Gobernador, ¿asesino de periodistas?
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
En
medio del asombro, cinco personas fueron asesinadas el viernes último en un
departamento de la colonia Narvarte del DF, cuatro mujeres y un hombre, cuyos
cadáveres presentaban señales de tortura, entre ellos el fotoperiodista Rubén
Espinosa Becerril, colaborador de Proceso y la agencia Cuartoscuro, especializado
en marchas y protestas sociales.
Rubén
se había trasladado hace varias semanas a la metrópoli en busca de seguridad
tras recibir amenazas de muerte en Veracruz, según numerosos reportes y
testimonios, por parte del gobernador priísta Javier Duarte.
Según
Proceso, mientras cubría las protestas estudiantiles contra el mandatario por
el asesinato de su colega de la revista en Veracruz, Regina Martínez Pérez, se
le impidió tomar fotos cuando la policía golpeaba a estudiantes, y un miembro
de Ayudantía del Gobierno del Estado le sujetó y dijo: “Deja de tomar fotos si
no quieres terminar como Regina”.
Otra
de las víctimas, Nadia Vera, era activista de Veracruz, participante del
movimiento Yo Soy 132, entre otros espacios, pero salió del Estado tras recibir
una serie de amenazas de las que responsabilizó a Duarte.
Si
la Procuraduría del DF y la PGR no investigan al gobernante estarán
desconociendo su muy probable relación de estos asesinatos con las amenazas a
consecuencia de su labor, el contexto de agresiones a la prensa en Veracruz y
la labor como activista de otra de las víctimas
El
ataque envía un claro mensaje de intimidación a todos los periodistas, en el
sentido de que no existe un lugar seguro para ejercer el periodismo en México.
“Pórtense
bien, por favor, se los suplico, vienen tiempos difíciles”, decía Duarte a los
periodistas en 2010, frase o amenaza que recuerda lo que hace algunos años
contestaba al Estado el periódico “El Diario de Juárez” cuando era mortal la
violencia contra los periodistas de Chihuahua.
Decía:
“Que nos expliquen ¿qué quieren de nosotros? ¿Qué quieren que publiquemos o
dejemos de publicar para saber a qué atenernos, para saber si vivimos o
morimos, pero siempre en el ejercicio del periodismo?”.
A
cinco años de distancio, Veracruz, el Estado sin ley, como consigna Proceso, no
sabe responder hoy a lo que se presume resultado del hostigamiento que publicó el
fotoperiodista asesinado, en lo que hoy le dicen “El caso de la Narvarte”.
Las
“autoridades” buscan culpables de robo y otras cosas para escudarse y protegerse
de lo que Rubén Espinosa veía junto con otra de las víctimas, que denunciaban
hostigamiento por el ejercicio del periodismo.
Fue
el periodista número 15 asesinado en Veracruz en los últimos años, pero no es
el único problema en el país, ya que según Freedom House, las libertades
políticas, como la de prensa, se han reducido considerablemente en los últimos
tres años, pues el libre periodismo siempre ha causado incomodidad, y de ahí la
tendencia del gobierno autoritario a callar.
Antes,
en los 60’s y 70’s, eran perseguidos políticos y hostigados, hoy acallados con
medios institucionales como a Carmen Aristegui, o bien con medios violentos que
tratan de escudarse y se convierten en una historia de violencia y de crimen. La
intimidación a los periodistas ha generado desde autocensura hasta la privación
de la vida.
México
comparte con Palestina el sexto lugar mundial en homicidios de periodistas, que
encabeza Siria, al que siguen los palestinos, aunque habría que reflexionar
quién realmente está matando a todos estos periodistas en las zonas de guerra,
si los que viven ahí o los ataques aéreos de los que participan de estas
guerras, específicamente Estados Unidos.
No
obstante, en lugar de repartir culpas, mejor decir que cuando se ataca a un
periodista se violentan en realidad derechos colectivos, no sólo como el de la
libertad de expresión, demasiado evidente, sino el derecho a la información de
todos, por lo que había que parafrasear al Diario de Juárez ¿Qué quieren que publiquemos?
¿Qué quieren que digamos para proteger nuestras vidas?
