvil.
Aunque se han invertido millones de pesos en campañas
para concientizar a los automovilistas sobre el riesgo de conducir bajo la
influencia del alcohol, es un hecho que se han obtenido muy pobres resultados,
y no se trata de que estén bien o mal elaboradas o dirigidas, sino que
socialmente la sociedad mexicana es permisiva con el abuso del alcohol.
En no pocas ocasiones los establecimientos que difunden
estas campañas, bares, antros, restaurantes o licorerías, son los mismos que
permiten que menores de edad adquieran o consuman las bebidas sin ninguna
objeción, y todo ello ante la complacencia de autoridades y la misma
sociedad.
Programas oficiales como el “alcoholímetro” son insuficientes,
aunque algunas personas reconsideran conducir después de beber ante el temor de
ser detenidos o por la multa, que no por responsabilidad, amén de que, en unos
casos, este tipo de “retenes termina por verse corrompido por las mismas
autoridades y, en otros, por fuertes intereses comerciales, ya que son vistos
como atentados contra los negocios nocturnos.
Desde luego que no se trata de ver el consumo del alcohol
sólo desde la perspectiva de la persecución y prevención de accidentes, son que
también son motivo de preocupación los usos y abusos que se están dando desde
edades muy tempranas.
El caso del consumo de alcohol entre los jóvenes es un
problema silencioso, doloroso y con muchísimas aristas. Los debates planteados
en torno a las drogas ilícitas han borrado del mapa la reflexión social sobre
el problema que el alcohol va dejando a su paso, desde la adicción hasta el
consumo irresponsable.
No es una cuestión ética, idealista o exageración. Tanto
las consecuencias directas como indirectas del alcohol están arrastrando a
miles de niños y jóvenes, desde los que beben a temprana edad y nadie les
presta atención, hasta los que pierden su vida por conducir alcoholizados o su
vehículo embestido por otro conductor en esas circunstancias...pero con el
mismo trágico fin.
¡Y conste que no se trata de ningún boletín de
Alcohólicos Anónimos!
(Permitida la copia, publicación o reproducción
total o parcial de la columna con la cita del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco avecindado en Chetumal, Quintana
Roo, con más de 36 años de trayectoria como reportero, jefe de información,
editor y jefe de redacción de diversos medios de información, también ha
fungido como Jefe de Información de dos ex gobernadores y tres presidentes
municipales, y publicado tres libros.
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