En primera fila
¡Se derrumba ex presidenciable!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
“Formado políticamente al lado de personajes que
procuraban el diálogo y las reformas políticas, como Jesús Reyes Heroles, el
priísta Manlio Fabio Beltrones Rivera es observado por académicos, empresarios
y políticos como importante prospecto para la Presidencia de la República”,
publicó Excelsior el 16 de febrero de 2011, en aquel sondeo del PRI que
finalmente favoreció a Enrique Peña Nieto.
Inexplicablemente, el portal en línea omitía los
señalamientos de los periodistas estadounidenses Craig Pyes y Sam Dillon que, con
7 reportajes sobre los efectos corrosivos de la narco-corrupción en México y
vinculaban al diputado federal sonorense con “El Señor de los Cielos” Amado
Carrillo Fuentes, habían sido premiados en 1998 con el Premio Pulitzer.
A 16 años de distancia, un reportaje de “Sinembargo”
vincula al líder del PRI en la Cámara de Diputados priísta con una red de
legisladores que, a cambio de jugosas “comisiones”, habrían ofrecido dinero y
asignación de obra a alcaldes de distintas ciudades del país, con aprobarles
presupuestos federales más amplios.
Según el portal, http://www.sinembargo.mx/20-03-2014/938123,
Manlio Fabio le habría ofrecido al alcalde panista de Celaya, Guanajuato,
Ismael Pérez Ordaz, 160 millones de pesos para pavimentar calles a cambio de
una “comisión” y de asignarles las obras a la empresa que le indicaran. Los
cobradores del “moche” eran los empresarios sonorenses Heriberto Velásquez
Campa, Ángel Adán Quintero Abril y José Arcadio Cabrera Luque, relacionados con
el legislador.
Como era de
esperarse, éste dijo que “una vez más hay acusaciones con dichos y sin pruebas,
mismas que, de existir, tendrían que presentarse ante las autoridades
competentes”, en carta dirigida a Alejandro Junco de la Vega, presidente y
director general de Grupo Reforma, cuyos diarios destaparon el escándalo.
Apenas una semana antes, Craig Pyes, Premio Pulitzer dos veces,
la primera (2002) por historias de amenazas de Al Queda del 9 de septiembre de
2001 -la otra sobre la corrupción del ex gobernador de Sonora- reiteró sus
públicas denuncias y le refrescó la memoria sobre 4 meses de trabajo.
Según éstos, agentes en funciones y no, dicen que la
evidencia sobre el papel de Beltrones era tan detallada e irresistible, que EE.UU.
habría incluido su nombre en un documento confidencial que entregaron al equipo
de transición de Ernesto Zedillo, donde se enlistaba a más de una docena de
funcionarios bajo sospecha de corrupción. Otro gobernador, Jorge Carrillo Olea,
también estaba en la lista por sus enredos con narcotraficantes.
Agentes de inteligencia aseguraron que narcos mexicanos
tenían ganancias de unos 10 mil millones de dólares, y gastaban hasta el 60% de
ese dinero en pagos a funcionarios de todos los niveles. Gran parte de la
información sobre Beltrones y Carrillo Olea, ex director del programa de
Antinarcóticos de México, se obtuvo a través de reportes de inteligencia de
informantes, desde rumores hasta informes internos. Su volumen, especificidad y
persistencia han persuadido a agentes estadounidenses que las acusaciones
contra los gobernadores están bien fundadas.
Durante los inicios de su carrera, Beltrones fue pupilo
del secretario de Gobernación de Carlos Salinas, Fernando Gutiérrez Barrios,
pionero de la policía secreta en México, pero al poco tiempo de asumir la gubernatura
(octubre de 1991-septiembre de 1997), agentes de EE.UU. empezaron a reunir
informes clasificados sobre sus vínculos con Carrillo Fuentes.
“Manlio Fabio Beltrones está bien documentado como un
socio de la organización ACF”, dice un reporte de comandantes de la policía
judicial federal, que señala que “Beltrones está involucrado en la protección
de narcotraficantes que cruzan Sonora”.
No bien terminaba el PRI de digerir el “recuerdito”,
cuando Proceso publicó que la organización Artículo 19 denunció que la
periodista Denise Dresser fue intimidada tras publicar una columna en la que
recuerda la misma información.
En un documento titulado “Alerta”, acusa que la
intimidación corrió a cargo del coordinador de prensa de los legisladores
priistas, Jesús Anaya, quien emprendió una campaña de desinformación y
desprestigio contra la colaboradora de Proceso, diario Reforma y del programa “MVS
Noticias” que conduce Carmen Aristegui, por lo que hizo un llamado al gobierno
para emprender, de acuerdo con sus responsabilidades internacionales en materia
de derechos humanos, las acciones necesarias para garantizar la seguridad e
integridad de Dresser.
Asimismo, convocó al Mecanismo de Protección a personas
Defensoras de los Derechos Humanos, ante el que dijo asumir la representación
de aquélla, para otorgar de manera inmediata medidas urgentes encaminadas a
salvaguardar su integridad personal y labor informativa.
Dresser dijo a “Artículo 19” sentirse intimidada y
refirió que en una encuesta suya en redes sociales, a la que contestaron más de
6 mil 500 personas, el 87% de quienes leyeron una carta que le enviaron, opinaron
que la finalidad era intimidarla para no escribir más sobre el tema.
Jesús Anaya acusó a Dresser en el diario Reforma de
“supuesta periodista” y “una analista sin escrúpulos”, sin importar que aquélla
se había apoyado en una investigación ganadora del Pulitzer. Escribió que según
otra investigación de la PGR (la cual no difundió ni hizo pública), el
contenido de la nota de The New York Times era “falso y calumnioso en exceso”.
Acusó a Dresser de escribir “con perversidad y dolo”.
Agregó que “el artículo (de Dresser) está elaborado sobre
mentiras o versiones falsas, interesadas y sin sustento”, en tanto sugería que
Craig Pyes dejó de colaborar con el New York Times por haber difundido
información falsa sobre Beltrones. Posteriormente, el periodista Ciro Gómez
Leyva, durante un programa de radio, dijo al aire: “El New York Times se
disculpó con Beltrones.” Así, el mensaje, según el cual el diario se había
retractado de su nota, comenzó a circular.
Anaya concluyó exigiendo a Dresser “una disculpa pública,
para lo cual se requeriría que usted tuviera ética periodística”.
Ante todo esto sólo cabe la pregunta ¿Y ese es el
“político” priísta Manlio Fabio que pretendía gobernar México?
(Permitida la copia, publicación o reproducción
total o parcial de la columna con la cita del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco avecindado en Chetumal, Quintana
Roo, con más de 36 años de trayectoria como reportero, jefe de información,
editor y jefe de redacción de diversos medios de información, también ha
fungido como Jefe de Información de dos ex gobernadores y tres presidentes
municipales, y publicado tres libros.
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