CAPA, ¡un barril de pólvora!
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
Otrora
“caja chica” del Gobierno del Estado, principalmente para el financiamiento de
las campañas del PRI, la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA)
atraviesa por una de las peores crisis de su historia como una empresa política
que, con una de las tarifas más elevadas del país, sólo sobrevive prácticamente
para el sostenimiento de fuentes de empleo y una pesada burocracia.
A unos meses de cumplir 41 años de creada, la empresa-dependencia también
ha servido para el pago de favores del gobernante en turno o de apoyo a la
promoción de imagen política de otros, como lo fue el caso del ahora titular de
la Secretaría de Educación y Cultura, José Alberto Alonso Ovando, a quien el
gobernador Roberto Borge nombró titular pese a que apenas había rendido
protesta como diputado local.
Hoy a cargo de Gustavo
Guerrero Ortiz, a quien no se le puede cargar toda la responsabilidad de
heredar un servicio que se hunde cada día más, la Comisión se ha convertido en
pesado lastre para un Roberto Borge cuyos aparentes planes incluyen
privatizarla en favor de la empresa Aguakán tras el escándalo del mandatario
con la documentada “desaparición” de más de mil millones de pesos.
No obstante, la relación Gobierno-Aguakán se remonta formalmente a 1993,
cuando el entonces poderoso gobernador Mario Villanueva Madrid otorgó la concesión
del servicio en los municipios de Benito Juárez e Isla Mujeres a la empresa
Desarrollos Hidráulicos de Cancún (DHC)
Actualmente, según la revista Luces del Siglo, Aguakán forma parte del
corporativo Bal–Ondeo, conformado por Corporativo Peñoles, propiedad del
empresario Alberto Baillérez González, considerado el segundo hombre más rico
de México y principal accionista del Palacio de Hierro y Seguros GNP.
Según publicamos en nuestro segundo libro “Mario Villanueva Madrid, Crónica
de... ¿una venganza?, tras la fuga del mandatario de Quintana Roo, la ex
funcionaria-periodista Isabel Arvide afirmaría en un artículo que publicó el
domingo 6 de enero de 2001 en Milenio que se habría entrevistado desde la
clandestinidad con aquél, al que primero consideraría su amigo, y luego
delincuente común.
Según ella, en relación con el origen de sus “sospechosos” recursos, el
ex mandatario habría reconocido haber recibido 2 millones de pesos por la
concesión de Aguakán, aunque también se insistiría en que “Grupo Posadas” le
habría entregado millones de dólares por una serie de concesiones, y una firma
embotelladora de refrescos habría pagado millones para ingresar a Quintana Roo,
al igual que una firma cervecera.
A 23 años de aquel primer contacto,
ahora resulta que, según documenta Noticaribe “con los pelos de la burra en la
mano”, en tan sólo 38
días y a cambio de 1,055 millones de pesos, Roberto Borge vendió a DHC el
futuro de tres municipios, aunque, año y medio después de esa operación, no existen
pistas del dinero, y el cuestionado mandatario, como es su costumbre, sigue sin
decir “esta boca es mía”
Exhibiendo los papeles de Aguakán y
Roberto Borge, el mencionado portal informativo demuestra que el mandatario sólo
necesitó dos días para darse cuenta que se trataba de un gran negocio, con dinero
fácil y rápido, para avalar la ampliación de la concesión del servicio en Isla
Mujeres y Cancún, así como la privatización en Solidaridad, todo a favor de DHC,
mejor conocida como Aguakán, subsidiarias de Grupo Mexicano de Desarrollo.
El
término de la concesión será
el 2053, cuando Roberto Borge, “si aún está vivo”, dice Noticaribe, esté por
cumplir los 74 años de edad.
Para ese efecto, el 10 de noviembre
de 2014 Aguakán hizo la millonaria propuesta de pago único inmediato, y el compromiso
de pagar anualmente a CAPA mientras dure la concesión, una contraprestación
variable por el usufructo en Isla Mujeres, Cancún y Solidaridad de apenas una
fracción de los ingresos por el servicio. Dos días después, Roberto Borge puso
en marcha toda su “maquinaria” para aprobar lo que había que aprobar para la concesión.
Entre quienes atestiguaron la privada
sesión extraordinaria del consejo consultivo de CAPA, donde se aprobó la
concesión se incluyen Roberto Borge y sus secretarios de Desarrollo Urbano y
Vivienda (Mauricio Rodríguez Marrufo), Finanzas (Juan Pablo Guillermo) y Gestión
Pública (Gonzalo Herrera Castilla), así como su Oficial Mayor, Rosario Ortiz
Yeladaqui, y la ex directora de la Comisión, Paula Guadalupe González Cetina.
