¡Controversial “adiós” de un
legislador!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Ante
la proximidad de las elecciones de junio, una de las principales
características de los congresos, principalmente el de la Unión, es la
solicitud de licencias de diputados o senadores, en algunos casos para aspirar
a alguna candidatura, otras más para formar parte de un eventual gabinete, o
bien para integrarse a un equipo de campaña.
Por
ley, esto ocurre sistemáticamente entre todos los partidos políticos, aunque
siempre hemos comulgado con la idea de que sólo proceda la licencia por alguna
causa grave o justificada, lo que no ocurre precisamente al aspirar a un nuevo
cargo de elección popular, cuando “normalmente” la solicitud es por determinado
periodo.
Algunos
legisladores, sin embargo, presentan la solicitud “por tiempo indeterminado”,
particularmente cuando sienten “amarrada” alguna posición, ya que los otros
demandantes, que carecen de dignidad, prefieren anteponer fechas delimitadas
por la ley para evitar quedarse sin chamba, perdón, sin estar colgados de la
ubre de gobierno.
Así
las cosas, a nadie extraña que, al menos hasta hoy y hasta donde sabemos, los
plenos de los congresos aprueben invariablemente las licencias y ordenen llamar
a los suplentes para llevar la “vacante”, aunque el tema de hoy nada tiene que
ver con ese trámite, sino con un caso particular.
No,
no hablamos del priísta José Luis Toledo, sino del senador panista chihuahuense
Javier Corral Jurado, quien solicitó licencia para contender por segunda
ocasión por la gubernatura de su Estado, por lo que se convocó a su suplente, Sylvia
Leticia Martínez Elizondo. Su caso fue muy sonado y sentido, tanto por la
ciudadanía y legisladores de su partido como por todos los demás partidos, ya
lo adivinó Usted, ¡excepto del PRI!
¡Y
vaya que tiene razón! Nuestro personaje, orgullosamente colega de la profesión
periodística, se convirtió en una verdadera lata para el tricolor, cuyas
argucias y “chanchuyos” cuestionaba invariablemente e incomodada sesión tras
sesión, desde luego invariablemente bien documentado y “con los pelos de la
burra en la mano”, como se dice.
Nacido
en 1966 en Ciudad Juárez, Corral Jurado, cuyo idealismo le llegó a cuestionar
inclusive a su propio partido, se afilió en 1982 al PAN y desde entonces
participó cerca de Francisco Barrio Terrazas en las campañas de éste a la alcaldía
de su tierra y a la gubernatura, en 1986 y 1992, respectivamente.
En
1992, a los 26 años de edad, fue electo diputado del Congreso de Chihuahua, que
presidió, y posteriormente líder estatal del PAN, tras lo cual fue diputado federal
por la LVII Legislatura, donde presidió la Comisión de Radio, Televisión y
Cinematografía e integró los comités de Biblioteca e Informática y de
Comunicación Social.
En
2000 llegó al Senador de mayoría de la LVIII Legislatura, aunque en el Congreso
de la Unión se distinguió por su interés en la legislación de los medios
masivos de comunicación, pese a que su opinión le acarreó críticas y respaldo.
Su
larga trayectoria incluye haber ganado en 2004 la candidatura del PAN a la
gubernatura de Chihuahua, aunque, pese al apoyo del PRD y Convergencia, lo
derrotó el priísta José Reyes Baeza Terrazas.
Durante
el debate sobre las reformas a la Ley de Radio y TV en 2006, destacó como uno
de los principales opositores, enfrentado incluso a algunos de sus propios
compañeros. Interpuso con otros senadores una controversia constitucional que
la Corte de Justicia resolvió en 2007 al invalidar artículos clave de la “Ley
Televisa”.
Aunque
en 2015 contendió la presidencia nacional del PAN, perdió ante Ricardo Anaya
Cortés con el 50% de votos, pero desde enero anunció que buscaría de nueva
cuenta la candidatura por la gubernatura, que el 3 de febrero aprobó la
Comisión Permanente panista tras encuestas entre militancia y población
abierta, así como medición de perfiles y manejo de medios.
Su solicitud de licencia, por tiempo indefinido a partir del
9 de febrero, colocó en una disyuntiva al controvertido petista Manuel Bartlett
Díaz, quien, por una parte, dijo querer votar contra la licencia, pero por
otra, hacerlo a favor ante la trayectoria y méritos de Corral Jurado.
Estaría
en contra, explicó, “porque nos va a dejar solos a los senadores independientes,
se nos va una fuerza muy importante de un hombre que sabe conciliar, que sabe
dirigir, que es un auténtico líder en el Poder Legislativo. Veo con tristeza
que, al final de cuentas, ya que él lo está pidiendo, negarme a votar en
contra, pero no dejar de decir que es muy importante en el Senado”.
Y
con justa razón lamentó la despedida del panista, al que mucha gente le preguntaba
qué hacía en el PAN, ya este se trata de un demócrata auténtico, un hombre que siempre
fue claro en sus posiciones, independiente, sin dejar de ser un hombre de
partido, un panista de una gran pureza.
El
político, a diferencia de la mayoría de sus correligionarios, supo concertar e
impulsar a la escasa, verdadera oposición, en contra de mayorías consolidadas,
inclusive entre el PAN supo definir posiciones adecuadas y correctas en su
propia filosofía, de ahí que lo eligieran candidato a gobernador de su Estado, donde
ha luchado de manera permanente desde adolescente.
Corral
Jurado supo enfrentar a los poderes fácticos, al grado que Televisa lo ha
perseguido muchos años por haber estado contra la “Ley Televisa”, que la Corte,
entonces muy liberal, declaró inconstitucional, pero Televisa lo persigue, le
cobra una “factura” que ya no vale nada, pero en esa perversión de medios, en
lugar de servir a la población, utilizan éstos para sus negocios particulares y
persiguen a los que no están de acuerdo con ellos, cuando que su concesión es para
informar, no para agredir o desinformar.
Por
eso el panista, uno de los mejores oradores parlamentarios del país, tiene una
gran virtud, ya que se va de candidato como ejemplo para quienes votar contra
Televisa o TV-Azteca y para quienes establecen limitaciones a esos medios que
niegan la democracia y hoy ven que “sí se puede” Se puede por encima de los
poderes fácticos, hacer política, y tener afecto general.
Curiosamente, el propio
día que nuestro personaje solicitó licencia, también lo hizo otra senadora panista,
Maki Esther Ortiz Domínguez, quien buscará la candidatura para
la presidencia municipal de Reynosa, Tamaulipas, pero, a diferencia de Corral
Jurado, ella SÍ recibió una afectuosa despedida de sus compañeros PRI, que le
negaron la deferencia a este último.
Lógico, era de esperarse, la legisladora, con el respeto que
se merece, no deja de ser tan sólo una panista más, una panista del montón,
aunque no tan mala como su correligionario José Luis Preciado, cuyas aventuras
amorosas le causaron la derrota en las elecciones por la gubernatura de Colima,
con todo y sus trucos de Teletón, por los que el Tribunal Electoral Federal le
multó.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco residente de Chetumal, Quintana Roo,
con más de 39 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y
jefe de redacción de diversos medios de información, ha sido Jefe de
Información de dos gobernadores y tres presidentes municipales, y publicado
tres libros.
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