En primera fila
¿Pecado de Pedro Joaquín?
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Considerado único político quintanarroenses que ha logrado
no sólo ascender en la difícil política nacional sino mantenerse desde sus
inicios, el cozumeleño Pedro Joaquín Coldwell se convirtió la semana anterior
en uno de los priístas más controvertidos del gabinete presidencial tras ser
involucrado en un escándalo por supuesto conflicto de intereses como empresario
y funcionario.
Para su fortuna, el escándalo no pasó
más allá de ser pólvora en infiernitos para sus aparentes detractores, que lo
habrían vinculado en un manejo irregular como Secretario de Energía con
gasolineras de su propiedad en la isla de Cozumel, donde su familia -llámese
don Joaquín Nassim Ibarra-, además de política influyente, es conocida
propietaria de envidiable, aunque desconocida fortuna.
De hecho, el escándalo inició desde junio del año
anterior, cuando se publicó que por lo menos tres de seis gasolineras aparentemente
suyas en Quintana Roo habrían sido multadas por negarse a ser verificadas por
la PROFECO y que desde hacía seis meses, coincidentes con el inicio de encargo
de Pedro Joaquín, no habían sido revisadas.
A un año de distancia, la senadora perredista Dolores
Padierna Luna exigió la semana anterior su destitución de Energía para ser
investigado por probable conflicto de intereses y actos de corrupción como
accionista de varias empresas beneficiadas por Pemex, del que funge como presidente
del Consejo de Administración, además de violar la Ley Federal de
Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos como accionista de
franquicias de gasolineras.
Ex gobernador de Quintana Roo (1981-87), ex presidente
nacional del PRI, ex Senador de la República y muchísimos otros envidiables
“ex”, Pedro Joaquín, uno de los principales promotores de la Reforma Energética
del presidente Peña Nieto, poseería, según la denuncia, 60% de las acciones de
Servicio Cozumel; 40% de las de “Planta de Combustibles Cozumel”, y 40% ciento
de las de “Gasolinera y Servicios Juárez”, en tanto participa desde 1994 en el
capital social de varias empresas.
Conforme a resultados de una aparente auditoría externa, no
sólo Pedro Joaquín participaría en irregularidades, ya que se trataría de un
negocio familiar que incluyen al padre e hijos del funcionario, ahora de 63
años de edad, que, con buenas o malas relaciones, por siempre ha estado
vinculado con los gobernantes de su Estado, en el peor de los casos con Mario
Villanueva Madrid.
Lo cierto es que desde que nos enteramos de los
cuestionamientos, de antemano le dimos toda la razón al que fue primero de los
cuatro cozumeleños en gobernar Quintana Roo, quien confirmó ser accionista de
cinco estaciones de servicio y venta de gasolina y una planta de distribución en
esa isla, pero negó constituir conflicto de interés ni violar la ley por haber
adquirido esos derechos durante los años 1994, 1995, 2001, 2008 y 2009, lógico,
antes de su encargo en Energía.
El comunicado de esta dependencia plantea que Pedro
Joaquín proporcionó la información en marzo de este año y del año anterior,
misma que se envió a Pemex, con la solicitud, en cumplimiento de la
normatividad vigente, de que se hiciera lo propio a la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores y a la Securities and Exchange Commission, y de ahí que
se tratara de documentación pública que Pemex difundió el año anterior.
Al igual que el director de Gestión Social y Cooperación,
Alejandro González Arreola, consideramos válidos los argumentos de la Secretaría,
en el sentido de que no viola la ley, ya que sus negocios datan de antes de estar
frente a la dependencia, en diciembre de 2012, aunque el caso refleja que la
legislación mexicana tiene “lagunas” en otros posibles escenarios similares,
como cuando un funcionario con intereses económicos en cierta área encabeza al
mismo tiempo la política gubernamental del rubro.
En todo caso, el responsable de la cuestionada participación
del ex mandatario sería el gobierno de Peña Nieto -llámese Secretaría de la
Función Pública-, que debió investigar a fondo el currículum de Pedro Joaquín
antes de su nombramiento para evitar “malos entendidos”, aunque, en honor a la
verdad, y cualquiera lo sabe, con o si malos manejos, hubiera servido para lo
mismo que la carabina de Ambrosio: Para nada y para nada.
Incluso, la investigación sobre las gasolineras, de estar
legalmente constituidas y si ninguna sombra de duda, debieron realizarse desde
su apertura a través de la entonces Secretaría de la Contraloría, que “sirvió”
para lo mismo que su sucesora, aunque estamos ciertos que de nada hubieran
servido los resultados, ya que, por siempre han operado “en lo oscurito”, para
una sola persona: El gobernante en turno.
De nada sirven la Función Pública y las Contralorías de
los Estados o municipios -como los de Quintana Roo- si los funcionarios se
siguen enriqueciendo descaradamente y empobreciendo al pueblo, según pueden dar
cuenta el ex gobernador Félix González y los ex alcaldes de Othón P. Blanco,
Andrés Ruiz Morcillo y el mitómano Carlos Mario Villanueva Tenorio,
respectivamente, en ambos casos, asómbrese Usted, con todo el cinismo del
mundo, en busca de la diputación federal.
Mientras la declaración patrimonial de los servidores
públicos siga siendo un secreto para la sociedad y mientras la dependencia
encargada de fiscalizarlas -la Función Pública- dependa del Poder Ejecutivo,
seguirán las sospechas y lamentos de los legisladores que lo permiten y que, en
su momento, permitieron que el propio Peña Nieto ocultara su declaración
patrimonial. Perdón: que declarara lo que le vino en gana y como le dio la
gana, cuando que debieron y pudieron obligarlo a poner el ejemplo.
Luego entonces, diputada Padierna Luna, ¿Por qué no
hicieron nada o no hacen ustedes algo para transparentar el patrimonio de los
servidores públicos a través de su difusión? ¿O es que, acaso, tampoco les
interesa por tener “algo” que ocultar? Aunque sabemos de antemano que no habrá
respuestas, ¡Ojalá existieran los milagros!
(Permitida la copia, publicación o reproducción
total o parcial de la columna con la cita del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco avecindado en Chetumal, Quintana
Roo, con más de 36 años de trayectoria como reportero, jefe de información,
editor y jefe de redacción de diversos medios de información, también ha
fungido como Jefe de Información de dos ex gobernadores y tres presidentes
municipales, y publicado tres libros.
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