Asimismo, los 10 alcaldes priístas:
Eduardo Espinosa Abuxapqui (OPB), Fredy Marrufo Martín (Cozumel), Mauricio
Góngora Escalante (Solidaridad), Paul Carrillo de Cáceres (Benito Juárez), Juan
Manuel Parra López (Morelos), Gabriel Carballo Tadeo (Carrillo Puerto), Agapito
Magaña (Isla Mujeres), David Balam Chan (Tulum), Luciano Simá Cab (Lázaro
Cárdenas) y José Alfredo Contreras Méndez (Bacalar)
Todos aprobaron por unanimidad la
operación. Se había escrito la historia. Ninguno le informó nada a nadie. Hoy
nadie quiere hablar.
Así,
hoy Guerrero Ortiz se cierra a
permitir el acceso a la oferta de servicio en cualquiera de sus
manifestaciones, tal y como puso de manifiesto al negarse a entregar la
validación de un empresario local como proveedor del suministro de agua potable
y alcantarillado en lugar de CAPA en los proyectos que construya en el Estado.
Según el
afectado, Sergio Zapata Vales, el 10 de mayo habría recibido de Roberto
Borge la validación para operar a través de la empresa “Más allá de tus
expectativas”, pero el director general de CAPA se ha negado a entregarla,
pese a contar con una concesión federal de la Comisión Nacional del Agua, que le
faculta aprovechar y explotar el agua potable, que sólo el Estado, a
través de CAPA, le debe entregar esa validación como proveedor.
Aunque poco difundido, su empresa
trabajan bajo de sistema de ósmosis inversa que exige la Comisión
para entregar agua de calidad, para lo cual dos fraccionamientos de Chetumal
cuentan con la: Andara y La Conquista II.
Para ese efecto, Zapata Vales dice
no vender el agua, sino el costo del tratamiento, a efecto de que el consumo
pueda ser directo de las llaves y evitar la compra de agua
purificada y el pago adicional a CAPA, cuyo líquido, denunció, carece de la
Norma Oficial Mexicana 127, pero no hace nada para apoyar a empresas con
una mejor calidad.
En este sentido, opinó que los chetumaleños
consumen agua demasiada dura, quizá contaminada, por lo cual pidió un estudio
de calidad al laboratorio “ABC Analítica”, certificado por la Asociación
Mexicana de Acreditación, cuyos resultados entregará en 12 días.
Hasta ahí las cosas, la CONCESIÓN, en este caso del servicio de
agua potable, conforme a Economía y Derecho administrativo, es el otorgamiento
de un derecho de explotación de bienes o servicios por tiempo determinado, por
parte de un gobierno o empresa, a otra empresa, generalmente privada.
Conforme al espíritu legal, el
gobierno entrega la concesión por carecer de experiencia o recursos para
operarla, tal y como ocurre con las patentes de placas de taxi o Notarías, por
ejemplo, con la condición de que el beneficiario sólo cuente con UNA CONCESIÓN,
que el servicio no lo TRANSFIERA ni VENDA y que ofrezca un servicio de CALIDAD.
El gobernador electo Carlos Joaquín
González deberá exigir a su área Jurídica un análisis profundo del tema, ya que
CUALQUIER concesión que no cumpla con esas condiciones está legalmente sujeta
al proceso llamado de REVERSIÓN, con la que el beneficiado pierde la concesión
sin alguna responsabilidad para el Estado, pero SÍ con el pago de daños o perjuicios
al afectado o afectados.
En fin, todo un caso “para la araña”,
pero con una SOLUCIÓN que, como en el caso de CAPA y la desviación de recursos
del gobernador Roberto Borge, ¡incluye CÁRCEL! Ojalá ni se le ocurra la CONCERTACESIÓN,
que bien conoce uno de sus aliados, el PAN.
(Permitida
la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita
del nombre de su autor)
*Luis
Angel Cabañas Basulto es Licenciado en Derecho egresado de la Universidad
Autónoma de Yucatán, periodista residente en Chetumal, Quintana Roo, desde hace
29 años, con más de 39 años como reportero, jefe de información, editor y jefe
de redacción de diversos medios de información, ha sido Jefe de Información de
dos gobernadores y tres presidentes municipales, y publicado cuatro libros.
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