De
enero del 2000 al 30 de junio de 2015 han sido asesinados en México más de 103 periodistas, y Veracruz es donde han
muerto 15, de los que también vale la pena hablar porque no se trata de señalar
sin pruebas, pero sí exigir que se investigue en serio, aunque el culpable sea
el Estado, como en el caso de los 43 de Ayotzinapa, para conocer a los
responsables.
Entre
otros, recordamos en 2012 a Regina Martínez, asesinada en su casa de Jalapa; y
el 5 de febrero de 2014, el homicidio de Gregorio Jiménez de la Cruz, en
Coatzacoalcos, lo que generó indignación en redes sociales, no solo porque
evidenció que ganaba unos 30 pesos por su ejercicio valiente del periodismo,
sino por ser ejemplo claro de una vida entregada al periodismo.
Veracruz,
de Javier Duarte, es la entidad donde los esfuerzos de la Comisión Nacional de
los Derechos Humanos, la PGR y otros Organismos Internacionales son
insuficientes para erradicar la violencia que sufren día a día los periodistas.
Sin
embargo, el caso de Espinosa ha generado indignación y puesto en evidencia la
intimidación, pues ya había sido golpeado en 2013 en la Plaza Lerdo, y había
declarado, junto con otra de las asesinadas en la Narvarte, que habían sido
víctimas de hostigamiento.
No
se valen discursos rimbombantes, gritos, acusaciones, declaraciones o
comisiones especiales si el Estado no cumple, aunque el Congreso de la Unión ha
aprobado diversos puntos de Acuerdo en defensa de periodistas y activistas
sociales.
Pero
¿Qué ha pasado? ¿Cuáles son los resultados? ¿Cuál es el papel de los
legisladores en la defensa de los periodistas que quieren ejercer la libertad
de expresión y tutelar una tarea pública como el periodismo? Nuestra sociedad
es víctima de violencia institucional y crimen organizado, pero no podemos
simplemente acostumbrarnos a ello.
Es
urgente detener la ola de violencia contra los periodistas, y resolver cada uno
de los casos, pero también preguntarse qué hace la Fiscalía Especial para la
Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión ¿Qué resultados
está teniendo? ¿Qué impacto tiene en la autocensura y ejercicio del periodismo
un asesinato como el de la Narvarte?
Yesenia,
Nadia, Rubén, Nicole y Alejandra merecían vivir, pero hoy, frente a la
realidad, lo menos que creemos es que merecen justicia y, como consecuencia, no
sólo pedir que la PGR atraiga el caso, sino una investigación seria, caiga
quien caiga sobre el multihomicidio y condiciones para prevenir más muertes de
periodistas.
No
podemos permitir que la era del oscurantismo y la guerra sucia vuelvan a
permear la vida de los mexicanos que se quiere consolidar en México desde la
izquierda, derecha o centro. Sin embargo, hace tiempo que se ve venir la noche.
La
vida, el principal derecho humano, no se ha respetado en 15 años con la muerte
de los 103 periodistas, tal como refiere esa Fiscalía Especial, donde hoy, desafortunadamente,
Rubén Espinosa pasa a engrosar sus números.
No
olvidemos que junto con él, cuatro mujeres fueron salvajemente asesinadas,
entre ellas la joven activista Nadia Vera, por lo que la investigación debe
orientarse en dos líneas, el innegable feminicidio y lo que tiene que ver con
el acoso y persecución que el fotoperiodista denunció.
No
debemos callar mientras sigan cayendo mujeres y hombres cuyo único “delito” es
informar en libertad, cada vez con más miedo, no mientras sigan impunes los
crímenes de Noé López Olguín, Miguel Ángel López Velasco, Misael López Solana,
Yolanda Ordaz, Regina Martínez, Guillermo Luna Varela, Gabriel Huge Córdova,
Esteban Rodríguez, Víctor Manuel Báez Chávez Chino, Gregorio Jiménez, José
Moisés Sánchez Cerezo, Octavio Rojas Hernández, Armando Saldaña Morales, Juan
Mendoza Delgado y Rubén Espinosa Becerril
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco residente de Chetumal, Quintana Roo,
con más de 38 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y
jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como
Jefe de Información de dos gobernadores y tres presidentes municipales, y
publicado tres libros.
Comentarios
Publicar un comentario