Gris despedida de “zánganos”
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Pese
a que el Congreso de la Unión representa una oportunidad de ofrecer soluciones
a los problemas más sentidos del pueblo, y que ésta debiera ser la aspiración y
razón de sus miembros, la LXII Legislatura resultó una de las más nefastas de
la historia de México, donde difícilmente hubo otra que haya realizado lo que este
Congreso en tres años.
No
se puede calificar de otro modo. Desmanteló la Constitución, regresó al país a
situaciones coloniales, atacando uno tras otro los intereses sociales, con unos
diputados y senadores que jamás entendieron que no se convirtieron en
representantes “populares” para a mover a México, sino que México los debió
mover en su actuar y compromiso.
El
desempeño de la Legislatura fue uno de los más cuestionados, más aun en el caso
de los suplentes de los últimos meses, y que se decía, incluso por parte de la “comentocracia”,
que sólo llegaron a cobrar sin hacer nada, con la instrucción de sus
coordinadores en el sentido de “llevarla light”.
Lo
más cuestionado, irónicamente, fue la supuesta “oposición” del PAN y PRD, que
olvidaron que su papel implica doble reto: Dirigirse como oposición seria, de
contrapeso frente al poder público, pero también ser capaz de construir
consensos en beneficio de los ciudadanos, y de decirles a éstos que sí hay de
otra, y que a pesar de que las cosas están mal, no tienen por qué seguir siendo
siempre igual.
Con
justa razón, el informe 2014 sobre la calidad de la ciudadanía en México reveló
que, en opinión de los mexicanos sobre los legisladores, menos del 20% confía
en ellos, por lo que las siguientes legislaturas deberán atender la “parálisis”
legislativa, que debería ser objeto de reflexión.
La
situación se agrava porque el parlamento mexicano es de los que menos sesiona
en Iberoamérica: Mientras el congreso de Ecuador sesiona 11 meses; la Asamblea
Legislativa Boliviana, 11; la venezolana, 10 meses y medio; el congreso
paraguayo, 10 meses; el uruguayo, 9 meses y medio; y España, Honduras, Brasil y
Argentina, 9 meses, el nuestro sólo 6 meses.
Por
si fuera poco su productividad es inversamente proporcional a la que cuesta
mantenerlo: En los casi tres años, el Poder Legislativo incrementó casi 30% su
presupuesto, al pasar de 10 mil a 13 mil 300 millones de pesos, por lo que
sería justo ampliar los periodos del Congreso.
Con
todo, quedaron excesivos temas pendientes, entre ellos la reforma política del
DF, la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos y la Ley
General de Propaganda Gubernamental; el incremento del salario mínimo, la
pensión universal para adultos mayores y el seguro de desempleo, así como la
normatividad que proteja a los ahorradores, de manera particular lo que se llamó
“Ley FICREA”, para miles de ahorradores defraudados.
Asimismo,
ante la emergencia nacional en materia económica, urge incentivar, apoyar y
fortalecer el desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas, que
constituyen más del 90% de las unidades económicas del país, generan el 50% del
Producto Interno Bruto y contribuyen con siete de cada 10 empleos de la
economía formal.
Por
otro lado, se debe seguir demandando no despedir más trabajadores de PEMEX y
reinstalar a los despedidos, ya que, si la situación económica nacional es
alarmante, despedir trabajadores sólo empujará a éstos al desempleo, al ocio o,
peor aún, al hampa.
El
resultado es previsible: Más miseria y menos oportunidades educativas para los
hijos, lo que, aunado a las torpezas de las políticas económicas, deja al país
sin posibilidades de crecimiento en medio de la turbulencia financiera
internacional.
Como
si esto no fuera suficiente, los jóvenes mexicanos ven el porvenir como un
páramo desolado: Lleno de cruces y de pupitres vacíos.
No
se olvida el horror de Ayotzinapa, el de Tlatlaya, ni el de Ostula, o el que viven
todos los días los colegas periodistas veracruzanos, que han visto silenciada
su libertad de expresión y de prensa cada que asesinan a algún compañero suyo.
Por
todos ellos, los sin voz, tampoco deberían callar quienes tienen tribunas
públicas, donde alguna aislada, pero verdadera oposición, ha demandado
enérgicamente esclarecer esos y otros crímenes que enlutan a México y enlodan
al Estado, poniendo a éste en la primera fila de infractores de derechos
humanos.
En
este sentido, nos preguntamos, ¿Con quiénes se espera construir el futuro del
país si no se hace nada por la vida de sus jóvenes?
México
vive una crisis social singular que toca los cimientos de la nación y la
estremece desde sus mismas nervaduras, y de ahí la importancia de pensar en la
educación ciudadana en una frase de José Martí: “Que forme hombres y mujeres
libres la patria que quiera salvarse”.
Frente
a quienes se asumen como mayorías monolíticas imperturbables, una real
oposición no debería desesperarse ante su apatía e, incluso, sordera
programática, pues aunque es posible que sus dichos sean voces en el desierto,
bastará con que algunas propuestas, tesis o visión de nación suya permee sobre
las políticas públicas para que su esfuerzo haya valido la pena.
Soto
y Gama decía en la Convención de Aguascalientes: “Cuando se sube a la tribuna
no se es villista, constitucionalista, ni zapatista; se es mexicano”.
El
mensaje a la LXIII Legislatura es que México merece legisladores de tiempo
completo, guardianes celosos de la voluntad popular, que sepan honran con
voluntad y compromiso el mandato para el que han sido electos.
El
resultado del Pacto por México, que firmaron PAN, PRI y PRD, permitió someter
al Poder Legislativo a la voluntad omnímoda de Peña Nieto, pues gracias a ello
se hicieron estas reformas que dañarán para siempre al país, y revertir todo lo
que se hizo en estos tres años debe de ser objetivo de los mexicanos para un
posible desarrollo económico, recuperar la soberanía nacional y defender los
intereses sociales que están siendo sacrificados.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco residente de Chetumal, Quintana Roo,
con más de 38 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y
jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como
Jefe de Información de dos gobernadores y tres presidentes municipales, y
publicado tres libros.
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